Por Redacción PortalPortuario/Agencia Reuters
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Los 69 ciudadanos bolivianos que fueron detenidos en un crucero en Barcelona con documentos de viaje falsos y visados inválidos finalmente abandonaron el MSC Armonia, incluido familias con niños, permitiéndole al navío continuar su travesía tras un largo retraso que enfadó a otros pasajeros.
El buque de turismo, que inició su viaje en Brasil, llegó a Barcelona a primera hora del martes 2 de abril y tenía previsto partir hacia Córcega, frente a la costa francesa, ese mismo día.
Lo anterior no se concreto luego que fuera detenido por las autoridades españolas tras percatarse que las visas de los ciudadanos bolivianos no eran válidas. Según una fuente del Ministerio del Interior de España, también portaban documentos falsos.
Los bolivianos, a quienes se les negó el acceso a territorio español, serán trasladados a otro barco mientras las autoridades procesan sus casos para decidir sobre posibles deportaciones o concesión de asilo, dijo la delegación.
Hablando desde la terminal portuaria, un boliviano llamado Juan, que no quiso dar su apellido, dijo que su hijo estaba entre los detenidos.
Su hijo, dijo Juan, venía a España de vacaciones y había confiado en una compañía de viajes que le aseguró que su documentación era legal cuando en realidad no lo era. “No sabemos si seremos deportados. Ahora mismo estamos en un momento de espera en el que no sabemos si habrá una solución”, sostuvo Juan.
El periódico El País dijo que los bolivianos tenían la intención de establecerse en España. El caso podría señalar una ruta migratoria irregular menos conocida desde América Latina hacia Europa. El coste de un viaje similar en un crucero ronda los 1.000 euros (1.086 dólares), según un sitio web especializado.
El operador suizo-italiano MSC Cruises, responsable de comprobar los documentos de viaje, dijo en un comunicado que colaboraría en la investigación. Los bolivianos deberán “seguir el proceso de inmigración previsto por la ley”, afirmó.
Los pasajeros del MSC Amonio dijeron a Reuters que las paradas previstas en Francia, Grecia y Croacia habían sido canceladas debido al retraso.
“La gente a bordo está furiosa, siente que es surrealista”, dijo Paul Ibarguengoitia, de 26 años, que viaja con su familia en el crucero, añadiendo que algunos pasajeros descontentos habían abandonado el barco por el cambio de itinerario.