Por Redacción PortalPortuario/Agencia Reuters

Estados Unidos planea cobrar tarifas por atracar en puertos estadounidenses a cualquier buque que forme parte de una flota que incluya navíos construidos o con bandera de China. Además, presionará a sus los aliados a actuar de manera similar o enfrentar represalias, según un borrador de orden ejecutiva.
La administración del presidente estadounidense Donald Trump está redactando la orden ejecutiva en un intento por resucitar la construcción naval del país norteamericano y debilitar el control de China sobre la industria naviera mundial.
Abordar el creciente dominio chino de los mares y la disminución de la preparación naval estadounidense es un raro punto de consenso entre los legisladores republicanos y demócratas estadounidenses.
Los constructores navales chinos representan más del 50% de toda la capacidad de carga de buques mercantes producida globalmente cada año, frente a sólo el 5% en 1999, según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
Ese aumento se produjo a expensas de los astilleros de Japón y Corea del Sur. La construcción naval estadounidense alcanzó su punto máximo en la década de 1970 y ahora representa una pequeña parte de la producción de la industria.
El proyecto de orden ejecutiva, fechado el 27 de febrero y revisado por Reuters el jueves 6 de marzo, propone que se impongan tarifas a cualquier buque que entre a un puerto estadounidense, “sin importar dónde fue construido o abanderado, si ese buque es parte de una flota que incluye buques construidos o abanderados en la República Popular China (RPC)“.
El documento se basa en una propuesta que la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) presentó el mes pasado, la que plantea imponer tarifas de hasta 1,5 millones de dólares a los buques construidos en China que ingresen a puertos estadounidenses. Esto después de una investigación sobre el creciente dominio de China en los sectores de construcción naval, marítimo y logístico global.
Una diferencia clave es que el proyecto de orden ejecutiva no incluye un lenguaje del USTR que establece que se impondrían tarifas portuarias a las flotas cuando las naves construidos en China representen el 25% o más de los buques en operación, programados para entrega o pedidos.
El plan podría suponer costes significativos para las principales navieras ligadas al transporte de contenedores, entre ellas Cosco Shipping de China, Mediterranean Shipping Company (MSC) de Suiza, Maersk de Dinamarca y Evergreen Marine de Taiwán, así como a los operadores de buques que transportan alimentos a granel, combustible y automóviles.
El proyecto de orden ejecutiva también insta a los funcionarios estadounidenses a colaborar con sus aliados y socios para adoptar medidas similares o arriesgarse a sufrir represalias. Estados Unidos también impondría aranceles a los equipos de manipulación de carga chinos, según el proyecto de orden.
“La seguridad nacional y la prosperidad económica de Estados Unidos se ven aún más amenazadas por las prácticas comerciales desleales de la República Popular China en los sectores marítimo, logístico y de construcción naval”, señala el proyecto de orden.
De manera reciente, la francesa CMA CGM anunció que pasará los próximos cuatro años ampliando la flota de su filial estadounidense, American President Lines (APL), de 10 a 30 navíos. Esto dentro de su plan de inversión de 20 mil millones de dólares que efectuará en Estados Unidos, el que apunta a fortalecer la economía marítima del país norteamericano.
CMA CGM es la tercera línea naviera de transporte de contenedores más grande del mundo, quedando por detrás de MSC y Maersk, según el ranking top 100 de Alphaliner. Además, forma parte de una asociación de uso compartido de naves llamada Ocean Alliance, la que involucra a las compañías asiáticas Cosco Shipping (China), Evergreen Line (Taiwán) y Orient Overseas Container (Hong Kong).
Finalmente, cabe recordar que Ramón Fernández, director financiero del Grupo CMA CGM, anteriormente aseguró que los aranceles portuarios estadounidenses sobre buques chinos afectarían a todas las navieras.