Estados Unidos desplegará recursos adicionales para apresar petrolero venezolano a la fuga

Por Redacción PortalPortuario/Agencia Reuters

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La Guardia Costera de Estados Unidos (USCG) está esperando la llegada de fuerzas adicionales antes de intentar -potencialmente- abordar y apresar un petrolero vinculado a Venezuela que ha estado persiguiendo desde el domingo 21 de diciembre, según informó un funcionario estadounidense y una fuente familiarizada con el asunto a Reuters.

El buque, identificado por grupos marítimos como el Bella 1, se ha negado a ser abordado por la USCG. Esto significa que la tarea probablemente recaiga en uno de los dos equipos especializados -conocidos como Maritime Security Response Teams– que ingresan a naves en estas circunstancias, incluso descendiendo con cuerdas desde helicópteros.

La persecución de varios días pone de relieve la discrepancia entre el deseo de la administración de Donald Trump de apresar petroleros sancionados cerca de Venezuela y los recursos limitados de la agencia que principalmente lleva a cabo las operaciones, la USCG.

A diferencia de la Marina de Estados Unidos, la Guardia Costera puede realizar acciones de aplicación de la ley, incluyendo el abordaje y la incautación de buques sujetos a penalizaciones estadounidenses.

A comienzos de este mes, Trump ordenó un “bloqueo” de todos los petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela, en la más reciente medida de Washington para aumentar la presión sobre el mandatario venezolano Nicolás Maduro.

En las últimas semanas, la Guardia Costera ha incautado dos petroleros cerca de Venezuela. Tras la primera aprehensión, el 10 de diciembre, la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, publicó un video de 45 segundos que mostraba dos helicópteros acercándose a una nave y a individuos armados con uniforme de camuflaje descendiendo en rápel sobre ella.

Una publicación en redes sociales del sábado 20 realizada por el Departamento de Seguridad Nacional -que supervisa a la Guardia Costera- mostró lo que parecían ser oficiales de la USGC a bordo del portaaviones Gerald Ford, preparándose para partir y apresar el Centuries, el segundo de los navíos abordados por Estados Unidos.

Un funcionario estadounidense, que habló bajo condición de anonimato, dijo que los oficiales de la Guardia Costera en el Ford pertenecían a un Maritime Security Response Team y que en ese momento estaban demasiado lejos del Bella 1 para llevar a cabo una operación de abordaje.

“Hay equipos limitados que están entrenados para este tipo de abordajes”, señaló Corey Ranslem, director ejecutivo del grupo de seguridad marítima Dryad Global y anteriormente miembro de la Guardia Costera de Estados Unidos.

El Departamento de Seguridad Nacional no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios y Reuters no pudo determinar qué otros motivos, si los hubiera, han llevado a que la Guardia Costera aún no haya apresado el buque.

La administración podría finalmente optar por no abordar ni apresar la nave. La Casa Blanca afirmó que Estados Unidos seguía en una “persecución activa de un buque de la flota oscura sancionada que forma parte de la evasión ilegal de sanciones de Venezuela”.

Recursos limitados

La Guardia Costera de Estados Unidos  es una rama de las fuerzas armadas, pero forma parte del Departamento de Seguridad Nacional. El país norteamericano ha desplegado una fuerza militar masiva en el Caribe, que incluye un portaaviones, aviones de combate y otros buques de guerra.

En los últimos días, llegaron a Aguadilla, Puerto Rico, aeronaves Osprey y adicionales MC-130J Commando II, según otra fuente. La Guardia Costera cuenta con muchos menos recursos disponibles.

El servicio ha señalado durante mucho tiempo que carece de los medios para llevar a cabo de manera eficaz una lista creciente de misiones, incluidas operaciones de búsqueda y rescate y incautaciones de drogas.

“La Guardia Costera atraviesa una grave crisis de preparación que lleva décadas gestándose”, sostuvo en junio el almirante Kevin Lunday, quien dirige la institución, ante legisladores.

Para el año fiscal que finaliza en septiembre de 2026, la Guardia Costera solicitó 14.600 millones de dólares en financiamiento. Recibirá además 25.000 millones de dólares adicionales a través de una amplia legislación de gasto e impuestos, conocida como la “One Big Beautiful Bill Act”.

“Nuestra Guardia Costera está menos preparada que en cualquier otro momento de los últimos 80 años, desde el final de la Segunda Guerra Mundial. La espiral descendente de preparación en la que estamos no es sostenible”, afirmó Lunday a comienzos de este año.


 

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