Andrew Cave es gerente general de Cave Group
¿Qué tan asegurables resultan los BL digitales frente a los tradicionales en papel?
Hasta el día de hoy, los conocimientos de embarque (BL) funcionan sobre la base de documentos físicos impresos en papel. Sin embargo, el desarrollo de la tecnología ha motivado numerosas iniciativas para transformar este importante documento en un documento electrónico.
De hecho, hoy en día los conocimientos de embarque se crean en los sistemas computacionales de los transportistas marítimos. Esta información puede ser accesada por las agencias u oficinas propias de las navieras, para poder imprimir los documentos en el puerto de destino a requerimiento del recibidor.
Sin embargo, hace tiempo que se vienen desarrollando proyectos para lograr un conocimiento de embarque 100% digital, confiable y eficiente, que permita su uso estandarizado entre todas las navieras y actores del comercio internacional mundial, llamado e-BL.
Un paso importante ha sido dado recientemente con el establecimiento de un protocolo por parte de los aseguradores del Grupo Internacional de Clubes de P&I, para cubrir las responsabilidades de las navieras resultantes del uso de conocimientos de embarque electrónicos o digitales.
Hace poco nos enteramos por la prensa especializada sobre un ejemplo de lo anterior: OOCL emitió un eBL regido por la legislación inglesa a través de una determinada plataforma, siendo transferido al expedidor y luego al cliente final, con soporte legal, técnico y de aseguradoras.
Los dos puntos anteriores constituyen hitos en el desarrollo del conocimiento de embarque electrónico, toda vez que, existiendo una cobertura de seguros, se agrega un elemento clave necesario para que el comercio internacional, en base a conocimientos de embarque digitales, sea finalmente una realidad.
La pregunta es ¿Será posible que este documento, clave en el transporte y comercio internacional, se siga prefiriendo en papel como su medio de expresión?
Funciones del Conocimiento de Embarque
Tradicionalmente el BL tiene tres funciones principales. La primera es que constituye un recibo de las mercancías que se entregan al transportador marítimo para ser transportadas por mar y entregadas a su puerto de destino. Como tal, constituye prueba de la cantidad, naturaleza y condición de las mercancías que se reciben a bordo. La segunda, en tanto, es que constituye evidencia que se ha celebrado un contrato de transporte marítimo, sin ser el conocimiento de embarque el contrato en sí, mientras que la tercera es que constituye un documento que acredita el título del tenedor del mismo a la propiedad sobre las mercancías detalladas en él; es decir, quien aparece en el puerto de destino exhibiendo el original del conocimiento de embarque se reputa como el legítimo propietario de las mercancías y, por lo mismo, la única persona -natural o jurídica- a quien corresponde entregárselas. El transportador marítimo conservará este documento en prueba que ha entregado las mercancías a su legítimo propietario.
Vale la pena mencionar que el conocimiento de embarque también contendrá otras informaciones, tales como el lugar en que se recibe la carga, el lugar donde debe ser entregada, el nombre del embarcador, el nombre del recibidor, la identificación de el o los contenedores, marcas relevantes, el número que identifica el conocimiento de embarque, entre varias otras.
Las propiedades arriba indicadas permiten operaciones similares a otros documentos, siendo quizás el más parecido el cheque, aunque un recibo de lavandería también puede considerarse similar.
En efecto, en virtud de la tercera función descrita más arriba, es factible endosar un conocimiento de embarque a un tercero distinto de quién figura indicado como recibidor en el mismo. Con ello se posibilita la transferencia de la propiedad sobre las mercancías descritas en él, con lo cual es posible la venta de mercancías durante su tránsito.
La función primera del conocimiento de embarque le da certeza al comprador de la naturaleza de la mercancía que está adquiriendo, puesto que la descripción errónea o fraudulenta de las mercancías en un conocimiento de embarque constituye un delito. Finalmente, en virtud de la segunda función, el potencial comprador tiene certeza que las mercancías vienen en camino al puerto de destino que le interesa.
Las barreras a la digitalización
Como ya se ha mencionado, uno de los documentos más similares al conocimiento de embarque es el cheque. El cheque no es más que una orden a nuestro banco a pagarle a la persona que el documento indica una cierta cantidad de dinero contra el saldo que existe en nuestra cuenta corriente.
Sin embargo, el cheque ha sido reemplazado por las transferencias electrónicas de fondos. ¿Por qué entonces no ocurre algo similar con el conocimiento de embarque?
Cómo se ha descrito más arriba, el conocimiento de embarque es bastante más complicado que un simple cheque.
Si las mercancías fueran destinadas a un único destinatario, sin posibilidad que éste tenga la facultad de revender las mercancías que da cuenta el conocimiento de embarque, tal vez se podría asimilar el conocimiento de embarque a una transferencia electrónica de bienes. Sin embargo, la digitalización del conocimiento de embarque enfrenta desafíos mayores a la de una transferencia de fondos.
Por ejemplo, ¿cómo podemos implementar un sistema en que un recibidor inicial pueda transferir mediante el endoso del documento la titularidad de los bienes a un tercero que no es parte del contrato de transporte original?
Por otra parte, ¿cómo podemos incorporar en un BL electrónico las anotaciones que podrían hacerse al momento de recibir las mercancías a bordo?
La funcionalidad del conocimiento de embarque enfrenta desafíos, pero en mi opinión, la principal, es que es un documento que da el título de propiedad sobre mercancías que pueden valer cientos de miles de dólares, como pueden ser contenedores con electrónica de última Generación o concentrados de mineral.
En otras palabras, el desafío es que el sistema que permita operar con un conocimiento de embarque digital, debe no solo ofrecer la funcionalidad que el actual conocimiento de embarque en papel ofrece, sino que además ofrecer las garantías de seguridad y confiabilidad que permitan la transacción internacional de valiosas y grandes cantidades de bienes.
Otro problema que debe salvar un conocimiento de embarque electrónico es la legislación variopinta de los muchos países que comercian internacionalmente para la recepción, entrega, pago de impuestos, etc., en cada jurisdicción y normativa nacional. En Chile, por ejemplo, no se reconocen los conocimientos de embarque electrónicos, al menos oficialmente, a pesar del ingente esfuerzo por digitalizar esta área de la actividad económica nacional.
Finalmente, la universalidad del transporte internacional debe tener en cuenta los distintos niveles de avance e infraestructura tecnológica de los países que participan de esta industria.
Amerita mencionar que el conocimiento de embarque en papel no está exento de dificultades, pero sigue siendo, hasta ahora, el medio más universal para estas transacciones.
Habiendo dicho lo anterior, sin duda, un conocimiento de embarque electrónico tiene muchísimas ventajas. Por ejemplo, si se garantiza la integridad y seguridad del sistema, se evita la posibilidad de que el documento en papel se pierda en viaje, que sea adulterado mediante Photoshop u otra aplicación similar como, asimismo, la absoluta e independiente validación de cualquier emisión, modificación y entrega del documento. Estos beneficios sin duda justifican la creación e implementación de una versión digital de este añoso y venerable documento del comercio internacional.