Por Andrés Orrego Siebert
@PortalPortuario
“Creo que necesitamos y nos merecemos un puerto inteligente, ambientalmente sostenible, con relaciones laborales justas, gestionado con los más altos estándares mundiales, bien articulado con las distintas actividades económicas de la ciudad”. La cita resume -a grandes rasgos- la visión que el acalde de Valparaíso, Jorge Sharp, presentará en la sesión extraordinaria del Consejo Ciudad-Puerto convocada para este viernes 28 de agosto.
En la instancia, Sharp, el Gobierno Regional y la Empresa Portuaria Valparaíso, entre otros actores, intentarán iniciar un camino de consensos que serán necesarios para viabilizar proyectos que den más capacidad al puerto local, lo cual se ha visto entrampado -justamente- por falta de acuerdos.
En ese contexto, el alcalde porteño -reconocido crítico del proyecto de expansión del Terminal 2- fue enfático en señalar; en entrevista con PortalPortuario.cl, que el diálogo debe primar para pensar un puerto con estándares del Siglo XXI, en el que confluya el interés público, el concatenamiento productivo y que entregue frutos a la comuna, en este caso, mediante una nueva Ley de Puertos.
¿Cómo recibe la intención de poner a la actividad portuaria como un pilar para la recuperación económica post pandemia?
El fortalecimiento de la actividad portuaria en la comuna cumple un rol estratégico para el desarrollo de Valparaíso. Debemos verlo más allá que una fórmula de reactivación coyuntural. Desde nuestra perspectiva debemos profundizar lo más posible el diálogo, porque tenemos que pensar el puerto que la ciudad se merece y necesita para los próximos 50 años.
¿Qué condiciones tienen que darse para que este diálogo convocado por el intendente sea fructífero?
Se requiere que esta discusión sea un tema de Estado y por lo tanto, con perspectiva, poniendo por delante los intereses públicos y que incluya a todas las voces de un territorio, que espera que el desarrollo portuario sea con la ciudad y no a sus espaldas.
De usted se dice que es un opositor al desarrollo portuario ¿Es así?
Valparaíso es una ciudad puerto que le ha dado mucho al país y creemos que tiene que seguir siendo así, lo que debe cambiar es la retribución que la ciudad obtiene de este compromiso. He insistido con fuerza en una ley que permita a las porteñas y porteños disfrutar la riqueza que se produce en su territorio, y para eso es clave más y mejor actividad portuaria, pero no a cualquier costo. Si vamos a entrar al debate portuario lo haremos con una mirada del Siglo XXI y no del Siglo XX.
¿Qué proyecto portuario sueña para la comuna que gobierna?
Le puedo dar algunos criterios sobre lo que nos gustaría que fuera un proyecto que resolviera bien, de buena forma, el desarrollo portuario de Valparaíso. No veo por qué tenemos que contentarnos con diseños pensados con la mentalidad de comienzos del siglo XX. Creo que necesitamos y nos merecemos un puerto inteligente, ambientalmente sostenible, con relaciones laborales justas, gestionado con los más altos estándares mundiales, bien articulado con las distintas actividades económicas de la ciudad. Nos gustaría un puerto democrático en cuyo gobierno la ciudadanía y los trabajadores participen de manera efectiva. Quiero un puerto que genere de verdad riqueza en el territorio. Me gustaría un puerto que los habitantes de este territorio sintiéramos como propio y no esa entidad ajena y amurallada que muchas veces nos mira a la distancia.
¿Se arrepiente o cambiaría algo en su actuar en relación a la postura que tuvo frente al T2 y al proyecto Barón, iniciativas que podrían -ahora- estar dando empleo?
El proyecto de mall se cayó por ilegal y el Terminal 2 fue llevado al Tribunal Ambiental por la misma Empresa Portuaria de Valparaíso. Le propusimos al presidente de la EPV, a través de una carta y con mucho respeto, que dialoguemos sin prejuicios ni vetos sobre el futuro de la actividad portuaria. Si en algo coincidimos es que Valparaíso debe volver a liderar. Los malos proyectos no dan empleo. Precisamente, porque son proyectos mal confeccionados, técnicamente mal diseñados, jurídicamente improcedentes, son solo pérdida de tiempo y, sobre todo, la ocasión para que un grupo de especuladores se enriquezca. Esa es la historia del fallido mall, en cuyo término, por lo demás, hay que reconocer el protagonismo de organizaciones ciudadanas que actuaron incluso mucho antes de comenzar mi mandato. Solo los diseños viables, bien proyectados, respetuosos de la ley pueden llegar a ser espacios productivos reales. Lo demás es pura especulación, ganancia fácil y espacio para un comidillo público inconducente. Si quiere buscar responsables por la ausencia de empleo en esos temas, la respuesta está allí.
