Lluís Salvadó: “En Puerto de Barcelona estamos moviendo unos 300 mil contenedores de América Latina”

Por Andrés Orrego Siebert

@PortalPortuario


El Port de Barcelona marcó presencia en la Convención Latinoamericana de Puertos de la Asociación Americana de Autoridades Portuarias que se celebró, recientemente, en Barranquilla. El objetivo de la entidad era seguir fortaleciendo vínculos con la región que será clave para el abastecimiento alimentício del mundo debido al cambio climático.

En efecto, Europa ha tenido caídas en la producción agroalimentaria derivada de la falta de regadíos, algo que también se ha evidenciado en algunas regiones de Sudamérica que, por el momento, mantiene todavía a sus campos produciendo, especialmente, frutas y granos.

En entrevista con PortalPortuario, Lluís Salvadó, presidente del Port de Barcelona, se refirió a la relación del principal puerto catalán y uno de los más importantes de España con América Latina, así como la situación actual del movimiento de carga y el estrés geopolítico que atraviesan los puertos europeos dadas las dos guerras que están activas en la zona del Mediterráneo y en el Mar Negro, además de referirse al fortalecimiento de la relación entre la ciudad y el sector portuario que, a la par, sigue enfrentando desafíos ambientales y tecnológicos para mantenerse a la vanguardia.

¿Cómo se ha comportado el flujo de carga durante este año 2023 que ha tenido no sólo recesión, sino también dos guerras activas cercanas a Europa?

Todo lo que estamos viviendo estos últimos años, evidentemente, impacta de forma significativa la actividad comercial y la actividad portuaria, impactos que venimos arrastrando en un mercado de combustibles. En el Puerto de Barcelona tenemos una planta de gas licuado más grande de Europa y esto evidentemente ha generado unos incrementos de tráfico muy importantes como consecuencia del corte de suministros de gas que provenían de Rusia y países del Centro y del Norte de Europa. Evidentemente, la guerra de Ucrania también nos ha tensionado en el sector de importación de granos y, recientemente, un nuevo conflicto entre Israel y Palestina está distorsionando tráficos, el mundo de los cruceros y evidentemente son impactos que notamos.

¿Cuáles son las cargas más afectadas? 

En Puerto de Barcelona somos un puerto muy diversificado y, por tanto, los comportamientos no son uniformes. Mientras tenemos un crecimiento de 40% en la importación de vehículos eléctricos que nos llegan desde China. Paralelamente, estamos teniendo un bajón en el ámbito del contenedor que es de dos dígitos del 10% y 11% de caída de exportación y de importación de contenedores que va vinculado a un cierto enfriamiento de los crecimientos económicos y también a un enfriamiento de la economía China que está cerca de la recesión.

La economía alemana está cerca de la recesión y esto está generando en el ámbito del contenedor una situación de caída en términos generales por Puerto de Barcelona, pero en la mayoría de puertos europeos que igual están sometidos a nuevas tendencias y, probablemente, lo que llamamos transporte de ferries, estamos batiendo récords en transporte de pasajeros a Baleares, a Italia, al Norte de África.

En la costa oeste de América Latina y también de Estados Unidos, los puertos mostraron cifras azules recién en septiembre ¿Transcurrió de forma similar el año en Barcelona?

Si bien es cierto que, a partir de septiembre, hemos notado una cierta mejora, un cierto repunte, la campaña de Navidad siempre impacta de forma muy significativa al tráfico de contenedores, porque en definitiva el 50 o 60% de lo que vamos a comprar para Navidad nos llega en contenedor de la China y en términos agregados en 70% nos llegan contenedores del Sudeste Asiático y por tanto como consumo está tirando la campaña de Navidad y hay un cierto repunte en este último cuatrimestre del 2023.

¿Cómo se proyecta 2024?

Ya en el 2024 pues incertidumbre absoluta, porque la situación de la economía está muy vinculada a cómo se desarrollan las guerras, se desarrolla la situación económica mundial. Al final los puertos no generamos tendencias, lo que hacemos es reflejar e identificar los cambios que en la economía global se están produciendo. Yo diría que son el primer termómetro de la economía.

Cuando un puerto baja o sube es un reflejo de lo que va a pasar internamente, ¿o no?

