Por Redacción PortalPortuario/Agencia Reuters
Autoridades de Brasil e Italia dieron cuenta que lanzaron dos operaciones conjuntas destinadas a desmantelar un complot transnacional para transportar cocaína desde Sudamérica a Europa utilizando buques de carga o aviones. Lo tratado permitió detener a 22 personas.
Las autoridades emitieron 18 órdenes de captura en Brasil y una en España contra presuntos miembros de grupos criminales vinculados al tráfico internacional de drogas. En Italia, la policía dijo en un comunicado que cinco personas fueron arrestadas.
Una fuente directamente involucrada en la operación en Brasil dijo a Reuters que el principal objetivo de la operación sigue prófugo, mientras que los otros 17 en Brasil han sido detenidos. Según los investigadores, el individuo aún prófugo tenía vínculos con una de las bandas criminales más grandes de Brasil, Primeiro Comando da Capital (PCC) y tenía 12 propiedades bloqueadas.
En Brasil, las autoridades también están ejecutando 46 órdenes de búsqueda y captura en domicilios de siete estados. En total, las autoridades buscaron congelar los activos de 36 personas y 43 empresas, según la fuente involucrada en la operación.
La trama involucra una asociación entre el PCC y el grupo mafioso más poderoso de Italia, la Ndrangheta, según la oficina del fiscal general de Brasil y una fuente brasileña con conocimiento del caso.
La Policía Federal brasileña y la Fiscalía General de la República afirman que la organización criminal mantenía una compleja red de lavado de dinero que, según estimaciones, realizó transacciones financieras por más de 2.000 millones de reales (330,4 millones de dólares) entre 2018 y 2022.
La justicia brasileña e italiana ordenaron el bloqueo de bienes y la incautación de inmuebles por valor de 126 millones de reales, tras solicitudes de los fiscales de ambos países.
Las investigaciones muestran que el grupo criminal aprovechó la infraestructura naviera brasileña para transportar grandes cantidades de cocaína a Europa utilizando el Puerto de Paranaguá, en el sur del país.
La droga estaba oculta en contenedores que transportaban cerámica, artículos sanitarios o madera y tenía como destino principal el Puerto de Valencia en España.
Según las autoridades, también se transportaba cocaína en aviones privados a aeropuertos belgas. Las investigaciones muestran que la red criminal organizaba el traslado de los bienes en los que se ocultaba la droga antes de las inspecciones aeroportuarias.