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Armadores piden cautela sobre apertura del cabotaje de personas a naves extranjeras

La Asociación Nacional de Armadores de Chile (ANA) pidió cautela a la hora de discutir la iniciativa que, recientemente, aprobó -en forma general- la Comisión de Transportes del Senado con la cual se pretende modificar el artículo 3° del decreto ley N° 3.059, de 1979, con el fin de autorizar el cabotaje de pasajeros a cruceros de bandera extranjera.

De acuerdo con la moción, las naves de pasajeros extranjeras podrán participar en el cabotaje de pasajeros en forma automática, siempre y cuando su capacidad de transporte sea igual o superior a 400 pasajeros. En tanto, para el caso de buques con una cantidad menor de huéspedes solo podrán participar embarcaciones de bandera extranjera si la autoridad acredita que no existen naves chilenas prestando el servicio o si la ruta no esta cubierta.

Según la ANA, “el proyecto, actualmente, no afecta a empresas chilenas, ya que no hay buques de más de 400 pasajeros, pero cuando una naviera chilena quiera ingresar al negocio de cabotaje de pasajeros quedará en desventaja respecto a los buques de bandera extranjera, ya que estos no tributan en Chile“.

“Una bandera de conveniencia paga impuestos bajísimos y la dotación extranjera es un 30% más barata que la chilena. Ante este dilema se propone la implementación de un sistema de waiver de naves, que es un método para ver las excepciones”, añade el gremio.

Ante este escenario, la Asociación Nacional de Armadores, entidad que reúne a las navieras chilenas, sostiene que “hay que abordar el asunto con cautela, porque si se abre ahora y en algún momento un naviero chileno quiere poner un buque con bandera chilena va ir en desventaja, por lo que se vuelve muy necesaria la existencia de una normativa que contemple excepciones y mantenga las mismas reglas del juego para todos”.

“Como Asociación se está de acuerdo en que si no hay buques con bandera Chilena en algunas rutas de interés para el turismo, lo puedan hacer de manera excepcional buques extranjeros y de esa manera fomentar el turismo de zonas de difícil acceso por vía terrestre”, agregan.

Por último, desde el gremio naviero argumentan que “con la Moción presentada se pretende modificar el artículo 3º de la ley de fomento a la Marina Mercante, pero esta acción debe ir en línea con el cumplimiento del artículo 1º, el cual dice que ‘la política permanente de Chile es fomentar el desarrollo y favorecer la mantención de su Marina Mercante en armonía con el interés general…’, si en Chile no se ha desarrollado más el turismo marítimo, hoy debemos mirar con autocritica los errores cometidos o lo que hemos dejado de hacer, para de alguna manera fomentar el cabotaje de pasajeros en nuestro propio territorio”.

La idea de abrirl el cabotaje también fue recomendado por la Comisión Nacional de Productividad en su reciente informe entregado a la presidenta de la República, Michelle Bachelet.

En el documento indica que “el transporte marítimo, fluvial o lacustre de pasajeros y de carga, entre distintos puntos del territorio nacional (cabotaje marítimo) se encuentra reservado a naves de bandera nacional. De ahí, que mientras durante los últimos 25 años la carga internacional por vía marítima pasó de 20 a 63 millones de toneladas, la carga doméstica lo hizo sólo entre 8 y 14 millones. Esta protección legal impide la competencia de proveedores extranjeros, lo que eleva los costos del transporte de carga nacional”.

En esa línea, la Comisión recomendó “levantar la restricción legal que prohíbe el cabotaje marítimo realizado por naves extranjeras e igualar el tratamiento tributario para naves extranjeras respecto de las naves nacionales”.

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