Invasión rusa a Ucrania: Una guerra que desgrana al mundo

Por Luis Alonso

@PortalPortuario


Ataque ruso sobre el Puerto de Odesa

La guerra entre Rusia y Ucrania se inició el 22 de febrero de 2022 tras la invasión rusa del territorio ucraniano, una agresión que fue denominada por el presidente ruso, Vladímir Putin, como una “operación militar especial”. El asedio tuvo desde un primer minuto un efecto sobre la cadena de suministro de productos agrícolas, siendo el alimento usado como un “arma” a través de la destrucción de silos, instalaciones portuarias y atentados contra naves graneleras, razón por la cual la incursión rusa lleva tres años “desgranando al mundo”.

Según análisis internacionales, los granos ucranianos alimentan a 400 millones de personas de 100 países.

2024, al igual que los años precedentes, mostró efectos sobre el esquema marítimo, portuario y logístico de la zona, especialmente, sobre los productos más sensibles como los granos producidos por Ucrania. Así, el primer día del año comenzaba con la noticia de un nuevo ataque ruso sobre el puerto ucraniano de Odesa, el recinto portuario comercial marítimo más grande de Ucrania, lo que sería una realidad que se repetiría a lo largo de todo el calendario.

En contrapartida, y a pesar del nuevo paquete de sanciones implementado por el Consejo de la Unión Europea, los productores rusos comenzarían a aumentar sus exportaciones de gas licuado de petróleo (GLP) a través de los puertos del Mar Báltico. Con esto se vieron como principales beneficiarios los mercados de India, Tanzania, Sudán, Omán y Turquía. 

Además, las terminales petroleras rusas del Mar Báltico seguirían movilizando al extranjero petróleo crudo y combustibles varios. Esto a pesar de los ataques con drones perpetrados por Ucrania, los que llegaron a paralizar las funciones de algunos puntos de exportación

Ante este panorama, en que Rusia no veía afectaciones efectivas en sus actividades comerciales, las sanciones se enfocaron en los buques que movilizan los productos rusos, lo que llevó a que las exportaciones de GLP se vieran afectadas por la falta de navíos especializados para mover el gas.

Como respuesta, los puertos de Rusia se mantuvieron operativos durante tormentas -las que normalmente detenían las actividades comerciales- y alivió las restricciones para las naves que no eran clase hielo durante el invierno. Esto a modo de impulsar los envíos tras las interrupciones generadas por las sanciones occidentales. 

Turquía, en febrero, volvió a discutir con Rusia sobre un nuevo mecanismo para permitir las exportaciones de cereales ucranianos a través del Mar Negro. Esto luego que Moscú se retirara en julio de 2023 de la Iniciativa de Granos del Mar Negro, el que fue negociado por las Naciones Unidas y Turquía para proporcionar un paso seguro a las cargas de Ucrania consideradas relevantes para garantizar la seguridad alimenticia de diferentes países del globo. 

En línea con lo anterior, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskiy, planteó dudas sobre la posibilidad de continuar con el corredor marítimo de cereales en el Mar Negro, el que había inaugurado en agosto de 2023 como respuesta a la medida adoptado en julio por Rusia, sin contar con nueva ayuda militar de Estados Unidos. Esto debido a que su país sería incapaz de defender la vía, la que había permitido a Kiev exportar millones de toneladas de agroproductos a los mercados mundiales.

Por su parte, Estados Unidos continuó aplicando sanciones contra entidades y buques por violar el límite impuesto al precio del petróleo ruso por el Grupo de los Siete (G7). Con esto se buscaba advertir de la capacidad estadounidense de hacer cumplir la restricción impuesta sobre los productos de Rusia. 

En tanto, Rusia exportó 200 mil toneladas métricas de grano a seis países africanos de manera gratuita. Esto a modo de cumplir una promesa efectuada por Putin en julio de 2023, cuando se salió de la Iniciativa de Granos del Mar Negro.

En marzo, Rusia continuó fortaleciendo sus vínculos con China, ya que seis petroleros sancionados por Estados Unidos, todos cargados con carburantes rusos, navegaron rumbo a puertos chinos para aliviar los excesos de petróleo con que contaba Rusia. Asimismo, desde la OPEP+ se sostuvo que Rusia vería reducida su producción y exportación de petróleo en el segundo trimestre de 2024.

A su vez, Ucrania consiguió ampliar la cobertura de seguros de guerra para buques con Marsh y Lloyd’s de Londres. Esto para los envíos de granos y todas aquellas cargas no militares, tales como el mineral de hierro y el acero, lo que se concretó en una época marcada por el alza en los seguros de guerras en la región desde el inicio de la invasión rusa. 

En paralelo, cerca de 50 buques mercantes se mantenían atrapados en los puertos ucranianos desde el 22 de febrero de 2022 hasta marzo de 2024, pero a pesar que los navíos no se habían movido, algunos de sus propietarios cambiaron. Esto debido a que parte de las naves fueron puestas a la venta a un menor precio de lo que regularmente se observa en el mercado naviero.

