El Gobierno y el Banco Central de Corea del Sur han anunciado que crearán conjuntamente un fondo de recapitalización de 11 billones de wones (9.500 millones de dólares) para ayudar a los bancos estatales a rehabilitar las endeudadas compañías navieras y de construcción naval, poniendo fin a meses de intensos debates sobre la reestructuración de estas industrias clave en dificultades.

El Ministerio de Estrategia y Finanzas y el Banco de Corea (BOK, según sus siglas en inglés) inyectarán un capital de 12 billones de wones (1.040 millones de dólares) en total, entre ellos el fondo de recapitalización de 11 billones de wones y una contribución en especie de 1 billón de wones (900 millones de dólares), según informaron en un comunicado conjunto difundido por la agencia Yonhap.

Asimismo, se prepararán diversas medidas de asistencia de trabajo para la industria naval y los campos relacionados, que consisten entre otros, en aportar una ayuda intensiva a la industria, designada por haber sufrido un drástico empeoramiento, como el desempleo en masa.

Las tres principales constructoras navales locales –Hyundai Heavy Industries Co., Samsung Heavy Industries Co. y Daewoo Shipbuilding & Marine Engineering- y dos firmas navieras -Hanjin Shipping Co. y Hyundai Merchant Marine Co.-, han reducido los puestos de trabajo, además de vender activos no esenciales para superar las depresiones severas de la industria en general, derivadas de la recesión económica global.

Aun así, tendrán que realizar esfuerzos de autorrescate para poder satisfacer demandas más estrictas de los bancos acreedores, como el Banco de Desarrollo de Corea del Sur (KDB) y el Banco de Exportación e Importación de Corea del Sur (Eximbank).

Si las compañías navieras y de construcción naval siguen experimentando dificultades para recuperar su ritmo de negocio por una recesión prolongada, se canalizarán inicialmente, desde el fondo, entre 5-8 billones de wones (4.300-6.900 millones de dólares) a los dos bancos acreedores, dijo el comunicado.

Mientras tanto, el KDB y Eximbank, que tienen responsabilidad en la pobre administración de las empresas, serán sometidos a una reforma de alta intensidad, como el recorte salarial, la reducción del personal y la venta de filiales, entre otros.