Por Redacción PortalPortuario/Agencia Reuters
Las acciones de Maersk cayeron ante las expectativas de que un acuerdo de alto al fuego en Gaza podría eventualmente restablecer las rutas de transporte de contenedores a través del Mar Rojo y el Canal de Suez, aliviando la escasez de capacidad que ha sostenido las tarifas de flete.
Israel y Hamás acordaron el miércoles 8 de octubre la primera fase del plan para Gaza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo que generó esperanzas de que las fuerzas hutíes de Yemen, alineadas con Irán, puedan detener los ataques contra buques comerciales en el Mar Rojo. Tales agresiones han obligado a los transportistas a desviar sus rutas hacia el sur de África desde finales de 2023.
Sin embargo, los hutíes aún no han comentado sobre el acuerdo de alto el fuego ni han dado señales de un cambio en su política. El grupo se atribuyó la responsabilidad de atacar un buque operado por Países Bajos la semana pasada.
Las acciones de la empresa naviera danesa cayeron un 2% a las 10:25 GMT, alcanzando su nivel más bajo desde el 8 de julio. “Maersk está cayendo debido a la expectativa de nuevas reducciones en las tarifas de flete, en relación con una mayor probabilidad de tránsito seguro por el Mar Rojo”, comentó el analista de Sydbank, Mikkel Emil Jensen.
Los analistas advirtieron que, incluso si se mantiene el alto el fuego, es probable que las navieras esperen varios meses antes de tener garantías de que los ataques no se reanudarán.
Un portavoz de Maersk reiteró que el grupo considerará reanudar el tránsito por el Mar Rojo solo una vez que se haya establecido una solución de seguridad viable y a largo plazo.
“Existe un vínculo claro entre los riesgos de seguridad en el estrecho de Bab al-Mandab y el conflicto en Gaza, aunque aún es demasiado pronto para evaluar cómo el progreso en Gaza influirá en la situación en el Mar Rojo”, señaló.
“Esperamos que este acuerdo marque el primer paso hacia el fin del conflicto y el logro de una paz duradera”, complementó.
Un regreso al Canal de Suez aumentaría la capacidad de transporte disponible y ejercería mayor presión sobre las tarifas de flete, que ya han disminuido desde los máximos registrados a principios de este año, según analistas de Sydbank y ABG Sundal Collier.
