El buque Spiridon II con casi 3 mil vacas a bordo atracó en Libia y espera poder descargar los animales en Líbano, donde finalmente serán faenados. El navío zarpó desde Uruguay el pasado 19 de septiembre con el cargamento con destino a Turquía, sin embargo, la falta de certificados sanitarios y comerciales imposibilitó el desembarco del ganado, permaneciendo por varias semanas al interior del barco.
La nave permaneció a la gira frente a la costa turca desde el 22 de octubre y, según estimaciones, durante la espera murieron 58 bovinos, mientras que las novillas preñadas dieron a luz 140 terneros, consignó el medio Perfil.
A pesar de tener más claridad sobre el futuro de las vacas, las organizaciones protectoras de animales creen que las posibilidades de que los vacunos sobrevivan a otra navegación por el Atlántico son bajas, como para considerar el retorno al Puerto de Montevideo.
“Nos informaron que estaban viendo si podían descargar en algún otro puerto, porque las posibilidades de llegar con vida a Montevideo eran mínimas. Este barco vuelve sin un veterinario a bordo, algo que es absolutamente imprescindible en esta clase de viajes”, señaló la activista uruguaya, Rita Rodriguez González.
Rodriguez denunció que “nadie se hace cargo” por la situación de las vacas exportadas vivas y varadas en Turquía. “El Estado uruguayo está totalmente ausente, se lava las manos diciendo que es un problema entre privados”, afirmó.
De la misma manera, la fundación proteccionista Animal Welfare Foundation (AWF), que viene siguiendo los pasos del Spiridon II desde que partió hace dos meses, estimó que el buque recién llegaría a Uruguay a mediados de diciembre con lo que el ganado moriría de no descender antes.
“La mayoría, si no todos, no sobrevivirán a este horrible viaje”, señaló la directora del proyecto AWF y veterinaria, Maria Boada Saña, por la falta de alimento y agua para los animales.
“En condiciones tan hacinadas e insalubres, los abortos son casi inevitables. E incluso si un ternero nace vivo, tiene pocas posibilidades de sobrevivir”, explicaron desde la fundación.
“Las personas a bordo no están ni entrenadas ni equipadas para cuidar animales gravemente enfermos o moribundos. Se enfrentan a una tarea que nadie puede cumplir. Ellos también deben ser liberados de esta situación, porque no son responsables de esta indecible tragedia”, señalaron en la AWF.














































