Por Redacción PortalPortuario/Agencia Reuters
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La infraestructura energética de Rusia se ha visto afectada por ataques con aviones no tripulados e incendios en el último mes, lo que recientemente llevó a detener el procesamiento y producción de petróleo en la refinería Rosneft de Tuapse, en el sur de Rusia, tras ser atacada con drones ucranianos, según dieron cuenta fuentes de aquel país.
Asimismo, Lukoil, el segundo mayor productor de petróleo de Rusia, ha paralizado una unidad en Norsi, la cuarta refinería más grande de Rusia, situada cerca de la ciudad de Nizhny Novgorod, a unos 430 kilómetros al este de Moscú, tras un “incidente”. Al respecto, el viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, indicó que los trabajos de reparación tardarían entre un mes o un mes y medio.
En tanto, a primeras horas del lunes 29 de enero, las defensas aéreas rusas frustraron un ataque con drones contra la refinería de petróleo Slavneft-Yanos en la ciudad de Yaroslavl, al noreste de Moscú, según dio cuenta el gobernador regional Mikhail Yevrayev.
En concreto, Rusia y Ucrania han atacado la infraestructura energética de cada uno en ataques diseñados para interrumpir las líneas de suministro y la logística, además de intentar desmoralizar a su oponente mientras intentan obtener ventaja en una guerra de casi dos años que no muestra señales de terminar.
En este contexto, en 2024 se han generado una serie de incidentes, destacando lo ocurrido el 18 de enero, cuando un funcionario designado de Rusia indicó que Ucrania había intentado, sin éxito, atacar una terminal petrolera rusa en el Mar Báltico con un dron. Ucrania dijo que había agredido objetivos en San Petersburgo con drones de fabricación propia.
Mikhail Skigin, copropietario de la terminal petrolera de San Petersburgo, señaló a los medios de comunicación RBC que la defensa aérea había frustrado una “catástrofe monstruosa”, lo que podría provocar pérdidas humanas y daños ecológicos al Mar Báltico.
En otra ocasión, cuatro tanques de petróleo en una gran instalación de almacenamiento en la ciudad de Klintsy, en la región occidental rusa de Bryansk, se incendiaron el 19 de enero después de que el ejército derribara un avión no tripulado de ataque ucraniano, de acuerdo a lo indicado por el gobernador regional. Un portavoz de la agencia de inteligencia militar de Ucrania no confirmó ni negó la participación de Ucrania.
En aquel mismo día, un incendio arrasó la refinería de petróleo de Riazán, la tercera más grande de Rusia, según comunicó el periódico Komsomolskaya Pravda, citando a los servicios de emergencia.
En tanto, el gigante energético ruso Novatek, el 21 de enero, se vio obligado a suspender algunas operaciones en la terminal de exportación de combustible del Mar Báltico en el Puerto de Ust-Luga, así como “procesos tecnológicos” en un complejo productor de combustible cercano debido a un incendio, iniciado -acorde a medios ucranianos- por un ataque con dron.
A causa de lo anterior, resulta probable que Rusia reduzca las exportaciones de nafta en unos 127.500-136.000 barriles por día, o alrededor de un tercio de sus exportaciones totales, después de que los incendios interrumpieran las operaciones en las refinerías de los mares Báltico y Negro, según comerciantes y datos de seguimiento de barcos de LSEG.