El buque Toro Rosso, fletado por una empresa de Etiopía, se encontraba fondeado frente al Puerto de Jorf Lasfar a la espera de cargar fertilizantes fosfatados marroquíes hasta que una explosión y un posterior incendio en la sala de maquinas de la nave dejara al menos siete tripulantes fallecidos.
Según informa Maritime Executive, las autoridades marroquíes están investigando el incidente, sin embargo, los detalles de la administración del navío no están claros, ya que se desconoce desde finales de 2023.
En línea con lo anterior, el barco comenzó a operar para K Line en la década de 1990, pero ha sido comercializado varias veces.
La última inspección registrada en el buque figura como 2022 tras ser detenido por múltiples problemas de seguridad.
Asimismo, Las autoridades marroquíes afirman que había 28 tripulantes a bordo, en su mayoría ciudadanos sirios, y que inicialmente sacaron tres cadáveres del barco.
Algunos informes indican que posiblemente hasta una docena de personas también resultaron gravemente heridas con quemaduras y fueron retiradas por el barco piloto y varios remolcadores antes de que también se utilizaran dos helicópteros para transportar a los heridos a tierra.