Mujeres desde el muelle: Portuarias coinciden en que no hay discriminación dentro del rubro

Por Constanza Galdames Carrasco.

@PortalPortuario


Melissa Vega, Puerto Angamos.

En medio de una lucha por la equidad de género en el ámbito laboral, trabajadoras portuarias de Chile se refirieron a cómo ha sido su inserción en el rubro en el marco del Día Internacional de la Mujer.

En conversación con PortalPortuario.cl, ocho mujeres que se desempeñan en muelles, desde el Puerto de Iquique hasta el Puerto Lirquén, coincidieron en que no se han sentido discriminadas por su género dentro del sector portuario, no obstante, creen que aún falta para lograr paridad de género.

Melissa Vega, mejillonina de nacimiento, siempre vio el puerto como una oportunidad laboral. En 2015 se incorporó a Ultraport, actualmente de desempeña como operadora de Puerto Angamos y además es tesorera del sindicato de trabajadores eventuales portuarios. Tras cinco años de trayectoria en el rubro, Vega catalogó su experiencia como “muy buena, ya que existen oportunidades de capacitación y ascenso en el trabajo”.

Respecto al puerto, Melissa explicó que también hay mujeres en cargos como operadoras de equipos, grúas horquillas y tracto camión. En esa misma línea, la portuaria aseguró que “aunque históricamente el trabajo portuario fue hecho por hombres, no he sentido discriminación y la integración de nosotras las mujeres a este trabajo ha sido considerada muy exitosa”.

No obstante, pese a los avances que se ha tenido en la integración de mujeres y que en el caso de Puerto Angamos considera igualdad salarial sin distinción de género, aún falta para lograr paridad. “Ahora buscamos acercarnos a la paridad total, todavía nos falta, solo una de cada cinco trabajadores es mujer y eso lo queremos cambiar logrando igualdad de oportunidades”, finalizó Vega.

María Alejandra Alvarado, Muellaje STI.

Tres regiones más al sur, en el Puerto de San Antonio, María Alejandra Alvarado es operadora de grúa RTG de Muellaje STI, desde el 1 de febrero de 2014.

Tras hacer un curso por un programa de la mujer, María Alejandra ingresó a hacer su práctica de control de carga de puerto, luego la contrataron y derivaron a grúas, pese a que no sabía manejar un auto. “Aprendí gracias a mis compañeros. Ha sido difícil, estresante, pero muy bonita experiencia, porque uno se enamora del trabajo y trato de dar siempre lo mejor de mi”, precisó.

Asimismo, Alvarado aseguró que “cuando entré a trabajar ahí había una sola mujer, los demás eran solamente hombres, así que fue complicado, porque llegar a un mundo machista fue difícil”.

Ahora son cinco las operadoras de grúa RTG y cerca de 90 los hombres con esta labor en el terminal y pese a nunca haber sentido discriminación, María Alejandra explicó que “cuando empezamos a trabajar ahí nos sentíamos un poco dejadas de lado por ser mujeres, pero de a poco uno va demostrando que sí se la puede, yo me siento bien en mi trabajo, mis compañeros me incluyen en todo, me enseñan cosas y tengo buenos jefes”.

En los seis años que lleva en el puerto, la operadora de grúa RTG ha visto cómo ha aumentado la cantidad de mujeres dentro del terminal “yo creo que el mundo de la mujer ya se abrió, ya no es como antes. Hay diferencia en cifra, pero creo que es porque la mujer no se atreve a ingresar al mundo portuario porque generalmente, como dicen, es mundo machista, pero eso quedó atrás”.

Carolyn Rodríguez, Ultraport.

Continuando en la Región de Valparaíso, Carolyn Rodríguez, encargada de patio de Ultraport, tiene 24 años de experiencia en el rubro portuario y llegó en 2007 a trabajar al Terminal Pacífico Sur (TPS) en el Puerto de Valparaíso.

