Desde el Puerto de Valencia; en España, se ha devido desviar naves debido a un conflicto latente entre las empresas estibadoras y las navieras.
Según consigna El Mundo, la situación se produce a raíz de una carencia de mano de obra portuaria, lo que ha significado que los buques deban ser derivados a otros puertos del Mediterráneo.
En la actualidad, la Sociedad de Estiba y Desestiba (Sevasa) apenas dispone de la mitad de sus efectivos porque, a diferencia de ejercicios anteriores, no se han repuesto con trabajadores temporales las bajas provocadas por las vacaciones.
Los sindicatos admiten los problemas.Como principal razón de este desajuste subyace la discrepancia entre empresas y estibadores, que por ahora no han logrado cerrar con éxito la negociación del convenio, que arrancó hace más de dos años y que ha atravesado por distintas fases de aproximación y distanciamiento.
Lo cierto es que los trabajadores supeditaron la apertura de la bolsa de eventuales, como medida de presión, a la resolución del nuevo marco laboral. Pero los contactos parecen haber embarrancado de nuevo, por lo que no se han producido las contrataciones necesarias para cubrir los meses de julio, agosto y septiembre, cuando se concentran las vacaciones del personal. Este bloqueo se extiende también a los empleados temporales que debían incorporarse a la plantilla a lo largo de 2016. Restan por completar este trámite alrededor 110 personas.
Según fuentes del sector, el número de empleados de Sevasa que permanecen operativos ha caído a la mitad en julio, lo que está dejando las primeras consecuencias negativas en el tráfico marítimo. Tanto es así, que algunas terminales ya han tenido que desviar buques a otros puertos al no poder atenderlos en condiciones.
En la comunidad portuaria cunde la preocupación ante la posibilidad de que las navieras decidan excluir a Valencia de sus rutas por los signos de inestabilidad interna.Incluso el presidente de la APV, Aurelio Martínez, urgió ayer al Gobierno en funciones a aprobar cuanto antes una ley de la Estiba que adapte la regulación al mandato del Tribunal de Luxemburgo y acabe con la incertidumbre.
“Este retraso (…) no afecta a todos los puertos por igual. Como es lógico, las partes eligen el escenario donde sus reivindicaciones puedan tener más impacto y ese escenario es el puerto de Valencia. Para nosotros es totalmente prioritario solucionar este problema”, apuntó Martínez.
Lo cierto es que el recinto del Grao se ha convertido en un banco de prueba. Porque el convenio que se negocia en Valencia podría marcar una pauta en otras plazas en el actual contexto. Pese a la complejidad, acuerdo ha estado muy cerca de rubricarse.
Según fuentes sindicales, lo respaldaron las dos mesas de negociación pero los servicios jurídicos de varias terminalistas detectaron brechas jurídicas en aspectos como el reconocimiento de las actividades complementarias. Aún así, Coordinadora llevará el borrador a la comisión bipartita para que analice si el texto se ajusta o no a la legalidad.