Por Redacción PortalPortuario
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El Puerto de Tarragona ya inició los trabajos de instalación de las nuevas defensas marítimas en el Moll de Catalunya. Se trata de una actuación que finalizará en el mes de septiembre y que servirá para adaptar esta infraestructura a las necesidades de los grandes barcos actuales.

Las defensas son elementos fundamentales para absorber el impacto de los barcos durante la maniobra de atraque, y permiten proteger tanto a las embarcaciones como a las estructuras del muelle. La Autoridad Portuaria de Tarragona decidió cambiar las defensas existentes, instaladas mayoritariamente en 2015, ya que no tenían la capacidad suficiente para soportar las energías de atraque de barcos de gran dimensión y carga actuales, lo que hacía necesaria su renovación.
Los nuevos equipamientos que se están colocando tienen una capacidad de absorción de energía de hasta 2.671 kNm, casi el doble que los anteriores. Con esta mejora, el Puerto de Tarragona se prepara para recibir barcos de hasta 260.000 toneladas de peso total con todas las garantías de seguridad, como embarcaciones de tipo Capesize del subtipo Very Large Ore Carriers (VLOC) destinados al tráfico de mineral de hierro.
El proyecto de instalación de los 28 sistemas de defensa se está llevando a cabo en dos fases para minimizar el impacto en la actividad del Port. La fase 1, ya en marcha, contempla la colocación de las primeras 15 defensas en un tramo continuo del muelle, mientras que la fase 2 completará las 13 restantes.
Los trabajos incluyen el desmontaje de las defensas antiguas, la fabricación y transporte de los nuevos sistemas y su instalación en puntos estratégicos alineados con los norais (los elementos donde se amarran las embarcaciones). Las defensas retiradas en buen estado – instaladas en el 2015 – se conservarán para futuras reutilizaciones en otros muelles del Puerto donde no pueden atracar barcos de estas dimensiones por su calado.
La instalación de cada sistema de defensa implica varios pasos técnicos: perforación del paramento vertical del muelle, colocación de anclajes químicos, fijación de placas metálicas, montaje de los elastómeros de caucho y escudos de protección, así como las cadenas de sujeción.
Para garantizar que la actividad portuaria no se vea afectada, las obras se organizan en franjas horarias concertadas con el Departamento de Operaciones Portuarias, aprovechando las llamadas “ventanas de instalación”, cuando no existen atracos previstos.