Roberto Paveck es economista y académico, especialista en innovación y en gestión de puertos, además de columnista de PortalPortuario
Con la llegada de 2025, una serie de movimientos interconectados tiene el potencial de transformar la dinámica del sector portuario latinoamericano, trayendo desafíos y oportunidades para la región. Para anticipar el rumbo del próximo año, es esencial entender cómo los eventos de 2024 pueden impactar las decisiones y acciones futuras. Entre los factores clave a tener en cuenta, destaco los desarrollos de las elecciones en EE. UU., el fortalecimiento de la presencia económica de China en la región y los avances en las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea.
El resultado de las elecciones en EE. UU. podría redefinir las relaciones comerciales entre Estados Unidos y América Latina. Si, por un lado, se espera una mayor presencia económica de EE. UU., con nuevas inversiones y un incremento de la competencia con China, por otro, el posible aumento de las tarifas de importación genera preocupaciones, especialmente para los productos agrícolas latinoamericanos. En un escenario de aumento de costos, la eficiencia logística de los puertos se convierte en un factor determinante para preservar la competitividad de los productos latinoamericanos.
Por otro lado, China sigue ampliando su influencia en América Latina. El comercio bilateral pasó de USD 18 mil millones en 2002 a impresionantes USD 480 mil millones en 2023. Aunque EE. UU. sigue siendo el mayor socio comercial de la región, China ya ha superado a los estadounidenses en varios países sudamericanos. El Puerto de Chancay, en Perú, es un ejemplo claro de esta expansión, con inversiones de USD 3.600 millones, convirtiéndose en un hub estratégico para el comercio con Asia y reduciendo hasta en un tercio el tiempo de transporte en comparación con los puertos del Atlántico.
Otro factor importante es la conclusión del acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea, después de 25 años de negociaciones. A pesar de resistencias, como las de Francia, el tratado, si se implementa, permitirá que los países del Mercosur amplíen su presencia en el mercado europeo con productos como carne, azúcar y soja. A cambio, la Unión Europea tendrá mayor facilidad para exportar productos manufacturados. Para los puertos del Mercosur, la implementación de este acuerdo requerirá inversiones en modernización, con un énfasis creciente en prácticas sostenibles alineadas con las estrictas políticas ambientales de la Unión Europea.
Estos movimientos colocan a América Latina en el centro de una disputa estratégica entre potencias económicas. Para el sector portuario, se espera un aumento significativo en el volumen de inversiones extranjeras. En Brasil, el creciente interés internacional por activos portuarios estratégicos ya refleja esta tendencia, como lo demuestran adquisiciones recientes, como la compra del 48% de Santos Brasil por parte de CMA-CGM — que incluye la operación del mayor terminal de contenedores del país — y la adquisición de Wilson Sons por parte de MSC. En 2025, se espera que esta dinámica se intensifique, con 22 subastas de terminales en Brasil, atrayendo inversiones estimadas en USD 1.500 millones.
Ante esto, 2025 se presenta como una oportunidad única para que el sector portuario latinoamericano prospere. Para alcanzar este objetivo, será esencial invertir en infraestructura moderna, fortalecer la colaboración entre los diversos eslabones de la cadena logística y adoptar prácticas innovadoras. Estas acciones serán fundamentales para que la región aproveche plenamente las oportunidades que surgirán. Aprovecho la ocasión para desearles a todos una Feliz Navidad y un Año Nuevo lleno de avances y logros significativos para el sector portuario latinoamericano.