Por Andrés Orrego Siebert
Un buen momento es el que está atravesando la Zona Portuaria de Barranquilla, luego de la estabilización del calado del canal de acceso a los terminales y que, durante los últimos 18 meses, ha permitido una serie de récords de carga, además de impulsar las inversiones en las distintas sociedades portuarias que llevan adelante la actividad en esta ciudad colombiana.
En ese contexto, Lucas Ariza, director de Asoportuaria, gremio que agrupa a los operadores locales, afirmó -en conversación con PortalPortuario– que hubo años bastante oscuros para la actividad, situación que tuvo un fuerte impacto en el movimiento de carga con más de 1 millón de toneladas desviadas o que debieron aligerarse con la conseucuente pérdida de certidumbre por parte de los clientes. Este escenario ha comenzado a quedar atrás y, por lo mismo, el representante gremial es enfático que “la estabilidad del calado ha permitido recuperar la confianza en la Zona Portuaria de Barranquilla“.
¿Cuál es el panorama en la Zona Portuaria de Barranquilla tras dejar atrás periodos muy complejos debido a la sedimentación del Magdalena?
La Zona Portuaria de Barranquilla venía siendo noticia por mucho tiempo debido a la inestabilidad de los calados, por los desvíos y eso hizo que se perdiera mucha confianza que nos ha costado mucho tiempo para recuperarla, pero ya llevamos 18 meses con calado continuo, con muy buenas condiciones, 10 metros, primero, 10.20 luego hace cinco meses que es lo que actualmente tenemos. Entonces, creo que se ha recuperado la confianza que es lo más importante y ya los clientes o usuarios del puerto no tienen esa incertidumbre de si traen un barco va a tocar desviarlo o no. No digamos que estamos ante un problema resuelto, pero es un problema que tiene una constante y permanente gestión para poder continuar con esta buena racha.
¿Que cambió para llegar a este punto?
Ha cambiado el modelo de contratación del dragado que hace Cormagdalena, el acompañamiento que ha podido hacer un gremio como Asoportuaria, en donde antes nos daban muy poca participación y muy poca opinión y éramos casi que mal vistos por reclamar soluciones más inteligentes por decirlo de alguna forma, pero hoy trabajamos muy de la mano con el Gobierno y con Cormagdalena, específicamente, para poder tener las mejores condiciones de navegabilidad en el canal navegable. Se han hecho estudios como modelaciones con una empresa danesa que se llama Force Technology, esto se hizo en conjunto con Cormagdalena. También las condiciones climáticas han ayudado, pero cuando no han ayudado, las condiciones no cambian, porque hay un contrato de dragado a mediano plazo que, además, tiene una muy buena gestión y un buen seguimiento por parte de todas las autoridades, porque además de Cormagdalena, está la Autoridad Marítima, en donde se ha podido hacer sobredragados, sobreanchos y eso le ha dado mayor estabilidad al canal navegable. El contrato que teníamos venció la semana pasada y ya se adjudicó un nuevo contrato que va por 15 meses, así que tendremos -pienso- otros 15 meses con muy buenas condiciones, lo que ha permitido y permitirá un aumento en la carga que mueve el puerto con unas cifras que para nosotros son históricas hasta la fecha.
Usted dice que esta no es una solución definitiva. Supongo que este es un “desde”, pero ¿Cuál sería el “hasta” para la Zona Portuaria de Barranquilla? ¿Cuál es la situación ideal?
Los puertos fluviales no tienen un “hasta”. Son soluciones permanentes, con estudios y análisis permanentes para ver cómo se le saca el mayor provecho a una bendición como es tener un puerto fluvial, entonces, el dragado no va a parar y no va a parar ni porque se acabe este contrato ni nunca. Siempre se va a tener que estar dragando, eso sí, ojalá se tenga que dragar menos y eso se logra construyendo unas obras hidráulicas que ayuden a que el río haga su trabajo de expulsar la mayor cantidad de sedimento. Ahí ya Cormagdalena ya contrató un estudio para analizar y diseñar esas obras hidráulicas que deben ayudar en la estabilidad a largo plazo. Esas obras se deben complementar con el dragado, por lo que el dragado siempre estará presente y se deberá entrar en la discusión si se contrata el dragado o se construye una draga propia. Son discusiones que están hoy al interior del Gobierno y nosotros, sea cual sea la solución, sabemos que se necesita un dragado permanente. También es muy importante actualizar todos los estudios para comprender la dinámica del río. Si uno piensa en el río Mississippi, hay una entidad como el Cuerpo de Ingenieros de Estados Unidos pensando, actuando, trabajando permanentemente para dar estabilidad al río. Allá es muy difícil que los tomen por sorpresa y lo mismo pasa en Rotterdam o Amberes cuyos ríos están permanentemente monitoreados y estudiados con simulaciones que es otra parte importante para ir viendo cuáles son las soluciones que se tienen que ir implementando en el tiempo, según cambien las condiciones.
