“Comparar el combustible consumido con el vertido del Prestige no tiene más objetivo que el de llamar la atención de una manera efectista, para seguir desinformando con fines ideológicos”, sostuvo.
“Si queremos un debate serio lo que deben hacer es aportar los estudios que respaldan sus afirmaciones y someterlos al análisis científico”, añadió.
CLIA en su nota de prensa también sostuvo que ni el informe elaborado por la Universidad de las Islas Baleares (UIB) sobre la contaminación en el Puerto de Palma ni el del Govern sobre la calidad del aire han aportado conclusiones que señalen a la actividad de los cruceros como responsable principal de la contaminación de la ciudad.
“La actividad del Puerto de Palma no explica por sí sola los niveles de ruido y partículas PM10 presentes en el aire” y que “por tipo de barco, solo la actividad de los ferris muestra una correlación relativamente elevada con la concentración de partículas PM10 en suspensión en el aire”, expuso la asociación
La asociación también expuso que las naves de las compañías que forman parte de CLIA deben implementar “obligatoriamente” las políticas medioambientales de la asociación, que superan ampliamente las exigencias regulatorias existentes.
“Los cruceros aplican algunas de las estrategias más avanzadas del mundo en reciclaje y reutilización. De hecho, gracias a los esfuerzos del personal de gestión de residuos de los cruceros se ha reducido la proporción de basura a eliminar por persona y ha aumentado la tasa de reciclaje en cruceros frente a la de los viajeros por tierra, e incluso la de esas mismas personas cuando están en sus casas”, concluyó Clia España.