Argentina acaba de dar un paso clave en la transformación de su matriz energética con la aprobación de la Decisión Final de Inversión (FID) para el desarrollo del primer proyecto de Gas Natural Licuado (GNL) flotante del país, según consignó el medio GlobalPorts. Esto mediante la instalación de una unidad de licuefacción flotante (FLNG) frente a las costas de la provincia de Río Negro.
La iniciativa, impulsada por un consorcio integrado por Pan American Energy, Harbour Energy, YPF, Pampa Energía y Golar LNG, prevé el despliegue de dos FLNG. La primera de ellas será el buque Hilli Episeyo, ya confirmado para operar en la nación trasandina.
“Damos un paso decisivo hacia el futuro energético de Argentina”, expresó Martín Rueda, Managing Director de Harbour Energy Argentina, al anunciar el FID. Con una participación del 15% en el proyecto, la compañía británica se suma a este emprendimiento que busca convertir el potencial gasífero de Vaca Muerta en una plataforma concreta de exportación global.
El plan prevé la instalación de dos unidades de Golar LNG. El Hilli Episeyo, el que actualmente opera en Camerún y será trasladado a Argentina, y la unidad MK II, aún en fase de construcción. Juntas tendrán una capacidad de producción de aproximadamente 6 millones de toneladas anuales de GNL, posicionando al país como un nuevo jugador en el comercio internacional del gas.
Este proyecto no solo se destaca por su escala o su innovación tecnológica. Es también el primero aprobado bajo el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), lo que lo convierte en un caso testigo de cómo se busca atraer capitales a sectores estratégicos mediante condiciones especiales de estabilidad fiscal y normativa.
“El proyecto habilitará la exportación de gas de Vaca Muerta hacia el mundo”, remarcó Rueda, quien subrayó el valor de una 2visión compartida y el trabajo conjunto con nuestros socios, autoridades y comunidades”.
El buque Hilli Episeyo, construido en un astillero coreano sobre la base de un metanero tradicional, es la primera unidad FLNG del mundo en entrar en operación comercial.
Tiene 294 metros de eslora y capacidad para licuar hasta 2,4 millones de toneladas anuales de gas natural. Su llegada a la Argentina marca un técnico y también simbólico: representa la apuesta concreta por llevar los recursos del subsuelo neuquino directamente al mercado global.
De acuerdo a lo informado por las empresas que impulsan la iniciativa, “la operación de estas unidades flotantes permitirá saltear las demoras y los altos costos asociados a la construcción de plantas de licuefacción en tierra, acelerando los tiempos de exportación”.
El proyecto también debe leerse en clave geopolítica. En un contexto de creciente competencia global por el abastecimiento energético, el GNL se ha convertido en una pieza central para diversificar proveedores y garantizar seguridad energética.
En este sentido, la decisión de avanzar con este proyecto coloca a la Argentina en el mapa de los nuevos exportadores, en un mercado cada vez más demandante y volátil.
“Seguimos construyendo una cadena de valor energética que promueve inversiones, empleo, desarrollo local y nuevas oportunidades de exportación”, afirmó Rueda.
El desarrollo del GNL flotante en Argentina no solo abre nuevos mercados para el gas local, sino que también puede dinamizar actividades conexas como la industria naval, el transporte marítimo, los servicios portuarios y la ingeniería especializada.














