Respecto a cómo ha sido su experiencia, indicó que “a veces es un poco complicado porque este es un rubro mayoritariamente de hombres. Sin embargo, esto no ha sido un impedimento para generar confianzas con mi entorno y lograr llegar hasta donde estoy hoy”.

La encargada de patio, además, precisó que “si bien es cierto que por ahora soy la única mujer ejerciendo esta labor, en el puerto trabajan muchas mujeres en otras áreas, que al igual que yo, han podido crecer y aportar desde su rol. En ese sentido, he visto que todas tenemos espacio para ser parte de la empresa”.

Tras ser consultada sobre si ha sentido un trato distinto por ser mujer, Rodríguez indicó que “no, nunca. Cuando comencé como trabajadora portuaria en otra ciudad fue un poco más complejo, probablemente porque esta siempre ha sido vista como una industria de hombres. Sin embargo con el paso de los años y mi llegada a Valparaíso las cosas han ido cambiando mucho y hoy son diferentes. Desde que estoy aquí siempre he sentido el apoyo y el respeto de todos mis compañeros”.

Claudia Sabra, TPS.

En esa línea, quien tampoco ha sentido discriminada dentro de su trabajo es Claudia Sabra, encargada de Fruta y Carga general de TPS.

“Creo que el trabajo entre hombres y mujeres se complementa y se hacen grandes equipos en conjunto. No puedo negar que he sido muy disciplinada en aprender y he trabajado para ganarme el respeto y confianza de mis colegas, pero no por el hecho de ser mujer, sino porque mi nivel de desempeño sea cada día mejor”, indicó la trabajadora portuaria.

Sobre las oportunidades de crecer y proyectarse laboralmente en el sector portuario, Claudia, que cuenta 21 años de trayectoria en el rubro y 13 años desempeñándose en el Terminal, explicó que en el caso de TPS, “más allá del género, lo importante son las capacidades y no si eres hombre o mujer. Hay muchas mujeres en todas las áreas y junto con los hombres formamos un equipo donde cada uno aporta sus propias habilidades, y hay oportunidades para quienes las quieren aprovechar en virtud del esfuerzo, la motivación y el buen desempeño”.

En cuanto a su labor como encargada del departamento de Fruta y Carga general, Sabra manifestó que “para mí ha sido un tremendo desafío considerando que toda mi carrera estuve siempre enfocada en los procesos documentales de las faenas portuarias, y hoy además tengo la posibilidad de aportar desde un nuevo cargo que es muy interesante, y a su vez una gran responsabilidad”.

Lidia Saavedra, Puerto Lirquén.

En la Región del Bio Bio, Lidia Saavedra, supervisora eventual de patio en Puerto Lirquén y quien en un comienzo trabajó “a la escoba y la pala” en los graneles, valoró las oportunidades que está ofreciendo la empresa para que las mujeres trabajen en la conducción de maquinarias.

No obstante, “últimamente hemos sentido el tema de la discriminación porque la empresa está dando la oportunidad a las mujeres para que tomen cargos en maquinarias como conducción porta o conducción horquilla, pero algunos operadores están como enojados porque las mujeres están saliendo a trabajar en las máquinas”, explicó Saavedra, quien antes de llegar al recinto portuario pertenecía a un grupo de algueras de la caleta del Cerro Verde Bajo.

Con 13 años trabajando en el puerto, la supervisora de patio se refirió a cómo ha ido cambiando el tema del machismo. “Años atrás había machismo, pero ahora el hombre asumió que entraron bastantes mujeres a trabajar. Este tema no es que nosotras mandemos a los trabajadores, sino que como supervisor le damos la orden y a veces algunos se enojan, pero son poquitos, es el mínimo de hombres machistas los que quedan en el puerto”, detalló la portuaria.

Isabel Vicente, Puerto Ventana.

Donde sí se tuvieron que adaptar fue en Puerto Ventanas, en la Región de Valparaíso. Isabel Vicente, ingeniera de Planificacion y Gestión en Terminal Costa, hace cinco años se convirtió en la primera mujer en ingresar a trabajar a operaciones en el recinto portuario. Su experiencia la resumen como “super dinámica. La operación cambia todos los días y es entretenido porque nunca haces lo mismo”.