Abril estuvo marcado por restricciones. Una de estas fue el embargo que impuso Rusia sobre los combustibles a raíz de la creciente demanda interna y los cortes no planificados de las refinerías, lo que estrechó su mercado interno y redujo las exportaciones. Por su parte, la Unión Europea aprobó aplicar restricciones más estrictas a la importación de algunos productos agrícolas de Ucrania, los que tenían accesos libres de impuestos desde el inicio de la invasión rusa a gran escala. 

A su vez, Greenpeace colocó el foco internacional sobre el concepto de “flota fantasma” o “flota a la sombra” tras realizar un protesta en alta mar, la que consistió en pintar el costado de un buque -que la entidad vinculó con Rusia- con la frase “El petróleo alimenta la Guerra – La gente quiere paz”

A lo anterior se le sumó un reporte que daba cuenta que China estaba proporcionando un sitio de amarre a un carguero ruso. La nave estaba sancionada por Estados Unidos por estar implicada en la transferencia de armas norcoreanas a Rusia, lo que incrementó la preocupación sobre el apoyo de Beijing a la guerra impulsada por Moscú en Ucrania. 

Granelero atacado mientras navegaba en el Mar Negro

Mayo estuvo marcado, principalmente, por la visita del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, a las instalaciones de transbordo de carga ubicadas a las afueras de Kiev, como también por la queja levantada por Rusia contra Estados Unidos por las medidas sancionatorias impuestas sobre la llamada “flota en la sombra” y los intentos por limitar el comercio entre Rusia y China. Días antes, el Banco de Rusia había reconocido perjuicios económicos por las sanciones aplicadas sobre exportaciones y pagos por petróleo.

Junio resaltó por ser un mes favorable para Rusia, ya que aumentó sus exportaciones de GLP desde el Puerto de Ust-Luga, concretó acuerdos con Bolivia para movilizar petróleo al país sudamericano, incrementó los ingresos generados por la venta de petróleo y endureció su postura, ya que Putin ordenó a exportadores de petróleo y organismos aduaneros a no adherir al límite occidental de precios

Como contramedida a lo anterior, la Unión Europea aplicó nuevas sanciones con el fin de cerrar algunas falencias y afectar directamente a las exportaciones de gas ruso por primera vez desde iniciado el conflicto ruso-ucraniano. Por su parte, se alertó que Rusia estaba formando una “flota fantasma” para movilizar gas

En julio tuvo lugar una de las medidas estadounidenses que mayor impacto tuvo sobre Rusia a lo largo del año, ya que el país norteamericano optó por sancionar al proyecto Artic LNG 2 con el fin de contrarrestar sus ambiciones energéticas. Esto tras añadir varias empresas y buques a la lista de SDN. A su vez, Reino Unido sumó nuevas penalizaciones contra petroleros de la “flota a la sombra” vinculados a Rusia

Asimismo, se reportó que China y Hong Kong estaban actuando como centros de transbordo para flujos ilícitos de carga a Rusia, principalmente para semiconductores y otros bienes restringidos. A su vez, Chile recibió el primer petrolero cargado con combustible ruso para ser ingresado al mercado de Bolivia mediante el oleoducto Sica Sica, el que días después fue seguido por un segundo

En agosto, Ucrania reportó un aumento en sus exportaciones de cereales a pesar de los constantes ataques rusos sobre sus instalaciones portuarias. Escenario similar que experimentaron los puertos occidentales de Rusia en cuanto a movimiento de cargas petrolíferas, a lo que se sumó el primer embarque de GNL del proyecto Arctic GNL 2 y el récord de suministro de combustible ruso a Asia. Ucrania, en tanto, hundió un carguero de gran tonelaje en el Puerto de Kavkaz, en la región de Krasnodar al sur de Rusia. 

Esto llevó a que septiembre partiera con la noticia sobre el ataque con un misil ruso a un buque que transportaba granos ucranianos en el Mar Negro, siendo precisado que el impacto se generó en aguas de la zona económica marítima de Rumania. Además, con el paso de las semanas, Ucrania acusaría a Rusia de violar la ley marítima en Crimea

Por su parte, Rusia se enfocaría en ampliar sus puertos ubicados en el Mar Báltico a modo de aumentar los envíos agrícolas en 50% para 2030 y, además, reducir la dependencia de las rutas tradicionales del Mar Negro, ya que el 90% de los envíos marítimos de cereales rusos se movilizan a través de recintos portuario del sur del Mar Negro

En tanto, octubre comenzaría con una nueva agresión rusa sobre un buque mercante, el que se encontraba cargado con maíz y atracado en el puerto ucraniano de Pivdennyi. Estas acciones provocaron un alza en los costes de los seguros y que armadores procedieran a cancelar sus reservas. El sector sería remecido nuevamente días después, ya que las tropas rusas atacaron el Puerto de Odesa, dañando dos navíos civiles y un almacén de granos

