Por Redacción PortalPortuario.cl
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En 2019, Brasil manejó 4,2 millones de toneladas de aves congeladas, según ABPA (Asociación Brasileña de Proteína Animal), siendo el país que más exporta el producto. Del total de carga exportada, alrededor del 41,7% salió del país por TCP, la empresa que administra la Terminal de Contenedores de Paranaguá, con destino a países de África, Europa, Asia y América.
En el año, TCP manejó un total de 83.352 contenedores de productos congelados, de los cuales 69.618 fueron únicamente avícolas, lo que posiciona a la empresa como el mayor corredor de exportación de mercancías del mundo. Hasta julio de 2020, había 40.918 contenedores de aves de corral, y la previsión es que el movimiento crezca 5% interanual.
Para atender la demanda, TCP cuenta con la estructura reefer más grande de Latinoamérica, ofreciendo 3.624 puntos de conexión para la conexión de contenedores refrigerados, además de extensiones ferroviarias con acceso directo al área aduanera, con monitoreo de carga las 24 horas.
“La estructura es suficiente para atender al mercado, sin embargo, la ampliación de la terminal entregada a fines de 2019 tiene áreas pre-preparadas para ampliar la cantidad de puntos de venta refrigerados”, explica Thomas Lima, Director Comercial de la Terminal.
“Esto implica una serie de procedimientos y pruebas de laboratorio adicionales que otros destinos pueden no requerir. China también es un destino muy exigente”, dice Carlos Eduardo de Grossi Pereira, vicepresidente ejecutivo y financiero de GTFoods, la cuarta empresa de sacrificio de aves más grande de Brasil, que exporta desde 2005 y maneja, en promedio, 300 contenedores por mes.
Dilvo Grolli, CEO de Coopavel, quien ha estado trabajando con exportaciones avícolas durante 24 años, dice que la demanda cambia según los países y clientes. “Algunos piden cortes específicos, como China, que es un gran importador de cortes como pies, considerado un manjar en los países asiáticos, medianos y puntas de alas. Europa y Rusia son importantes importadores de pechuga de pollo”.
Para los exportadores, estar cerca del puerto es una ventaja competitiva. “Nuestras plantas de producción están relativamente cerca de Paranaguá y esto facilita la logística de nuestros contenedores, porque no necesitamos enviarlos a Santa Catarina o São Paulo, lo que reduce el costo logístico y hace que la empresa sea más competitiva. Además, la infraestructura de la terminal, preparada para el monitoreo y taponamiento de reefers, también es fundamental para que todo funcione bien ”, dice Carlos Grossi, de GTFoods.
Para acceder al mercado exterior, las empresas brasileñas cumplen con estrictos requisitos. Europa, por ejemplo, requiere la calificación de la Comunidad Común Europea para que los exportadores obtengan la Certificación Sanitaria Internacional. Para los países árabes, por otro lado, las empresas deben tener matanza Halal, que sigue los preceptos de la religión musulmana.
