Un tripulante de nacionalidad china, que se desempeñaba como ingeniero jefe de un granelero registrado bajo el pabellón de Liberia, fue condenado a prisión por delitos ambientales y obstrucción tras declararse culpable de violar la Ley para Prevenir la Contaminación por los Buques (APPS). Esto por faltas cometidas en Nueva Orleans, Estados Unidos.
En concreto, Fei Wang, de 38 años, recibió una sentencia de tres meses de cárcel, tres años de libertad supervisada y deberá pagar una “tarifa especial obligatoria” de 200 dólares, según informó el medio GCaptain.
Wang ejercía labores a bordo del ASL Singapore (cuyo IMO figura con los nombres Xin Hai Tong 805 y Nova Optimus), un buque de propiedad china que hizo escala en el Puerto de Nueva Orleans en febrero de 2024.
En el marco de aquella recalada, los inspectores de la Guardia Costera de Estados Unidos descubrieron anotaciones fraudulentas en los Libros de Registro de Petróleo del buque durante una inspección de control rutinaria.
Al respecto, Wang admitió haber presentado registros falsificados que ocultaban la descarga directa de agua de sentina oleosa por la borda. El vertido ilegal ocurrió al menos desde octubre de 2023, cuando Wang se unió al equipo del ASL Singapore.
Los documentos judiciales revelaron que la tripulación utilizó una “tubería mágica”, que consistía en una bomba portátil y una manguera flexible, para eludir los equipos de prevención de la contaminación y los sistemas de control necesarios, en violación de las normas Marpol. El separador de agua y petróleo del buque no se utilizó durante el mandato de Wang como ingeniero jefe.
“La sentencia de hoy destaca el compromiso del Servicio de Investigación de la Guardia Costera de responsabilizar a las personas por las violaciones de Marpol, en particular en casos que involucran la descarga de desechos oleosos”, indicó Damon J. Youmans, agente especial de campo del Servicio de Investigación de la Guardia Costera (CGIS).
La investigación fue realizada conjuntamente por el CGIS y la División de Investigaciones Criminales de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), con el apoyo de la Guardia Costera de los Estados Unidos que opera en Nueva Orleans. El caso fue procesado por la Unidad de Delitos Generales de la Fiscalía de Estados Unidos.