Astilleros y puertos enfrentan pérdidas millonarias por campaña de Trump contra industria de energía eólica marina

Por Redacción PortalPortuario/Agencia Reuters

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Foto de Brian Snyder/Reuters

Los astilleros y operadores portuarios de Estados Unidos están sufriendo las consecuencias de la campaña del presidente Donald Trump para eliminar la industria de la energía eólica marina, enfrentando pérdidas de cientos de millones de dólares en apoyo gubernamental, cancelación de pedidos de buques y un futuro incierto para inversiones.

Este impacto representa un efecto no intencionada de la política de Trump hacia la energía eólica marina, que ha incluido órdenes de suspensión de trabajos y revisiones de permisos para iniciativas de gran escala impulsados por la política de inversión verde del expresidente Joe Biden.

Trump califica la energía eólica marina como una tecnología antiestética e ineficiente que perjudica a las ballenas y aves. Sin embargo, también es un ferviente defensor de las industrias marítimas estadounidenses, que considera fundamentales en la competencia global por el comercio y la supremacía militar en alta mar.

“Su argumento es contraproducente”, sostuvo Joe Orgeron, representante estatal republicano de Luisiana y expropietario de una empresa de embarcaciones offshore, quien señaló que la industria eólica marina fue responsable de numerosos pedidos de navíos en los últimos años. “Todo eso se detuvo de repente, lamentablemente”, remarcó.

Reuters entrevistó a 13 representantes portuarios, constructores navales y grupos comerciales que detallaron los impactos colaterales de las medidas políticas de Trump contra la energía eólica marina.

Los impactos incluyen la cancelación de más de 679 millones de dólares en financiamiento del Departamento de Transporte destinado a puertos para apoyar la energía eólica marina, entre ellos una subvención de 34 millones de dólares para una instalación en Salem, Massachusetts, que se esperaba generara 75 millones en ingresos fiscales durante 20 años y creara 800 empleos.

Mientras tanto, los pedidos de nuevas naves de servicio para energía eólica marina -diseñadas para transportar trabajadores y enormes turbinas marinas o para instalar cables submarinos- también han desaparecido, según el grupo comercial Oceantic, tras un activo 2024 en el que se lanzaron al menos 10 embarcaciones estadounidenses construidas para ese propósito.

Las unidades existentes también están siendo vendidas o consideradas para su redistribución a otras regiones del mundo, según el reporte.

La administración Trump afirmó que puede reactivar la industria de construcción naval y portuaria de Estados Unidos, que ha sufrido durante años por el aumento de costos y la falta de apoyo gubernamental, sin depender del respaldo a la energía eólica marina.

“Esta administración restaurará la supremacía marítima de Estados Unidos modernizando nuestros puertos y ampliando nuestra capacidad de construcción naval para competir con la China comunista”, declaró el Departamento de Transporte de Estados Unidos a Reuters.

“También lo estamos haciendo de la manera más rápida y rentable posible, dos atributos completamente ausentes en la fabricación de energía eólica marina”, complementó.

Cancelación

Maersk canceló este mes un contrato de 475 millones de dólares para construir un buque diseñado específicamente para instalar enormes turbinas en el proyecto Empire Wind frente a la costa de Nueva York, lo que pone en evidencia la caída en la demanda de este tipo de navíos.

Empire Wind, de la empresa Equinor, se vio envuelto a principios de año en la oposición de Trump a la energía eólica marina, cuando la administración emitió una orden de suspensión de trabajos que retrasó su construcción durante un mes.

El constructor del barco, Seatrium, con sede en Singapur, declaró que está evaluando sus opciones para la embarcación -casi completamente construida- y que podría emprender acciones legales.

El auge de la energía eólica marina en el noreste de Estados Unidos en los últimos años había impulsado una fuerte demanda de este tipo de naves, incluidas varias construidas en astilleros estadounidenses o con bandera de aquel país, según el grupo comercial Oceantic Network.

La organización estima que el sector ha atraído en total 5.100 millones de dólares en inversiones portuarias y 1.800 millones en pedidos de buques.

Entre las naves construidas destaca la Charybdis, valorada en 715 millones de dólares, la única con pabellón estadounidense diseñada para instalar turbinas eólicas, que actualmente trabaja en el proyecto Coastal Virginia Offshore Wind de Dominion Energy.

