Por Redacción PortalPortuario/Agencia Reuters
Los clientes petroleros de Venezuela, incluidos los refinadores chinos, están exigiendo descuentos más profundos y cambios en los contratos spot a la estatal PDVSA, después de que Estados Unidos incautara un buque que transportaba crudo del país miembro de la OPEP, según dijeron comerciantes y otras fuentes.
Cabe recordar que la Guardia Costera de Estados Unidos interceptó la semana pasada el navío Skipper cerca de la costa venezolana, en la primera incautación de un petrolero o cargamento procedente del país sudamericano. Estados Unidos también impuso sanciones a seis naves y a las empresas vinculadas a ellos, junto con instaurar un bloque todos los petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela.
Cuando Estados Unidos tomó medidas para apoderarse del Skipper, que había transportado petróleo bajo sanciones desde Venezuela e Irán, PDVSA ya estaba teniendo dificultades para colocar su crudo cerca de los precios contractuales debido a una creciente avalancha de petróleo sancionado hacia su principal mercado, China.
La empresa estatal está lidiando con cargamentos de crudo atascados en aguas venezolanas y con tanqueros que dan media vuelta a petición de los propietarios de los navíos.
Los descuentos en los precios del crudo pesado Merey, el principal de Venezuela, con destino a China se han ampliado hasta 21 dólares por barril por debajo del Brent de referencia, frente a entre 14 y 15 dólares por barril la semana pasada, según dijeron dos comerciantes y una fuente de la empresa. Hablaron bajo condición de anonimato debido a la sensibilidad comercial.
La mayor parte del aumento en los descuentos refleja el creciente costo de una “cláusula de guerra” solicitada por los propietarios de los navíos para protegerse de interceptaciones, retrasos o desvíos debido a la presencia militar estadounidense en el Caribe.
Desde que PDVSA fue golpeada por las sanciones en 2019, que la dejaron sin sus clientes tradicionales (incluidos los refinadores de la Costa del Golfo de Estados Unidos), la empresa ha tenido que aceptar fuertes descuentos en los precios.
Ahora, PDVSA enfrenta una competencia enorme para vender a compradores chinos, quienes tienen acceso a abundantes suministros de crudo sancionado proveniente de Rusia e Irán.
Varios clientes están pidiendo a PDVSA que flexibilice los requisitos comerciales, especialmente la exigencia de que los cargamentos de petróleo sean prepagados en moneda digital para autorizar su salida.
Otros compradores quieren ser reembolsados por las demoras en puerto (demurrage), una tarifa aplicada por retrasos en el transporte, según las fuentes.
Si las condiciones comerciales no cambian en medio del aumento de riesgos para que clientes y navieras transporten petróleo fuera de Venezuela, PDVSA podría enfrentar una oleada de solicitudes para devolver cargamentos, dijo una fuente de la empresa.
PDVSA no respondió a una solicitud de comentarios. La ministra de Petróleo de Venezuela, Delcy Rodríguez, afirmó que las operaciones de la compañía no serían interrumpidas por las acciones de Estados Unidos, según el ministerio y PDVSA.
El principal socio de PDVSA en empresas mixtas, la estadounidense Chevron, sigue siendo la única compañía que exporta crudo desde Venezuela sin retrasos, mientras que los transportistas que trabajan con buques sancionados han estado zarpando en “modo oscuro”, es decir, con los transpondedores apagados para evitar interceptaciones.
Un tanquero fletado por Chevron, el Ionic Anax, partió el martes 16 de diciembre rumbo a Estados Unidos, mientras que otro, el Minerva Astra, estaba programado para cargar en el Puerto de Bajo Grande, según datos de LSEG.
Atascados o con descuento
Washington ha estado intentando cortar la línea de vida económica del gobierno de Maduro, que depende de los ingresos petroleros para financiar el gasto público.
Este año, China ha sido el destino de entre el 55% y el 90% de las exportaciones mensuales de petróleo de Venezuela, en comparación con el 40%-60% del año pasado. En noviembre, el país exportó 952.000 barriles diarios de petróleo, de los cuales 778.000 bpd fueron a China, según datos de monitoreo de buques.

Los refinadores independientes chinos, ya bien abastecidos por el creciente flujo de ofertas de petróleo ruso e iraní con descuento, no se han mostrado preocupados por el suministro inmediato desde Venezuela.
Pero analistas han advertido que los suministros venezolanos a China podrían reducirse en febrero si los tanqueros actualmente cargados y esperando en aguas venezolanas no pueden zarpar.
Hasta esta semana, más de 11 millones de barriles de petróleo venezolano estaban atascados en buques esperando salir mientras los comerciantes intentaban negociar descuentos adicionales, según las fuentes.
Sumando más problemas para PDVSA, un ciberataque esta semana dejó fuera de servicio los sistemas administrativos, obligando a una suspensión temporal de las entregas de petróleo en sus terminales.














