¿Cree usted que, en la eventualidad de que no llegue ningún concesionario al T2 y se produzca un foco de cesantía, su futuro político pueda verse afectado?
Déjeme dar vuelta su razonamiento. El foco de cesantía ya está, existe, se ve en la cantidad creciente de gente que busca alimento en ollas comunes, por ejemplo, y obedece principalmente a un pésimo ordenamiento general de nuestra economía y a una crisis económica global. Por otra parte, y me va a disculpar, que un proyecto no se ejecute no produce cesantía. Entiendo que pueda dejar de generar puestos de trabajo, pero eso es otra cosa, que implica poner en discusión algo que no suele debatirse, que es la estrategia de desarrollo económico local. Que llegue o no lleguen concesionarios, que el T2 se haga finalmente o no, que Valparaíso tenga o no tenga expansión portuaria real en los próximos años, depende de procesos económicos globales y nacionales en una medida que supera por mucho los marcos en que usualmente se da este debate. En cuanto a mi futuro político, lo veo asociado a la construcción de un modelo de desarrollo justo y equitativo. Por eso entiendo también la relevancia del proceso constituyente.
¿Cree usted que la actividad portuaria está en deuda con Valparaíso?
El Estado de Chile está en deuda con Valparaíso y eso se traduce, entre otras cosas, cómo ha sido hasta ahora la relación puerto – ciudad. Lo positivo es que en el discurso de un conjunto de actores este diagnóstico es una realidad y que existe un consenso que se debe revertir.
¿Sería usted partidario convertir al Puerto de Valparaíso en un terminal monooperado como es Arica, dejando al actual T2 solo como área de respaldo?
No soy partidario de ningún proceso que pueda llevar a la monopolización de la actividad portuaria. Por otro lado, la directiva del Sindicato de Estibadores nos ha hecho ver las malas consecuencias que tiene la subdivisión excesiva de la operación para las relaciones laborales, que terminan sufriendo una jibarización destructiva. De lo que veo hoy en concreto y práctico, más allá de los debates especulativos, creo que hay espacio para que tengamos una mayor y mejor actividad portuaria en dos sectores claramente delimitados, gestionados por dos operadores principales.
Usted ha sido un ferviente defensor de que los ediles deben integrar el directorio de las empresas portuarias del Estado, ¿cuál sería su primera medida propuesta en caso de pertenecer al directorio de EPV?
En caso de no existir, encargar un estudio técnico para determinar el estado en que se encuentra el molo de abrigo. Es sabido que esta centenaria obra requiere reparaciones, pero se desconoce su nivel de desgaste. Sin el molo, el futuro portuario de Valparaíso queda en jaque. También, sería importante encargar un estudio para un nuevo molo, si es que eso permite una mayor y mejor actividad portuaria.
¿Hay algún modelo de relación ciudad puerto que tenga como referente?
Eso es muy interesante. Hay por un lado varios puertos del mundo donde la ciudad participa del gobierno portuario. Buenos Aires sin ir más lejos. Y hay puertos, por otro lado, donde la concesión asegura un ingreso monetario al territorio calculado en base a la transferencia de carga. Es el caso de Puerto Limón en Costa Rica, por ejemplo. En Europa se han reubicado importantes puertos en zonas de menor impacto a las áreas pobladas, que sin embargo siguen beneficiándose de esa actividad económica. En fin, el mundo está lleno de ejemplos que muestran que incluso sin cambiar las tendencias que dominan la economía mundial, en las mismas circunstancias, se pueden construir puertos bastante mejores que lo que hoy nos muestra el panorama nacional.
La industria de cruceros quedó en jaque por el conflicto de las cargas limpias y cuando comenzaba a recuperarse vino la pandemia ¿Cree que en ese escenario hay que insistir en infraestructura dedicada a la espera de una recuperación?
Fue un compromiso de la Empresa Portuaria de Valparaíso, avanzar hacia una infraestructura para desarrollar la industria de los cruceros. Incluso se mencionó en foros internacionales y es algo que compartimos. Por lo tanto, esperamos poder avanzar en esa dirección en los próximos años. Tenemos que pensar en un borde costero capaz de cobijar las diferentes vocaciones de nuestra ciudad.
¿Qué estrategia tiene la alcaldía ciudadana para recuperar terreno en el mercado de cruceros?
Desde el conflicto por las cargas limpias, el municipio ha venido trabajando con una serie de actores y organizaciones para ponernos de acuerdo en un camino común. Así como creemos fundamental contar con infraestructura como un muelle exclusivo debemos avanzar en una oferta turística, gastronómica, hotelera y comercial que esté a la altura. Todo esto de la mano de potenciar el carácter patrimonial de Valparaíso donde al mismo tiempo sus habitantes van alcanzando mayores niveles de bienestar.