La empresa Edison Chouest, de Luisiana, también construyó dos unidades de alojamiento para trabajadores offshore destinadas a proyectos de Equinor y Orsted que aún están en obras. Sin embargo, ese trabajo se está agotando.

El desarrollador US Wind afirmó en documentos judiciales presentados este mes que estaba en camino de asegurar embarcaciones especializadas para la instalación de turbinas eólicas marinas, pero los esfuerzos de la administración Trump por detener su proyecto en Maryland interrumpieron ese progreso.

Estas naves son escasas y se reservan con años de antelación, por lo que requieren acción temprana para cumplir con los plazos de construcción.

Blount Boats, de Rhode Island, que comenzó a construir embarcaciones de transferencia de tripulación para energía eólica marina en 2016, anunció que ha cesado completamente esa actividad.

“Hemos pasado página. No hay contratos para esos barcos, y es simplemente porque la administración Trump ha cerrado esa vía”, comentó la vicepresidenta ejecutiva Julie Blount.

Mientras tanto, algunos navíos existentes están siendo vendidas. Seacor Marine, con sede en Houston, anunció en agosto que vendería dos liftboats con bandera estadounidense -utilizados en los parques eólicos marinos Block Island y South Fork- a la empresa nigeriana JAD Construction por 76 millones de dólares, citando retrasos y cancelaciones.

Otras naves enfrentan un futuro incierto. La Acadia, valorada en 200 millones de dólares y primera unidad estadounidense para instalación de rocas, probablemente trabajará en el extranjero tras completar encargos para Equinor y Orsted, según Bill Hanson de Great Lakes Dredge & Dock Corp. La empresa no tiene planes para construir más embarcaciones de energía eólica marina.

Puertos también tambalean

Oceantic estimó el año pasado que más de dos docenas de puertos estadounidenses estaban desarrollando proyectos relacionados con la energía eólica marina. Muchos de ellos perdieron financiamiento crítico cuando el Departamento de Transporte canceló 12 subvenciones por un total de 679 millones de dólares en agosto, afectando proyectos en estados como Massachusetts, Nueva York, California, Maryland y Virginia.

“Es realista observar el panorama actual y ver que esta industria enfrentará grandes desafíos bajo la administración actual”, expresó el alcalde de Salem, Dominick Pangallo, cuya ciudad lucha por sacar adelante su proyecto portuario tras la cancelación del financiamiento.

En el norte de California, el puerto eólico marino de Humboldt Bay, que perdió 426,7 millones de dólares (la mayor parte del financiamiento cancelado), se espera que se retrase unos cinco años, hasta al menos 2035, según Chris Mikkelsen, director ejecutivo del distrito portuario de Humboldt Bay. El proyecto espera poder acceder a fondos de un bono climático estatal para compensar la pérdida de dinero federal.

En Norfolk, Virginia, el desarrollador de una terminal logística marítima que perdió una subvención de 39 millones de dólares presentó una propuesta revisada que desvía el enfoque del proyecto lejos de la energía eólica marina para alinearse con las prioridades de la administración, según funcionarios de desarrollo económico de la ciudad. Algunos proyectos portuarios siguen en marcha.

El South Brooklyn Marine Terminal de Equinor, que apoyará su proyecto Empire Wind, está completado en un 70% y ha empleado a unos 3.000 trabajadores, según un portavoz de la empresa.

En Maryland, US Wind afirma que mantiene su plan para una instalación costera de fabricación de acero que podría servir a las industrias de construcción naval y energética, a pesar de la cancelación de una subvención portuaria de 47,4 millones de dólares y de los planes de la administración para revocar el permiso de su proyecto eólico marino.

Sin embargo, US Wind también advirtió en documentos judiciales que podría enfrentar la bancarrota si su proyecto es cancelado.

Jim Strong, del sindicato United Steelworkers, que tiene un acuerdo para suministrar trabajadores a la instalación de US Wind, dijo que es optimista respecto a que Trump reconozca cómo las inversiones en energía eólica marina pueden repercutir en industrias que le importan.

“Mostró una enorme pasión en sus campañas al hablar sobre el acero. Quiero creer que, una vez que se conozca la historia, podría haber un cambio de postura”, comentó Strong sobre Trump.


 

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