El gobierno de Polonia ha creado un megaproyecto para burlar a Rusia, se trata de un canal poco profundo de 1.3 kilómetros de largo en el noreste del país, a orillas del Mar Báltico, que permitirá a los buques evitar un estrecho que está controlado por el país dirigido por Vladimir Putin y que en ocasiones ha sido cerrado.

“Este es el último lugar en Polonia que estuvo constantemente sujeto a interferencias”, dijo Marek Grobarczyk, viceministro de infraestructura polaco.

“El gobierno ha hecho caso omiso de las dudas ambientales y económicas sobre su inversión de más de420 millones de dólares) al describir el canal como un asunto de seguridad nacional. El resto de una vía fluvial nueva y más profunda hasta el Puerto de Elblag, 20 km al sur, no se ha terminado”, según The Economist.

El gobierno polaco acusa a los detractores del canal de ser propagandistas rusos. La guerra en Ucrania ha aumentado el simbolismo del proyecto, pero también ha desmantelado su ya débil fundamento económico. En los últimos años, el Puerto de Elblag ha manejado principalmente el comercio a través de la laguna hacia Kaliningrado. Pero las sanciones introducidas en el verano han detenido por ahora el tráfico de paletas de turba y madera con Rusia. Incluso después de que termine la guerra, las posibilidades de que el canal recupere incluso una fracción de su costo parecen remotas.

“Pero el gobierno se ha empeñado. El proyecto es una creación del presidente del partido gobernante Ley y Justicia, Jaroslaw Kaczynski, quien originalmente puso en marcha su construcción enterrando una pala en la arena del Báltico días antes de las elecciones locales en 2018. A medida que la inflación vertiginosa erosiona el apoyo de su partido antes de las elecciones nacionales del próximo año, vuelve a buscar la misma página en su libro de jugadas políticas”, concluyó el citado medio.