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Experto advierte que puertos deberán invertir más en reparaciones a infraestructura por efectos de cambio climático

Por Sebastián Betancourt

@PortalPortuario


Patricio Winckler, académico de la Escuela de Ingeniería Civil Oceánica de la Universidad de Valparaíso (UV), advirtió que los puertos deberán realizar más inversiones en mantenimiento y reparación de sus infraestructuras, debido a los efectos en el mar que provoque el cambio climático a futuro.

En conversación con PortalPortuario.cl, el investigador explicó que “el nivel del mar, de aquí a fin de siglo, va a estar un poco menos de un metro con respecto al nivel actual y eso implica que, cuando vengan las marejadas, van a interactuar con la infraestructura portuaria generando sobrepasos. Este volumen de agua, que pasa por sobre las estructuras y que puede generar daño estructural, por ejemplo, en los rompeolas, también puede molestar en las explanadas de acopio de contenedores”.

El ingeniero señaló que los riesgos de impactos en las estructuras serán “mucho más recurrentes en el futuro, porque van a seguir al mismo nivel y el nivel del agua va a estar un metro más arriba, entonces la probabilidad de que haya mayor sobrepaso va a ser mayor, por lo que van a ser eventos más frecuentes, más intensos”.

Asimismo, el académico de la UV indicó que “las empresas portuarias, tanto estatales como concesionadas, eventualmente van a tener que invertir más en reparaciones de infraestructura. Lo ideal es que, por ejemplo, el Ministerio de Obras Públicas, los concesionarios o las empresas portuarias pongan dentro de sus presupuestos la mantención y reparación de infraestructura, debido a modificaciones futuras motivadas por el cambio climático”.

En cuanto a las medidas de adaptación que tienen los recintos portuarios frente a la variación global climática, Patricio Winckler comentó que muchas son específicas al fenómeno y que, entre las opciones existentes, una “sería levantar la infraestructura, que los rompeolas fueran más altos, esa sería una solución de las más típicas, dado que ya están construidos y con eso se reduce la probabilidad de que haya este sobrepaso. También, pueden haber readecuaciones dentro de las mismas explanadas, para poner aquellas actividades que son menos vulnerables al sobrepaso en ciertos lugares”.

“Se puede pensar eso desde la perspectiva de la infraestructura, pero también hay que pensar que el clima en general va a cambiar y que los puertos debieran transitar hacia sistemas muchos más modernos, en los que hay pronósticos locales de todas las variables que puedan hacer que el buque se mueva: el viento, el oleaje, las corrientes, las mareas. Los puertos debieran ser más inteligentes, ser terminales con un buen monitoreo de las variables ambientales y buenos sistemas de pronósticos que, combinados, permitan planificar el acceso y zarpe de las naves de los sitios con anticipación y decidir cuáles van a ser las ventanas donde va a ser seguro hacer la maniobra”, añadió el profesional.

Además, el especialista expuso que, en el caso de obras portuarias de expansión futura, como el Puerto Exterior de San Antonio, “debiera considerar los efectos del cambio climático en la definición de las variables de diseño del rompeolas. El oleaje que se utiliza para calcular las obras de abrigo es usualmente uno que se calcula hacia atrás, pero distinto es cuando el clima cambie, porque las estadísticas no van a ser las mismas y no las conocemos”.

“Hay que desarrollar técnicas de modelación que permitan generar una proyección a futuro de las variables ambientales, para definir las variables de diseño. Este tipo de estudios es súper incipiente en Chile. Las consultoras, creo, están un poco en la pelea del día a día tratando de resolver los diseños y eso es un desafío, sobre todo para las empresas de consultoría de ingeniería, el cómo se van a diseñar las obras del futuro”, agregó.

Respecto a la preparación que tienen los terminales marítimos para enfrentar el cambio climático, el académico manifestó que “los puertos se van adaptando en función de las condiciones. Hay puertos que tienen un poco más de complejidades, por ejemplo, si hablamos de las marejadas, San Antonio lo ha pasado relativamente mal este último tiempo porque ha habido una cantidad importante de marejadas que no había hace 50 años atrás. Ha habido un incremento en la frecuencia de las marejadas y San Antonio está dando algunos pasos de poner alguna instrumentación, pero cuesta. Hay otros puertos, como Valparaíso, que están súper protegidos, entonces no están muy sometidos a ese tipo de complicaciones”.

“Es muy difícil hacer una respuesta generalizada, porque cada puerto tiene sus condiciones particulares y, además, tiene sus dinámicas, gobernanzas y gestión, que es independiente. Mi percepción es que esta idea de que los puertos tienen que empezar a pensar que de aquí a 30 o 40 años más van a tener que meter mucha más plata en mantención y reparación, eso no está muy en carpeta todavía. El Estado también debiera participar en la asimilación de directrices, exigencias o recomendaciones que consideren el efecto del cambio climático y, en particular, del aumento del nivel del mar y las marejadas en los diseños”, señaló Winckler.


 

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