Ernesto Piwonka: PGE ¿quo vadis? (II)

Por Ernesto Piwonka, Ingeniero Civil en Transportes PUC.


Ernesto Piwonka.

En mi anterior columna recordamos, grosso modo, el proceso que llevó a la actual discusión sobre la ubicación del PGE. Pero, ¿se requiere realmente un puerto así?

Hay varios elementos a considerar para responder esa pregunta. Por supuesto, están las estimaciones de demanda, que en términos generales dicen que en el mediano plazo Chile enfrentará un déficit de capacidad de transferencia de TEUs. Años más, años menos, es sabido que los puertos chilenos, endémicamente, adolecen de escasez de áreas de respaldo, problema evidentemente creciente con los niveles de transferencia.

Pero, además:

Tampoco contamos con una buena capacidad para recibir buques de gran tamaño: son pocos los sitios (no digamos terminales) con 15 metros de calado, grúas gantry postpanamax (hablemos de alcanzar el row 18 al menos) y esloras admisibles superiores a 330 metros (cuando las hay, normalmente no admiten más de un buque simultáneamente): ya esas dos variables justifican las inversiones que actualmente están realizando STI y TPS. Pero no es mucho más lo que puede conseguirse dragando y extendiendo los terminales actuales.

• Aún si se lograra que todos los sitios actuales “calaran” 15 metros, y se extendieran los frentes para atracar varias naves simultáneamente, seguiríamos sin contar con áreas de respaldo suficientes para operar eficientemente. Darnos el lujo de tener un TPS, que alcanza más de 60.000 TEUs/há*año, significa incrementar, indirectamente, el costo logístico para el comercio exterior, por lo que no es una solución sistémica que podamos pretender extender en el tiempo y a otros terminales.

• Adicionalmente, es importante también considerar el layout de los puertos, aspecto incidente en su eficiencia y más aún si se trata de instalaciones de gran tamaño.

De no contar con terminales con esas capacidades físicas y que, además, representen costos logísticos razonables, los buques grandes dejarán de llegar, optando alternativamente por puertos que sí ofrezcan esas condiciones (es ahí donde aparece el fantasma del Callao) y las mercancías llegarían o saldrían de Chile a través de servicios feeder, en buques más pequeños y por ello con un costo total mayor para nuestro comercio exterior.

No debemos olvidar que, con respecto a otros países con los cuales “competimos” (sea en dimensiones tales como nuestros sistemas portuarios o en comercio exterior), no ganamos copas ni medallas, ni siquiera clasificamos: en el ranking LPI 2016 obtuvimos el lugar 46, cuatro menos que en 2014 y siete por debajo de 2012. Eso significa, por ejemplo, que nuestros productos de exportación son menos competitivos que los de otros países con mejores índices y por lo tanto tenemos una “desventaja de origen” para competir en los exigentes mercados globales.

Y la variable logística es altamente incidente. Hoy en día, lo es más que los aranceles, en los cuales hemos puesto mayores esfuerzos a través de TLCs y otras iniciativas. De hecho, el BID calculó que una reducción regional de 10% en los costos de transporte tendría un impacto 20 veces mayor en los niveles de exportación de la región a Estados Unidos que una reducción de 10% de los aranceles.

Todo lo anterior muestra la necesidad de tener infraestructura portuaria adecuada para recibir buques (y carga) postpanamax pero, ¿realmente existe demanda para ellos?

Afortunadamente, una de las ventajas de proyectos como los que hoy se están concibiendo es que no requieren ejecutar toda la inversión de inmediato: puede hacerse gradualmente, en la medida que se requiera. Así, se puede partir con una primera parte, adecuada a los actuales niveles de demanda, e ir ampliándola con el tiempo. No en vano los principales terminales de contenedores en la zona, STI y TPS, transfieren en conjunto más de 2 millones de TEUs anualmente.

Pero existe una pregunta adicional, que puede ser incluso más significativa que las anteriores: ¿está el resto de la red logística –infraestructura y servicios, públicos y privados– preparada para lo que representa tener un puerto de estas dimensiones, sumado a los ya existentes?

Sobre ello tratará la próxima columna…

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