Domingo Caracciolo: “Sin remolcadores ni lanchas de práctico, el comercio exterior de Chile se detendría”

Por Redacción PortalPortuario.cl

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Si sumamos sus años navegando como pescador artesanal y los que lleva a bordo de remolcadores, Domingo Caracciolo Álvarez (62), ha pasado 48 años trabajando en la mar. En la ciudad puerto, su historia está ligada al océano, pero en San Antonio su apellido también es sinónimo de lucha.

En el marco de las festividades del Día de la Marina Mercante Nacional, Caracciolo habla de sus objetivos y anhelos como líder de Relasan, la primera agrupación que reúne a tripulantes de lanchas de práctico y remolcadores del Puerto de San Antonio. 

La entidad; no obstante, ha sumado -con el correr del tiempo- a  130 marinos de diferentes puertos del país, los cuales estarían dispuestos a paralizar si “las autoridades no entienden que sin remolcadores y lanchas de práctico no hay comercio exterior ni trabajo portuario”.

¿Cómo llegó a los remolcadores y cuánto tiempo lleva aquí?

Navego desde los 15 años, pero a los remolcadores llegué hace 25; primero estuve en SAAM, luego en Kenrick y finalmente me enrolé en Humboldt. Comencé en la pesca artesanal y me siento muy afortunado por haber podido sentir esa libertad que siente el pescador. Sin embargo, en la pesca industrial, que fue donde estuve después no me gustó para nada. Recorrí muchos puertos de nuestra costa y el desorden que había a bordo siempre me tuvo incómodo.

¿Cómo es trabajar en un remolcador?

La vida a bordo es siempre al límite, se siente la potencia de la embarcación mientras se abre paso entre las olas o empuja un portacontenedores y las maniobras nunca son iguales, por más que entremos naves siempre a los mismos sitios o en el mismo puerto. Aquí estamos en un trabajo de alto riesgo y eso aún no se reconoce como tal. Uno de los objetivos de haber creado Relasan, es precisamente el conseguir que nuestro quehacer está fuera de lo que podemos considerar normal y por ende requiere de normas adaptadas a esta condición de trabajo.

¿Han cambiado mucho los remolcadores en estos 25 años?

Claro que sí, la llegada de la propulsión con tecnología azimutal, el cambio de espías desde el perlón al moderno y ultrarresistente “dynema”, pasar de 2.000 a 5.000 caballos de fuerza de potencia, por solo mencionar algunos cambios, han transformado la industria de una manera vertiginosa.

¿Qué cosas se han mantenido en este cuarto de siglo?

El orden y disciplina que hay a bordo. ( Y mientras dice esto, hace un gesto con la mano y señala a su alrededor, Caracciolo muestra que en el remolcador todo se ve limpio y listo para operar. Además de la pulcritud de la nave, el sentido del respeto que impera a bordo permite que haya una gran camaradería entre todos los integrantes de la tripulación).

¿Por qué se crea la agrupación Relasan?

Nuestra agrupación se crea con el fin de hacer presión para algo tan simple como obtener el derecho a estar amarrados al muelle (Sitios 6 y 7) y no flotando. Esto, que parecía evidente en cualquier puerto, nos costó una pelea de años y durante ese tiempo tuvimos que sufrir cortes de cadena (porque estábamos fondeados a la gira), compañeros que cayeron al agua tratando de embarcar o accidentes producto de los embates del oleaje.

¿Cuáles son los objetivos de la agrupación?

Nosotros fuimos excluidos por el Ministerio del Trabajo cuando se estableció quién era trabajador portuario y quien no. Así que nuestra principal lucha es que se reconozca que somos tan portuarios como la gente del muelle.

¿Por qué cree que no fueron incluidos en el listado de actividades que son consideradas trabajo portuario?

Muy simple, porque en Chile este tipo de normativas son redactadas en Santiago por personas que jamás han puesto un pie en el puerto. En resumen, por ignorantes que no consideraron que en una maniobra de zarpe o recalada era imprescindible la ayuda de los remolcadores y lanchas de práctico. Algo similar les ocurre a los amarradores, que tampoco fueron estimados como trabajo portuario. La lucha de la agrupación Relasan, que ya suma integrantes en la mayoría de los enclaves marítimos de Chile, es conseguir que nuestro oficio sea reconocido no solo trabajo portuario, sino como una faena de alto riesgo.

¿Qué cambiaría para los tripulantes de lanchas de práctico y remolcadores si fueran considerados trabajadores portuarios?

Lo primero y más importante, sería poder a separar de manera correcta, la jornada laboral de los momentos para descansar. Asimismo, optar a beneficios tras el término de nuestra vida laboral, como pensiones de gracia. Otro aspecto importante, es que anhelamos que nuestra actividad sea considerada como trabajo pesado y si hoy no nos conocen, difícilmente podremos conseguir algo así.

¿Cómo pretenden conseguir ese objetivo?

Estamos dialogando con diversas entidades, a nivel provincial y también nacional. Hasta ahora, hemos tenido una buena acogida y confiamos en que la sensibilidad de este gobierno logre revertir la indiferencia con la que fueron recibidos nuestros planteamientos anteriormente. Dialogamos, porque somos consientes que, sin remolcadores ni lanchas de práctico en una maniobra, el comercio exterior de Chile se detendría inmediatamente, pero si las autoridades finalmente no nos escuchan, Relasan está considerando parar nuestras operaciones en los puertos de la agrupación hasta conseguir ser tratados acorde a nuestro derecho de ser portuarios.


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