Roberto Paveck es economista y académico, especialista en innovación y en gestión de puertos, además de columnista de PortalPortuario

Recientemente, participé como panelista en el TOC Américas, realizado en la Ciudad de Panamá, donde discutimos la transformación digital en los puertos. Aunque este tema a menudo se asocia únicamente con la adopción de nuevas tecnologías, el consenso que emergió fue más amplio: la transformación digital es, ante todo, una oportunidad para impulsar la innovación y promover cambios significativos en comunidades, personas y procesos.

La transformación digital, por definición, es el proceso de integrar tecnologías digitales en todos los aspectos de una organización, alterando su operación y modelo de negocio para mejorar la eficiencia, la experiencia del cliente y la innovación. En el sector portuario, por ejemplo, el uso de sistemas avanzados ha mejorado el acceso a servicios logísticos y ha elevado la eficiencia operativa.

Sin embargo, muchas veces vemos la tecnología como un fin en sí misma, sin darnos cuenta de las oportunidades más amplias que su desarrollo puede proporcionar, ni de los desafíos significativos que esto acarrea. Un ejemplo de ello es el aumento de la automatización, que, aunque incrementa la eficiencia de las empresas, plantea cuestiones sobre la preservación de empleos. Este impacto ya es evidente en puertos asiáticos, donde la automatización ha reducido drásticamente la presencia humana, dando lugar a los llamados “puertos fantasmas”.

Ante la inevitabilidad de este cambio, creo que la manera en que enfrentemos estos desafíos definirá el futuro y la sostenibilidad del sector.

Los puertos que se limiten a la adopción de tecnologías enfrentarán más dificultades, especialmente en relación con la conservación de empleos. Por otro lado, aquellos que inviertan en innovación, capacitación y desarrollo tecnológico estarán mejor posicionados para aprovechar las oportunidades derivadas de esta transformación.

Para enfrentar estos desafíos, es esencial cambiar el enfoque de la simple adquisición de tecnologías hacia su desarrollo. Enfocar la tecnología como un proceso continuo y colaborativo nos permite crear soluciones adaptadas a nuestras necesidades, beneficiando directamente a las cadenas de valor locales. Este enfoque no solo estimula el crecimiento económico, sino que también fortalece las comunidades portuarias, genera empleos de mayor calidad y promueve la inclusión de pequeñas y medianas empresas en las operaciones portuarias.

Para ello, necesitamos hacer que los puertos sean más atractivos para emprendedores y startups, construyendo un ecosistema que fomente la innovación e incentive nuevas inversiones. En este contexto, la colaboración de las grandes empresas que operan en los puertos es fundamental. Frecuentemente, la presión por la eficiencia lleva a las empresas a priorizar la adquisición de soluciones externas, descuidando el potencial del ecosistema de innovación local para satisfacer las demandas. Esta postura limita las oportunidades para el desarrollo regional.

Por último, los puertos desempeñan un papel estratégico en las regiones en las que están insertos, actuando a menudo como los principales empleadores y motores del desarrollo económico. Para aprovechar plenamente la transformación digital como una oportunidad de cambio más amplio, es esencial reconocer que la verdadera transformación va más allá de la simple adopción de soluciones listas; se trata de cultivar una mentalidad que favorezca el desarrollo de soluciones que promuevan un progreso que trascienda el aspecto tecnológico.