Por A. Orrego/C.Galdames
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A través de un oficio enviado al Sistema de Evaluación Ambiental de la Región de Valparaíso, la Gobernación Marítima de San Antonio efectuó más de una decena de observaciones en el marco del proceso para entregar reparos al proyecto de Puerto Exterior que impulsa la Empresa Portuaria San Antonio.
Como parte de las observaciones, la repartición naval pidió que la estatal portuaria entregue el Lay Out del proyecto “con el objeto de tener información concreta de las áreas de incluencia, de manera de evaluar y dimensionar la generación o presencia de efectos, características o circunstancias que dan origen al presente Estudio de Impacto Ambiental”.
La Gobernación Marítima local, de igual forma, requirió mayores antecedentes sobre las obras de dragado y el vertimiento del material que será extraído, específicando la tecnología que se usará.
Otros puntos que fueron observados por la Autoridad Marítima fueron los residuos y las emisiones contaminantes, tanto en la fase constructiva como en la operativa.
“El proyecto no compromete una cantidad mínima de residuos que será reciclados o reutilizados, durante las faenas de construcción y operación, lugar de disposición final y sistemas de control de estos residuos durante las fases del proyecto”, se apuntó.
De la misma manera se solicitó aclarar aspectos vinculados a la evacuación de aguas lluvias y la mitigación del ruido.
Ante la propuesta hecha por la Empresa Portuaria San Antonio, respecto de contar con un plan de emergencias, el que tendría como uno de sus ejes un jefe y una brigada de emergencias, se solicitó aclarar los alcances y competencias de cada uno de los integrantes de dicha unidad. De igual modo, la Autoridad Marítima pidió comprometer un protocolo ante la ocurrencia de incidentes que incluya el aviso inmediato a la entidad, la entrega de un informe a 12 horas del hecho y uno final diez días después.
Dentro del concepto de emergencias o contingencias, la Armada observó que el titular del proyecto debe comprometer mantenciones para evitar derrames de las maquinarias en la fase constructiva.
De la misma manera- corregir las “acciones o medidas preventivas a implementar, así como la forma de control o seguimiento elativaas a la posibilidad de colisión de naves, abordajes con rompeolas o terminal. Lo mismo se planteó para un evento de tsunami.
Sobre el estuario del Río Maipo y los cambios en el fondo marino de acreción debido al efecto del rompeolas durante la operación del proyecto, “el titular categorizó esta componente como No Significativa, sin embargo, se deberá reevaluar dicha calificación en consideración a la pérdida de hábitat que implica el relleno de Playa Llolleo y la acreción de Playa Marbella”, señaló la Gobernación Marítima.
También “es necesario que el titular presente una figura donde se ilustre las zonas con probabilidades de inundación con y sin proyecto”. Así, “dada la incertidumbre y la temporalidad de los impactos, es que -el puerto- deberá realizar su reevaluación, incluyendo al menos, una gráfica que represente el peor escenario posible, considerando usos actuales y futuros”, puntualizó.
En cuanto a la playa de Llolleo, la observación de la autoridad marítima dice que si bien fue mencionada, “el Estudio de Impacto Ambiental no incluye la valoración de esta componente, y por ende no ha propuesto medidas de compensación, mitigación y/o reparación”.
Según lo expresado en el oficio, el puerto deberá incorporar impactos no evaluados, los que hacen referencia con los impactos sobre los ecosistemas marinos durante la etapa de operación del proyecto respecto del suelo marino y calidad de las aguas en función del ejercicio de la actividad portuaria.
En detalle, los impactos a incorporar son “impactos en la cantidad y calidad de suelo: modificación propiedades físicas y biológicas; impacto sobre zona litoral, seguimiento estabilidad de perfiles, forma en planta de playas e impacto por modificación de línea costa”.
Tampoco se ha evaluado -según la Autoridad Marítima- el seguimiento perfil sumergido y perfil emergido, evolución temporal. Además habrá que definir situación de equilibrio: evolución anual, barimetía y perfiles; y los impactos en calidad de aguas: cambios en las propiedades físicas, químicas y microbiológicas: uso de scribbers, eventuales derrames, entre otros.
