Por Redacción PortalPortuario/Agencia Reuters
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El sonido de golpes de martillo y soldaduras se escuchó el mes pasado desde el Astillero Skaramangas, cerca de Atenas, Grecia, mientras los trabajadores reparaban la proa de un petrolero y otras naves esperaban a ser remendadas en un dique seco cercano, señales de reactivación en el sector.
La actividad marca un cambio importante para el astillero, ya que hace un año, después de décadas de propiedad gubernamental intermitente, estaba vacío, un emblema del impacto persistente de la devastadora crisis de deuda de Grecia de 2009-2018.
“Ahora hay vitalidad de nuevo”, indicó Theodoros Evagelou, que limpiaba con chorro de arena y pintaba barcos en el astillero. “No conseguía trabajo en ningún sitio”, agregó.
El destino del Astillero Skaramangas, que el gobierno vendió al magnate naviero George Prokopiou el año pasado, es una señal de una recuperación más amplia de Grecia de la crisis. El gobierno de centroderecha de Kyriakos Mitsotakis también vendió desde 2019 sus participaciones en los astilleros Elefsina y Syros.
Traer armadores significa que pueden generar negocios reparando sus propios navíos en Grecia, en lugar de en Turquía, Asia o Rumania.
Aunque los griegos poseen la mayor flota mercante del mundo, con 5.500 buques, los astilleros del país han perdido terreno frente a competidores de otros lugares y, hasta ahora, los intentos de privatización se han estancado o han fracasado.
Los astilleros Skaramangas han reparado 37 buques en el último año y esperan duplicar esa cifra el año que viene, según comentó a Reuters el consejero delegado Miltiadis Varvitsiotis.
El aumento se refleja en el sector en general: las reparaciones de barcos en Grecia se acercaron a las 700 el año pasado, frente a las 330 de 2013, según muestran los datos del servicio de estadísticas. “Hemos vuelto y estamos aquí para quedarnos”, afirmó Varvitsiotis.
Planes de expansión
El aumento de la actividad ya ha duplicado la contribución de los astilleros al PIB del país hasta el 1,5%, sostuvo Panos Xenokostas, propietario de Shipyards and Technology, que compró los astilleros Elefsina y Syros al estado en 2020 y 2018. Quiere aumentar esa cifra hasta el 2,5% en cinco años.
Las reparaciones anuales en sus dos astilleros han pasado de un par de docenas en la última década a 220 en 2024, acotó Xenokostas, quien planea expandir sus negocios a la construcción de barcos y plataformas de perforación y a la reparación de transportadores especializados de gas natural licuado.
“El auge de los astilleros está volviendo a situar a Grecia como centro de reparaciones en el Mediterráneo”, afirmó el experto marítimo y financiero del sector naviero George Xiradakis. “No pueden sustituir a los grandes astilleros turcos y asiáticos, pero pueden quedarse con una parte importante”, sumó.
Grecia construyó y reparó cientos de barcos en las décadas de 1960 y 1970, antes de que gran parte de la industria pasara a manos del gobierno durante una desaceleración económica en la década de 1980.
Los suburbios de clase trabajadora al oeste de Atenas, donde operan la mayoría de los astilleros, también están experimentando un repunte.
En la ciudad costera de Perama, decenas de empresas actúan como subcontratistas de los grandes astilleros. El desempleo, que hace diez años era del 40%, ha caído tanto que los contratistas no consiguen encontrar suficientes trabajadores, según el alcalde Yiannis Lagoudakos.
“Ahora necesitamos más carreteras y plazas de aparcamiento para hacer frente al aumento del tráfico”, dijo Lagoudakos. “Nuestra ciudad está prosperando”, concluyó.