Por Redacción PortalPortuario
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La empresa valdiviana Astilleros y Servicios Navales S.A. (Asenav) suma la reparación de más de 479 naves desde 1997 y busca seguir apostando por esta área en una mirada hacia el futuro.
Según Asenav, sus instalaciones corren con la ventaja de estar en un entorno fluvial rodeado de agua dulce, condición que ofrece condiciones mucho más favorables para el desarrollo de las labores que se desarrollan en el recinto.
“El agua dulce de los ríos es mucho más amigable tanto para la fabricación, reparación, mantención e incluso transformación de los barcos. Esto porque el agua de ríos es mucho menos corrosiva que la del mar, que cuenta con un alto grado de salinidad en su composición y que acelera, por lo tanto, la vida útil de diferentes materiales como el acero”, explicó Fernando Tessada, subgerente de reparaciones de Asenav.
Actualmente, la plataforma de levante del astillero tiene capacidad para manejar embarcaciones de hasta 1.200 toneladas con una eslora máxima de 75 metros y una manga de hasta 18 metros. Además, dispone de un amplio espacio para atender simultáneamente dos naves, que le permiten a la empresa operar con mayor capacidad de atención.
“Cada día que una embarcación está en reparaciones representa un impacto directo en las operaciones de nuestros clientes. Por ello, priorizamos la rapidez y calidad en cada proyecto, con tiempos que van desde dos semanas para mantenciones menores hasta más de un mes en transformaciones complejas, con el objetivo de garantizar que las naves vuelvan a operar en el menor tiempo posible”, agregó Tessada.
El proceso reparación comienza con la llegada de la nave, que ingresa navegando a una piscina especializada dentro del astillero antes de ser elevada mediante un ascensor vertical. Este sistema permite una inspección detallada del casco por parte de un buzo comercial certificado, quien realiza una revisión inicial para evitar daños y preparar la embarcación para el trabajo en seco.
Luego, los primeros en intervenir son los granalladores, quienes limpian el casco utilizando granalla para retirar residuos incrustados. A partir de ahí, un equipo multidisciplinario trabaja de manera coordinada para llevar a cabo el mantenimiento.
Cada embarcación es atendida por un equipo base de diez personas, que se amplía según las necesidades específicas de cada proyecto. Este puede llegar a incluir hasta 30 profesionales altamente calificados, entre ellos especialistas en hidráulica, carpintería, electricidad, soldadura, entre otros. Todos trabajan de manera planificada, asegurando que cada aspecto del proceso se ejecute con precisión, sin dejar margen para errores.
De acuerdo con Asenav, la reparación de sistemas de propulsión y el mantenimiento preventivo para proteger las embarcaciones de los efectos del agua salada es el trabajo más frecuente que realiza el astillero.
Según Tessada, “el mar es una fuente viva de materias que puede generar acumulación de incrustaciones, como moluscos y otros organismos marinos en la estructura. Esto puede afectar de distintas maneras, como aumentar el consumo de combustible y reducir la velocidad, por lo que mantener el casco limpio y liso es clave”.
Además del trabajo de reparaciones, la empresa se encarga también de desarrollar transformaciones de naves que solicitan sus clientes. Estas van desde simples rediseños hasta complejas modificaciones estructurales, como el alargamiento de un barco o la adaptación de su uso para otros rubros.
“El plan es ampliar nuestras capacidades operativas, mejorando la eficiencia y atendiendo nuevas demandas del sector, para ofrecer soluciones de mantenimiento y reparación cada vez más complejas”, concluyó Fernando Tessada.