Isabel detalló que “en cuanto a trabajar con hombres para mi no fue un problema, pero sí para la gente con la que trabajaba. Yo fui la primera mujer en entrar a operaciones, entonces ellos nunca habían trabajado con una mujer al lado, así que el cambio lo tuvieron ellos. Nunca sentí discriminación ni que dijeran ‘ella es mujer, no lo puede hacer’. Y desde que ingresé a trabajar han entrado bastantes mujeres éramos 12 y ahora somos 22”.

Katherine Galleguillos, STI.

Un poco más al sur de la región, quien también ha visto mayor presencia de mujeres dentro del puerto es Katherine Galleguillos, trabajadora del área de gatecontrol de San Antonio Terminal Internacional (STI). Tras un paro portuario en febrero de 2014, y luego de haber realizado un curso en Prodemu de tarja y carnet rojo, Katherine ingresó a trabajar al terminal junto a otras 12 mujeres, quienes fueron derivadas a distintas áreas dentro del recinto.

Considerado el contexto en que se incorporaron al puerto, Galleguillos explicó que “fue difícil de primera, no nos querían en el puerto y era entendible porque éramos ‘las rompe huelgas’ y en ese tiempo fue difícil, pero después, con el carisma de cada una, al menos yo me que me llevo bien con la gente, me pude ganar a los colegas y pude aprender, porque el puerto es otra vida, en el puerto es todo distinto”.

Sin embargo, ya con seis años de trayectoria, la trabajadora de STI puede resumir esta  experiencia como enriquecedora y respecto a la incorporación femenina, indicó que se ha ido avanzado hacia la paridad de género. “Ahora hay mujeres en las grúas STS, RTG, hay mujeres que andan en patio. Ahora hay más posibilidades, porque hay hartas mujeres trabajando en varios cargos”, detalló.

En el norte del país, el pasado 27 de enero, Carolina Núñez se convirtió en la primera operadora de naves de Iquique Terminal Internacional. Tras el nombramiento, la mujer que lleva 15 años trabajando en la empresa señaló que se encuentra “feliz y orgullosa por la oportunidad que me han brindado”.

En ese sentido, Carolina dijo que “se abren las puertas para que otras mujeres asuman tareas que históricamente estaban destinadas a los hombres en el terminal. También, en lo más íntimo ha sido gratificante para la familia. Sé que ellos están tan orgullosos como yo, por ejemplo, mi hijo habla en el colegio que su mamá tiene un trabajo especial en el puerto, que es más difícil, que requiere más tiempo, que es una labor diferente a la de las madres de sus compañeros”.

Carolina Nuñez, ITI.

Durante su trabajo, Núñez aseguró que “no he enfrentado ningún tipo de discriminación, por el contrario, creo que me han dado un trato preferencial sobre todo a bordo de las naves, han sido muy cuidadosos los miembros de las tripulaciones de los buques y he estado totalmente respaldada por las cuadrillas de trabajadores con las cuales me ha tocado atender las naves. En ese sentido, ser mujer no ha sido una barrera”.

Sobre la equidad en el rubro, la portuaria expresó que “se ha avanzado, pero todavía falta bastante. Las mujeres tenemos mucho que aportar en el ámbito marítimo – portuario y no sólo en las áreas administrativas. Para que existan oportunidades equitativas tiene que producirse un cambio de mentalidad partiendo desde quienes lideran la industria y también, en los sindicatos”.

En el caso concreto de ITI, “desde el año pasado se trabaja en el tema de paridad. Es necesario avanzar un poco más rápido, darle más impulso, pues beneficiará a ambos géneros, pero también creo que es imprescindible terminar con algunos paradigmas instalados en torno a esta actividad”, puntualizó la primera mujer operadora de naves de ITI.


 

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