Sí, sí, seguramente nos anticipamos unos meses a los indicadores que iremos viendo, pero insisto, también la realidad que estamos viviendo en estos momentos es de comportamientos muy diferentes en función de un mercado. Mientras ciertos segmentos están tirando muy arriba, otros están bajando y es en aquellos puertos que tenemos una estructura muy equilibrada y muy diversificada, las caídas de ciertos sectores son compensadas con crecimientos de otros.

¿Qué tan relevante es para el Port de Barcelona su vinculación con América Latina en relación a los flujos de carga? 

En Puerto de Barcelona estamos moviendo alrededor de unos 300 mil contenedores de los puertos de América Latina, alrededor de unos 6 millones de toneladas de tráfico. Los principales tráficos que estamos teniendo en estos momentos es el café, nuestro principal proveedor en Europa de café es Vietnam, pero también Brasil y Colombia son proveedores de café importantes. Por otro lado, un caso concreto, en Puerto de Barcelona tenemos dentro del puerto dos plantas de molturación de harina de soja. Aquí tenemos importaciones muy importantes de Brasil y de Argentina de soja y también maíz. Tenemos las principales fábricas de alimento animal, Animalfit y, por tanto, importamos a mucho maíz, mucha soja.

¿Qué productos americanos son los de mayor presencia? 

Son los principales productos el maíz y soja, grano por un lado y café por otro, pero evidentemente el cambio climático está produciendo comportamientos en los sistemas productivos agrícolas en Europa y en principio la sequía está haciendo que la producción agrícola en Europa, especialmente en el Mediterráneo esté cayendo por falta de agua para regadíos y, en estos momentos, nuestro ámbito territorial de Europa, estamos buscando mercados para proveernos y es una de las oportunidades. Lamentablemente, el cambio climático -en las próximas décadas- irá peor. La sequía irá peor y, por tanto, es un elemento que va a crecer la relación comercial de importación por parte de Europa de productos agroalimentarios del Centro y el Sur de América.

A propósito de la fuerte sequía en el Canal de Panamá, ¿Lo ven ustedes como una eventual limitante a esta relación comercial ideal que pudiera tener Barcelona con América Latina, especialmente con la Costa Oeste?

Desde los puertos del Mediterráneo tenemos una infinidad de una mayor relación con los puertos americanos de la vertiente Atlántica y una relación muy menor con un Pacífico, aunque el Canal de Panamá soluciona la conexión entre Europa y el Pacífico, no son los tráficos preferentes. Las previsiones del Canal de Panamá de cara al futuro, pues, no son positivas. Hay iniciativas para generar alternativas, pero, a no ser que los gestores del Canal desarrollen nuevas fuentes de alimentación de agua, esa situación no pinta que vaya mejor. Ahora, a corto plazo, de repente está generando un impacto importante sobre las relaciones entre Atlántico y Pacífico, esto es obvio.

Valparaíso es un puerto que siempre ha mirado como un ejemplo o como un hermano mayor a Barcelona. En algún momento era el sueño transformar a Valparaíso en un Barcelona más chico, ¿Cómo ha sido la transformación del Puerto de Barcelona acercándose a la ciudad, pero sin perder la esencia de puerto y dando continuidad al crecimiento de la actividad portuaria?, ¿Cómo han logrado ese equilibrio?

Son décadas de gestión que han tenido un grado de éxito importante a partir de varios elementos. El primero es disponer de un órgano de gestión, una autoridad portuaria con capacidad de toma de decisiones desde la proximidad, una autoridad portuaria que integra en sus órganos de decisión a todas sus administraciones que aceptan y, por tanto, trabajar el consenso entre las administraciones, actores privados y públicos.

¿Cómo funciona?

Es una estructura técnica muy solvente con una visión de planificaciones a mediados y largos plazos aquellas que permiten ir ejecutando las actuaciones con rigor y esto ha llevado que las 1.150 hectáreas que tiene el ámbito portuario estén ocupadas al 100%, aunque estamos trabajando en ciertas ampliaciones. Tenemos un área inmologística que gestiona directamente al Puerto de Barcelona a través de una empresa filial donde tenemos un millón de metros cuadrados de naves immo logísticas en propiedad del puerto que las alquilamos a operadores logísticos y están ocupadas al 100%. Esto, por un lado, es el reflejo del éxito y, por otro lado, de una cierta frustración que nos obliga a buscar fórmulas innovadoras, salir fuera de nuestro hinterland a buscar colaboraciones, lo que llamamos puerto seco, terminales intermodales para buscar alternativas y podamos continuar y desarrollar esta voluntad de servicio a la economía.

