María Dixon es fundadora de ISM Shipping Solutions Ltd, expresidenta de Wista-UK (2008-2014), miembro de la Asociación Marítima de la India en Londres, representante en Londres de la Fundación Philippe Cousteau, la Unión de los Océanos y la Fundación Titanic de España. También es la asesora legal en Londres del Mariners Welfare Guild en India.
En los últimos años, la frase “Sin gente de mar no hay transporte marítimo y sin transporte marítimo no existe el comercio” ha resonado por todo el rubro marítimo, desde redes sociales hasta conferencias internacionales. Su fuerza radica en su sencillez, pero sobre todo en la verdad que encierra: Sin marinos mercantes, el mundo se detiene.
En 2019, mucho antes de la pandemia, compartí públicamente en LinkedIn el mensaje “Sin transporte marítimo = Sin consumo” (No Shipping = No Shipping), para destacar el papel invisible pero fundamental de los marinos en el comercio global. Luego, durante el momento más duro de la crisis del Covid-19 en 2020, ese mensaje tomó una forma más clara y urgente.
El 25 de junio de 2020 -Día de la Gente de Mar- escribí desde el alma sobre 25 marinos atrapados a bordo de un buque, sin saber cuándo podrían volver a casa. Como ellos, miles estaban varados en el mar. Ese día escribí lo que ya era dolorosamente evidente.
La frase surgió en inglés -No Seafarers, No Shipping, No Shopping- que traducida significa “Sin gente de mar no hay transporte marítimo y sin transporte marítimo no existe el comercio”. No era un eslogan. Era un grito de conciencia, de humanidad y de justicia.
Desde entonces, este mensaje ha sido repetido, adaptado y adoptado por muchos en la industria marítima. Y así debe ser. No importa quién lo dijo primero, sino quién lo lleva adelante.
Esta frase nos recuerda que detrás de cada contenedor, cada entrega, cada producto en una estantería, hay seres humanos. Hombres y mujeres que enfrentan fatiga, largos periodos lejos de sus familias y desafíos crecientes para que el mundo siga funcionando.
Hoy 25 de junio, Día de la Gente de Mar, no solo celebremos su trabajo, sigamos defendiendo sus derechos, su bienestar y su dignidad. El comercio global no existe sin ellos.
Que no dejemos de repetirlo, no como un lema vacío, sino como un recordatorio vital: “Sin gente de mar no hay transporte marítimo y sin transporte marítimo no existe el comercio” y que el mundo nunca lo olvide.