Cuando reflexionamos respecto a nuestro puerto y cómo éste está indisolublemente ligado al futuro de nuestra región no podemos sino pensar en aquellos proyectos que tanto necesitamos y que se nos prometen desde hace tiempo. Por una parte estamos esperando desde hace años la ansiada conexión de los océanos Pacífico y Atlántico a través del anunciado Corredor Bioceánico el cual, junto a un túnel de baja altura, posibilitaría que nuestra región se convierta en una plataforma logística en América del Sur.
Ya en el programa público de inversión regional de la región de Valparaíso y la estrategia de desarrollo regional 2007-2010, ambas del Gobierno Regional de Valparaíso, se nos decía que “La consolidación del Corredor Bioceánico, es una oportunidad que se otorga a la región para potenciar los tratados de libre comercio con entidades sub- nacionales de Argentina, Uruguay y Brasil con quienes se comparte la pertenencia a un eje transversal entre el océano Pacífico y Atlántico”.
Y respecto a la construcción en Valparaíso de un puerto con capacidad para atender grandes naves, un megapuerto o puerto a gran escala, las contradictorias informaciones oficiales solo nos dejan más intranquilos, más aún cuando, atendiendo a nuestra condición de país marítimo, lo que debiéramos esperar no solo es una clara definición respecto a su localización, sino también conocer un ambicioso plan de inversiones en infraestructura portuaria y de infraestructura de acceso a nuestros puertos.
Lo anterior, tomando en consideración el crecimiento de los puertos en el Perú, el cual ha sido posible porque el país vecino ha venido desde hace tiempo invirtiendo tanto en modernización, logística como en infraestructura. Solo en Callao el vecino país, entre los años 2005 y 2012, realizó una inversión de 543 millones de dólares; a lo anterior hay que destacar que Perú entregará, mediante concesión a operadores privados, los puertos de Chimbote, Salaverry e Ilo con una inversión en infraestructura por 479 millones de dólares.
Otro tema que es crucial para el futuro portuario, especialmente en Valparaíso, que cuenta con escasos terrenos de respaldo, lo constituye la necesidad que se tome conciencia de la necesidad de resguardar espacios del borde costero para actuales y futuros proyectos de expansión portuaria. Estos temas son un desafío para nuestro país que estimamos debe ser enfrentado con urgencia.