MS Roal Amundsen, el nuevo buque híbrido de Hurtigruten, se convirtió en el primer barco en ser bautizado en la Antártida.

“No podríamos pensar en un lugar más perfecto que la Antártida para nombrar un barco tan único como MS Roald Amundsen”, dice el CEO de Hurtigruten, Daniel Skjeldam.

La ceremonia se realizó en la bahía de Chiriguano en la isla Brabant y fue liderada por su madrina y pionera polar Karin Strand, quien reemplazó el tradicional champagne utilizado en los rituales de este tipo por un trozo de hielo, reviviendo el rito creado por el explorador noruego Roald Amundsen.

Cuando Strand aplastó el hielo contra la proa dijo las palabras que Amundsen utilizó al bautizar la nave polar Maud en 1917.

“No es mi intención deshonrar la uva gloriosa, pero ahora ya tendrás el sabor de tu entorno real. Para el hielo que has construido, en el hielo permanecerás la mayor parte de tu vida, y en el hielo, resolverás tus tareas”.

MS Roald Amundsen está equipado con paquetes de baterías que, al soportar motores de bajas emisiones, reducen las emisiones de CO2 en un 20% en comparación con otros cruceros del mismo tamaño.

El bautizo fue visto por los pasajeros del buque, quienes desde pequeños barcos de expedición se situaron en la bahía para apreciar la ceremonia. A ellos se unieron invitados y tripulación del MS Midnatsol de Hurtigruten, que se encuentra en el primer crucero de expedición de la temporada en la Antártida.