¿Se siente el barcelonés, el catalán, un ciudadano marítimo-portuario reconoce su puerto ¿Cómo se da? ¿Siente orgullo por tener un puerto ahí, algo que en distintos puertos se ha ido disociando?

Históricamente, hemos vivido fases en las que hace siglos los puertos y las ciudades estaban muy vinculadas, porque la relación era de prosperidad de la ciudades que estaban vinculadas a los puertos. Posteriormente, con la Revolución Industrial en el siglo XIX, los puertos se transforman en espacios de contaminación, del humo, del carbón, del hierro y, evidentemente, esto genera barreras que incluso en muchos puertos se desarrollan físicamente con grandes vallas. En algunos puertos del mundo todavía existen, pero en Barcelona se derrumbaron esas vallas hace 40 años y durante todo este largo periodo el puerto y la ciudad viven de espaldas con barreras físicas por motivos de seguridad y contaminación.

¿Cómo fue ese proceso? 

Desde hace 40 años en Barcelona se decide delinear estas barreras físicas como muchos puertos del mundo. Después, nos llegan las olimpiadas del año 1992 que nos obligan a repensar la relación de un puerto y la ciudad y, en estos momentos, fruto de 30 años de trabajo, a partir del año 1992 se ha conseguido un diálogo muy potente entre la ciudad y el puerto.

¿Es el puerto un activo para el turismo más allá de los cruceros?

La zona de puerto y ciudad es uno de los principales atractivos turísticos de Barcelona. Tenemos dos hoteles de cinco estrellas, una oferta gastronómica extraordinaria, espacios de oferta comercial y de oferta cultural que hacen que cada año visiten 20 millones de personas. Es un elemento de éxito que estamos, en estos momentos, actualizando con motivo de la celebración de la Copa América de Vela 2024. Estamos llevando una actualización de nuestras instalaciones físicas, tanto por la parte pública como la privada. A partir de la Copa América, estamos trabajando con un panel estratégico que nos tiene que lograr hacer todavía una mejor vinculación de los ejes ciudadanos y hacerlo un puerto todavía más ciudadano, un poco menos turístico y un poco más de oferta de atracción a la ciudad de Barcelona.

¿Cómo se ha adaptado este puerto histórico a las nuevas tendencias, nuevas tecnologías, a los desafíos ambientales, a la innovación?

Las dos caras de la moneda. Por un lado, la cara positiva que es la que Barcelona es una ciudad global que tiene un posicionamiento en la captación de startups y de empresas innovadoras. En el mismo puerto se está construyendo un ecosistema innovador de desarrollo de startups en ámbitos tecnológicos muy potentes. Tenemos dos incubadoras, tenemos multitud de empresas tecnológicas que se ubican en el ámbito puerto y ciudad, porque es un espacio amable y agradable para desarrollar proyectos innovadores. Esa es la parte positiva.

La parte negativa es que esta innovación no hemos sido capaces de restaurarla y trasladarla al sector portuario y logístico. Somos un sector con una capacidad de absorción de nuevos conocimientos que no es comparable con otros sectores más dinámicos y más innovadores y aquí es donde estamos trabajando.

¿Cómo espera el Port de Barcelona no perder esos conocimientos?

Creo que es un reto global de cómo trasladamos esta cultura innovadora a nuestro sector y para esto, estamos desarrollando una fundación con participación público-privada para intentar hacer este link de todo este potencial que hay en la ciudad a nuestro sector, estamos poniendo cobertura 5G en todo lo que es el ámbito portuario para facilitar el desarrollo de empresas tecnológicas con un componente innovador. Tenemos una plataforma que llamamos smartports con los puertos más innovadores del mundo para también promocionar y potenciar esta incorporación de la innovación dentro del sector portuario.

Finalmente, estamos focalizando también lo que llamamos la Economía Azul, un proyecto que hemos conceptualizado como BlueTechPort que nos permite y nos tiene que permitir maritimizar más la ciudad, incorporar los atributos y los valores del mar sobre la actividad económica de la ciudad, y en el tema de la Economía Azul estamos desarrollando proyectos para intentar que Barcelona sea líder en este ámbito completo de la economía.


 

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