Ante este escenario, Ucrania solicitó apoyo para poder detener los ataques rusos sobre los recintos portuarios ubicados en el Mar Negro. Además, se reunió con el mandatario turco para discutir sobre la navegación segura por aquella zona, lo que aconteció luego que Maersk – de forma paralela- anunciara la implementación de un servicio semanal rumbo a Ucrania

En esta materia, Rusia acusaría al Reino Unido de utilizar el corredor de granos ucraniano del Mar Negro para movilizar armas. Sin embargo, Putin señaló a su homólogo turco que revisaría la propuesta de retomar el transporte de carga por el Mar Negro en la forma en que se realizaba hasta antes de salirse de la Iniciativa de Granos.

Por su parte, Brasil y Turquía se situaron en octubre como los principales importador de diésel y gasóleo marítimo de Rusia, mientras que India y Arabia Saudita se instauraron como los más relevantes compradores de fueloil marítimo y gasóleo de vacío. Con esto, Rusia se plantearía levantar las restricciones a exportaciones de gasolina

En noviembre, Ucrania reveló que los ataques rusos habían dañado 321 infraestructuras portuarias y 20 buques mercantes desde julio de 2023. A su vez, Corea del Sur destinaría USD 6 millones para apoyar la iniciativa de granos de Ucrania.

En tanto, diciembre se vio marcado por acontecimientos vinculados de manera indirecta por los efectos del conflicto ruso-ucraniano, ya que una tormenta provocó que un petrolero “a la sombra” zozobrara y generará un derrame de carburante en el estrecho de Kerch, lo que a su vez generó que 12 países europeos acordaran tomar medidas adicionales para desbaratar y disuadir a este grupo de naves rusas, las que suelen ser antiguas y con mantenciones atrasadas.

En esta materia, otro evento relevante que tuvo lugar en el último mes de 2024 fue el hundimiento de un buque de carga ruso en el Mar Mediterráneo tras una serie de explosiones en su interior. La nave estaba controlada por Oboronlogistika, una empresa que forma parte de las operaciones de construcción militar del Ministerio de Defensa de Rusia. Esto escaló nuevamente tras una acusación emanada desde el Consejo de Seguridad de Rusia contra una naviera noruega, la que -según señalaron- se habría negado a ayudar al navío afectado. 

Activistas de Greenpeace pintan eslogan anti guerra en buque ligado a flota de la sombra de Rusia

El conflicto ruso-ucraniano se dirige a su tercer año, lo que desde sus inicios ha repercutido de manera significativa en la industria marítima global, afectando a las rutas comerciales, a los precios de los productos básicos (principalmente cereales y carburantes), la seguridad en el mar y a las propias cadenas de suministro internacionales.

Desde el inicio de la “operación militar especial” se han interrumpido y dañado los puertos ucranianos, especialmente aquellos ubicados en el Mar Negro como Odesa, Mariúpol y otras regiones del Donbás. Estos resultaban claves para la exportación de productos como el trigo, el maíz, el aceite de girasol y otras mercancías agrícolas.

El bloqueo marítimo a los envíos a mercados internacionales de estos productos ucranianos ha mantenido una constante preocupación sobre una posible crisis alimenticia global, principalmente en África y el Medio Oriente. Si bien en todo este tiempo no se ha generado un alto total de las exportaciones, las complicaciones han repercutido en un aumento del precio global de estos alimentos y derivados, especialmente tras la salida de Rusia del acuerdo sostenido con las Naciones Unidas, Turquía y Ucrania. 

Asimismo, la invasión rusa a Ucrania derivó un aumento de los valores del petróleo y gas natural, lo que se ha visto complicado aún más con las sanciones impuestas a Rusia en esta materia, uno de los principales productores de energía del mundo. Esto incrementó los costos operativos de las empresas de transporte marítimo y, como consecuencia, se generó un alza en el valor general del movimiento de todo tipo de cargas.

A su vez, lo tratado ha obligado a reconfigurar las rutas de transporte y a buscar nuevos mercados, lo que también se ha visto influenciado por un tema de seguridad, ya que los riesgos de ataques son de consideración para los buques mercantes que navegan por el Mar Negro. Esto afectó a las rutas comerciales que tradicionalmente conectan Europa con Asia y Medio Oriente, lo que se suma a las complicaciones existentes por las agresiones hutíes en el Mar Rojo.

El conflicto ruso-ucraniano ha causado una serie de repercusiones económicas profundas que han afectado tanto a las economías avanzadas como a las emergentes. Asimismo, ha empujado hacia crisis energéticas y alimentarias, alterado las cadenas de suministro globales, acelerado la inflación y forzado una reconfiguración geopolítica. Por eso, existe expectativa sobre la llegada de Donald Trump por segunda vez a la Casa Blanca, pues podría ser un actor crucial para contribuir a frenar la beligerancia o bien permitir que el mundo se siga desgranando.


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