Alejandro Tudela es presidente de Puertos Talcahuano
A 25 años de que la Ley 19.542 creara 10 empresas portuarias estatales, a partir de la Emporchi, la mirada hacia los próximos 25 demanda nuevos desafíos.
Primero, es clave la articulación e implementación de proyectos de conectividad que permitan segregar el tráfico de carga del de pasajeros. ¿Por qué? Porque sacar el transporte de carga de los centros urbanos incrementa la eficiencia del sistema de comercio exterior y, a la vez, mejora la seguridad y la calidad de vida de quienes habitan esos espacios.
Segundo, es vital promover y poner en marcha la intermodalidad del transporte terrestre, aumentando los volúmenes de carga transportados por el ferrocarril. Ello traerá aparejada una menor congestión vial y reducción en las emisiones de CO2.
Tercero, debemos desarrollar estudios de factibilidad para habilitar zonas de respaldo portuario, ya que no solo debemos aspirar a movilizar mayores volúmenes, sino también a tener dónde almacenarlos, gestionarlos, y distribuirlos de manera eficaz.
Cuarto, es esencial avanzar en la transformación digital escalando tres niveles: Un ERP que responda a las necesidades de la empresa, un sistema de intercambio de información para el control de concesiones, el desarrollo y puesta en marcha de una plataforma tipo PCS y, por supuesto, la integración al 100% a la Ventanilla Única Marítima.
Quinto, potenciar el trabajo con la comunidad social. La generación de una identidad de ciudad portuaria es un proceso largo y sostenido. No basta con el respeto de las vecinas, vecinos y autoridades, debiendo lograr que, además, exista y se fortalezca el sentido de pertenencia de la comunidad.
Sexto, valorar el rol de las comunidades logísticas, las autoridades sectoriales y los servicios públicos ligados a la actividad. Las portuarias son piezas de un sistema y gran parte de su atractivo es el rendimiento de la cadena de comercio exterior que las acompaña.
En suma, los puertos que vienen deben tener un perfil distinto: digitalizados, mejor conectados, y más amigables con su entorno. Hacia allá tenemos que avanzar, integrando a todos quienes forman parte de este ecosistema portuario.
