Daniella De Luca es docente e investigadora en la Escuela de Negocios Internacionales de la Universidad de Valparaíso y socia fundadora de Click and Connect.

Las malas noticias referentes a las elevadas tarifas de los fletes marítimos y aéreos internacionales, no paran. Con niveles que han superado cualquier expectativa, el comercio exterior y la cadena de suministro global sigue estando a prueba por más de un año y medio desde que comenzó la pandemia.

En esta industria no solo han sido los fletes, sino que los cambios de recaladas, los roleos de las cargas, rumores de cancelación de servicios, desabastecimiento, dificultad para poder conseguir el anhelado contenedor, extra-costos atribuidos a este escenario sin precedentes, son los elementos que se añaden como condimento en esta triste historia que impacta tanto a importadores como exportadores, pero también a nosotros como consumidores finales.

En este escenario, ha sorprendido el nivel de cobertura y preocupación que han generado los fletes, pero nos gustaría también hacer un análisis de la situación actual que está afectando a las pequeñas y medianas empresas, pero no solo a nivel de tarifas, sino que también los impactos asociados al pago de impuestos u otros ítems vinculados al cálculo CIF, el cual incluye el costo del producto, el valor del seguro y del últimamente tan manoseado flete. Pensemos en una importación (pre pandemia) con un Valor FOB USD 20.000, considerando un flete marítimo promedio USD 1500 con un seguro aproximado de USD 70 , el valor de IVA a pagar seria de aproximadamente $ 3.200.000 pesos considerando un TC de 800 (*), haciendo el mismo ejercicio bajo el actual escenario Valor FOB USD 20.000 flete promedio 15.000 , un seguro aproximado de USD 115 a un TC de 800, el IVA a pagar será aproximadamente de 5.300.000, pero esto no es todo, pues podría ser que los honorarios del agente de aduanas pudieran ir también en función del valor CIF.

Y ¿qué pasa cuando la carga ya se encuentra en Chile? Durante los años previos a la pandemia comenzamos visualizar una variedad interesante de cargos locales, los cuales permitieron compensar los bajos fletes marítimos de aquellos tiempos, costos locales que hoy surgen en cada embarque sin mayor detalle y los cuales son prácticamente imposible descifrar por quienes no cuentan con la experiencia necesaria en esta industria, siendo casi imposible proyectar un costo de importación o peor aún, no teniendo como validarlo anticipadamente, pues dichos recargos aparecen como por arte de magia en nuestras facturas, las cuales ya fueron canceladas previamente para poder internar nuestra carga, por lo que cualquier reclamo posterior, si no tenemos un poder de negociación importante, posiblemente será una pelea perdida para dichas pymes.

Desde el laboratorio de costos de Click and Connect, hemos realizado algunos sondeos, donde hemos preguntado por algunos conceptos muy utilizados en el comercio exterior, tal como es el caso de los tipos de contrato de transporte marítimos disponibles (BLs) y nos hemos encontrado con que cada persona entiende algo distinto. No hay consenso, en definitiva, no se sabe que con precisión lo que se está pagando, lo que se ha gestionado, por qué concepto se está realizando el pago y a quiénes se debe cancelar. Solo imaginen un profesional que ha estudiado comercio exterior y no tiene 100% claros los conceptos, qué pasa entonces con las pymes que se aventuran en este mundo.

En este sentido, sabemos que hay una falta de comprensión de la dificultad que presenta hacer comercio exterior para el pequeño comerciante, creemos que se necesita una entidad que enseñe, que explique, que estandarice cómo se deben hacer estas operaciones, que exista una claridad y no una caja negra en las operaciones portuarias y extraportuarias y, por sobre todo, que sigamos mejorando la competitividad de las pequeñas y medianas empresas a nivel local y nacional. Buen ejemplo es el de Callao Online…esperamos poder llegar a ello pronto.

(*) no llevamos el TC a niveles prepandemia para poder comparar.