Parece que es algo propio de los latinoamericanos que todo lo previsible “nos pille por sorpresa”. En Chile, los incendios, las inundaciones y los terremotos se repiten con cierta frecuencia y, pese a esto, el resultado siempre es el mismo: Catastrófico…
Aquí es más fácil, porque aquí con la medición de los caudales, con las batimetrías, con los niveles de sedimentación, con los caudales aguas arriba, porque este es un río de 1.500 kilómetros, se puede simular qué va a ocurrir en los siguientes días en la desembocadura con las obras hidráulicas, porque se construyen puentes y malecones y no se venía analizando el impacto que eso podía tener en el río. Entonces, todo eso hace parte del mejoramiento del entendimiento del río para que no nos pille por sorpresa y saber que determinada situación genera un determinado comportamiento, porque ante cualquier cambio en la dinámica del río hay que estar preparados.
¿Cuál era el perjuicio que se provocó en el mayor periodo de inestabilidad?
Creo que en el año 2021 y principios de 2022 fue una época, yo diría, oscura para quienes vivimos de la dinámica de la Zona Portuaria de Barranquilla. Alcanzamos a tener desviadas o aligeradas casi 1 millón de toneladas, entonces, eso era carga que venía nominada para Barranquilla y que en el camino se iba trasladando hacia otros puertos, porque no teníamos las condiciones para atenderlas. Llegamos a tener el sinsentido más grande y es que, en algún momento, ni siquiera la draga que se tenía contratada podía entrar al canal a dragar de las pocas profundidades que había. Realmente, vivimos momentos muy difíciles. Los contratos eran mal elaborados, no duraban, se contrataba de emergencia, entonces había muy poca planificación lastimosamente y eso es algo que ha merjorado, ya que ahora se planifica qué se necesita, los recursos, la consecución de esos recursos y, en eso, Cormagdalena ha hecho una muy buena gestión y nosotros como gremio y como voceros de los usuarios e interesados en toda la cadena de valor del puerto, lo que hacemos es realizar ese acompañamiento y tomar las banderas de lo que se tenga que hacer para tener la solución para tener la Zona Portuaria en las mejores condiciones. Ahora, hay un trabajo muy articulado entre autoridades y gremios.
¿Esto ha genenerado expectativas en el sector portuario e impulsado inversiones?
Esto nos anima. El principal beneficio de todo es la confianza, entonces cuando hay confianza, los inversionistas le apuestan al crecimiento, porque se tienen las señales y la ejecución correcta y eso lleva que los operadores inviertan. Palermo hace poco inauguró un muelle adicional, están construyendo una batería de silos, Grupo Puerto de Barranquilla está terminando la construcción de un nuevo muelle, permanentemente las sociedades portuarias del sector están invirtiendo en nuevas capacidades, los usuarios o clientes están trayendo cada vez más carga a la ciudad. Es cierto que esta es una Zona Portuaria que atiende a su propia ciudad, pero cada vez más le sirve al resto del país. Hoy, la relación es cercana al 55% de carga local y el resto carga del resto de Colombia y con el gran potencial que tenemos en el Caribe con el río Magdalena con el que es posible navegar y llevar carga o acercarla, por lo menos, unos 450 – 600 kilómetros hacia el interior del país y de la misma manera acercar las exportaciones de esas áreas, entonces es una muy buena dinámica, donde lo más importante ha sido recuperar la confianza.
Además se abren perspectivas para el turismo con cruceros fluviales ¿Cómo han recibido el interés de las compañías de cruceros que quieren iniciar operaciones desde Barranquilla?
Hay dos empresas que están promoviendo cruceros por el río Magdalena y que pienso que eso será muy beneficioso para el río, para el turismo, para los visitantes que llegarán a nuestra ciudad con una oferta turística que es bastante sinigual como es poder navegar por el río que es, digamos, magnífico. Es un río precioso al que debemos sacar todavía más provecho y poder llegar a municipios como Mompox que es un lugar que parece congelado 400 años en el tiempo, porque conserva su arquitectura colonial. Creo que es un plan maravilloso y, por supuesto, eso requiere de una actividad portuaria de menores exigencia en cuanto a condiciones de navegabilidad, pero de mucha exigencia en cuanto a seguridad, calidad de lo que se ofrece, lo que nos compromente a seguir trabajando por el río.
El sector portuario de Barranquilla está muy comprometido con su ciudad y entiendo que usted está liderando varias iniciativas de vinculación ciudad-puerto ¿Qué se está desarrollando en este aspecto desde el gremio y las empresas del sector?
Este es un tema muy importante al que le estamos dando la relevancia que merece. Por supuesto que, así como hablamos de calado y de movimiento de carga, es importante entender cuál es el impacto que esto tiene en la comunidad. Como sector portuario estamos muy activos con sus fundaciones que ayudan a las comunidades con muchas falencias y deficiencias que, por supuesto, una empresa privada por sí sola no es capaz de resolverlas, pero sí de ayudar bastante. Estamos, entonces, dándole mucha fuerza a lo que es el emprendimiento social, donde las empresas apoyan para que desde las comunidades surjan empresas o negocios que, en el tiempo, sean autosostenibles, que puedan volverse una alternativa de empleo y de generación de ingreso para que, a futuro, puedan escalar y convertirse en una opción de autoempleo y, luego, de poder emplear a más personas de las propias comunidades. Con Cormagdalena estamos también analizando el impacto del sector portuario en estas economías y de estas economías populares en el sector portuario.
O sea, las empresas portuarias de Barranquilla no solo buscan estabilidad en el calado del canal, sino también construir un calado social para que la relación ciudad puerto pueda transitar…
Ese es el término, el calado social, porque este es un tema para nosotros tan importante como las propias condiciones de navegabilidad y la cantidad de carga que podemos mover.