Por Redacción PortalPortuario
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La región de Arica y Parinacota se consolida como un eje estratégico para la integración económica y logística del continente sudamericano. Su ubicación privilegiada frente al océano Pacífico y en el extremo norte de Chile la posiciona como un punto natural de conexión entre el centro del continente y los mercados internacionales. No obstante, un potencial de Arica radica en su integración al Corredor Bioceánico Central, una red de transporte, producción y comercio que vincula a ambas costas del contienente, fortaleciendo los lazos entre países vecinos y promoviendo un desarrollo territorial más equilibrado. Serán estos y otros temas los que se abordarán en el próximo Nodo Bioceánico que se desarrollará los días 26,27 y 28 de noviembre.
El Nodo Bioceánico de Rondón, también conocido como Corredor Bioceánico Central, representa una visión de futuro compartido. Al conectar los estados del interior de Brasil —Rondônia, Mato Grosso y Mato Grosso do Sul— con los puertos del Pacífico a través de Bolivia, esta infraestructura permitirá reducir tiempos y costos logísticos, incrementando la competitividad de las exportaciones regionales hacia Asia. Para Brasil, Bolivia, Chile y Perú, el corredor ofrece una oportunidad concreta de crecimiento inclusivo.
Se estima que cada país se beneficiará de manera directa, ya que Brasil ampliará su acceso a los mercados asiáticos; Bolivia consolidará su rol logístico central; y Chile y Perú se fortalecerán como plataformas portuarias eficientes para el comercio global.
Estudios realizados por el IIRSA han identificado cadenas productivas activas entre Perú y Bolivia, y han confirmado la participación de Arica como proveedor logístico dentro del eje. En su área de influencia, destacan los sectores agrícola (15%) y minero (21%), seguidos por manufacturas (11%) y servicios (8%), lo que define los pilares económicos de la región. En cuanto al desempeño macroeconómico, el año 2024 mostró crecimientos relevantes: Perú lideró con un 3,2%–3,3% impulsado por minería, construcción e inversión privada; Chile alcanzó un 2,6% con fuerte componente exportador minero; y Bolivia registró un crecimiento del 1,4%.
El Puerto de Arica, con más de tres millones de toneladas movilizadas anualmente y un crecimiento superior al 150% desde el inicio de su concesión en 2004, se ha consolidado como uno de los terminales más dinámicos del norte chileno. Su experiencia en carga de tránsito internacional, especialmente desde Bolivia y la macrozona andina, lo posiciona como un socio confiable dentro del corredor bioceánico. Con inversiones en infraestructura, digitalización y eficiencia aduanera, Arica puede convertirse en la puerta de entrada y salida del comercio sudamericano hacia Asia, generando empleo, dinamismo económico e ingresos fiscales a través del canon de concesión y tarifas portuarias.
La actividad portuaria en Arica constituye una fuente estratégica de ingresos fiscales para el Estado y la comunidad regional. Mecanismos como la Tasa de Uso Portuario (TUP) y el Canon de Concesión permiten financiar infraestructura y desarrollo territorial. Estos recursos son fundamentales para modernizar la conectividad, fortalecer la competitividad y asegurar que los beneficios del comercio internacional se traduzcan en progreso local.
Además, la región cuenta con un marco normativo excepcional que incluye el Crédito Tributario de la Ley Arica, la Bonificación a la Contratación de Mano de Obra y el régimen de Zona Franca Industrial y de Extensión. Estos instrumentos permiten atraer inversión productiva, fomentar la instalación de industrias y servicios logísticos, y compensar las desventajas de operar en una zona fronteriza. La Zona Franca estimula actividades de manufactura, ensamblaje y distribución, mientras que el crédito tributario facilita la adquisición de activos fijos. En conjunto, estos incentivos convierten a Arica en una plataforma logística robusta, ideal para operaciones vinculadas al Nodo Bioceánico de Rondón.
La costa pacífica sudamericana vive una etapa de dinamismo logístico. Iniciativas como el puerto de Chancay y las mejoras en Arica apuntan hacia un sistema portuario moderno y complementario. Más que competir, se trata de construir una red colaborativa que beneficie a todo el bloque regional. El corredor bioceánico permitirá diversificar mercados y productos, fomentando nuevas cadenas de valor en agroindustria, manufactura, energía renovable y servicios logísticos especializados.
El Nodo Bioceánico de Rondón simboliza el espíritu de una Sudamérica integrada, donde la cooperación reemplaza la distancia y la logística se convierte en motor de desarrollo sostenible. Esta iniciativa se articula en torno a tres pilares: infraestructura y transporte coordinado; producción y comercio con encadenamientos sostenibles; y simplificación de procesos mediante interoperabilidad digital y cooperación aduanera. Integrar para crecer es el desafío y la oportunidad que convoca a gobiernos, empresas y comunidades en el próximo encuentro del Nodo Bioceánico en Arica.
