Roberto Paveck es economista y académico, especialista en innovación y en gestión de puertos, además de columnista de PortalPortuario
La transformación digital en la logística es una realidad urgente, impulsada por la necesidad de agregar valor, eliminar desperdicios y superar ineficiencias operativas que, durante décadas, han comprometido la competitividad del sector. Sin embargo, el éxito de esta revolución tecnológica depende de un pilar muchas veces subestimado: la estandarización.
Estandarizar significa establecer procesos, reglas y sistemas uniformes con el objetivo de optimizar la eficiencia operativa y reducir costos. Sin la unificación de normas, procesos y sistemas, la digitalización corre el riesgo de fragmentarse, perdiendo eficacia y limitando su potencial para generar impactos positivos.
En el sector portuario, donde la complejidad y la interdependencia entre los actores son elevadas, la estandarización es esencial para la evolución digital. Esto significa reducir la dependencia de soluciones personalizadas para cada terminal o puerto, promoviendo la interoperabilidad entre sistemas y un uso más racional de los recursos. A pesar de ello, la falta de estandarización sigue siendo uno de los mayores obstáculos para la eficiencia de la logística portuaria.
Las operaciones en los puertos involucran una red compleja de stakeholders —navieras, operadores de terminales, agencias gubernamentales, transportistas y otros— que, en muchos casos, actúan de manera desconectada. Esta fragmentación genera ineficiencias, como el aumento de la burocracia, la reducción de la previsibilidad y el incremento de los costos logísticos, impactando negativamente toda la cadena de suministro.
Un ejemplo emblemático es el proceso de solicitud de atraque de buques, que varía significativamente entre los puertos, exigiendo el uso de sistemas distintos y múltiples interacciones. Lo mismo ocurre con la programación de camiones para la recogida o entrega de cargas en los terminales, donde las reglas y plataformas frecuentemente no se comunican entre sí. Estas inconsistencias generan retrasos, costos adicionales e ineficiencias que podrían evitarse con procesos uniformes.
En el escenario internacional, diversas iniciativas han destacado como impulsoras de la estandarización en el sector marítimo y portuario, sirviendo como modelo para la modernización global. La Digital Container Shipping Association (DCSA), por ejemplo, ha liderado esfuerzos para desarrollar estándares digitales aplicables a las principales empresas de transporte marítimo, promoviendo la integración de sistemas y la interoperabilidad entre diferentes operadores. Uno de sus avances más significativos es la implementación del Bill of Lading electrónico (eBL), que sustituye los documentos físicos por versiones digitales.
Otro ejemplo relevante es el Reglamento (UE) 2019/1239, que estableció directrices unificadas para la transmisión de información durante las escalas portuarias en la Unión Europea. Al estandarizar las reglas y los procedimientos de comunicación entre buques, terminales y autoridades portuarias, el reglamento redujo significativamente la burocracia y aumentó la eficiencia operativa, creando un entorno más predecible e integrado.
No obstante, en América Latina, la estandarización enfrenta desafíos específicos que dificultan su implementación efectiva. En primer lugar, a diferencia de la Unión Europea, donde existe una coordinación regional bien establecida, la armonización de normas entre los países latinoamericanos aún es incipiente. En segundo lugar, la infraestructura portuaria presenta una gran diversidad entre los países e incluso dentro de un mismo territorio, con puertos de distintos tamaños, capacidades y niveles de modernización. Esta heterogeneidad impone barreras adicionales para la adopción de estándares comunes, exigiendo soluciones que consideren las particularidades de cada región.
Superar estos obstáculos requiere un enfoque amplio, que abarque desde la definición de directrices comunes para la creación de normativas hasta el establecimiento de estándares digitales que garanticen la interoperabilidad entre sistemas, tecnologías y procesos. También es fundamental fomentar el intercambio de experiencias y la coordinación de políticas regionales, promoviendo un entorno más integrado y eficiente. Para ello, la colaboración entre gobiernos, empresas y organizaciones internacionales será clave para transformar la estandarización de un ideal a una realidad.
Sin un esfuerzo colectivo para priorizar la estandarización, la transformación digital en el sector portuario seguirá siendo limitada, perpetuando los desafíos estructurales de la logística latinoamericana. Más que un camino hacia la eficiencia operativa, la estandarización es la base de la modernización portuaria. Adoptar esta visión permitirá que los puertos de la región no solo superen sus ineficiencias actuales, sino que también se posicionen como actores competitivos en el escenario global.