No solo los problemas logísticos afectan a las navieras, las metas por ocupar combustibles alternativos, o que sean más ecológicos, se enfrenta a la realidad que dice que estos aún se producen en pequeñas cantidades -en comparación con el combustible marítimo tradicional- y donde Maersk advierte que la realidad actual no daría abasto para suplir a los buques.
En conversación con la BBC, Jacob Sterling, director de innovación y desarrollo comercial de descarbonización de Maersk, señaló que “creemos que ahora solo se producen 30.000 toneladas de combustible en el mundo (cada año)”, motivo por lo cual se estima que se necesitará, al menos, 15 veces más tan solo para alimentar los 12 nuevos barcos encargados por Maersk.
En este sentido, desde la naviera esperan que la construcción de estos navíos haga reaccionar el mercado de transporte marítimo para que impulsen la producción de metanol y su alternativa verde, la cual señalan como una fuente de combustible más ecológica para la industria.
Metanol
A diferencia del hidrógeno, que también se promueve como un combustible verde, el metanol no necesita almacenarse bajo presión o frío extremo, y muchos puertos ya cuentan con la infraestructura para manejarlo.
“Creemos que esta es la buena solución para empezar”, indica Sterling. “Es relativamente fácil de manejar en los barcos, y la tecnología de los barcos es bien conocida”.
Actualmente, la mayor parte del metanol se deriva del gas natural. El metanol verde no depende de los combustibles fósiles y se puede producir de varias maneras.
El biometanol se produce a partir de biomasa, como los residuos agrícolas. El calor, el vapor y el oxígeno se utilizan para convertir la biomasa en combustibles útiles, incluido el metanol.
También hay e-metanol. Aquí la electricidad renovable divide el agua en oxígeno e hidrógeno, que se combina con dióxido de carbono.
Cambios
Con una flota de casi 700 buques, Maersk es uno de los principales actores del transporte marítimo. “Emitimos mucho CO2. Necesitamos hacer algo al respecto”, agrega Sterling.
Como parte de esta estrategia, el próximo año se lanzará en el Mar Báltico un buque portacontenedores más pequeño, el primero de su tipo. Maersk estima que estos nuevos barcos le permitan ahorrar 1,5 millones de toneladas de CO2 al año, o el 4,5 % de las emisiones de su flota.
Las nuevas naves están diseñadas para operar también con combustible marino más sucio, sin embargo, eso es solo una medida de seguridad y el plan es operar con metanol verde desde el principio. Cada buque encargado tiene un coste equivalente a USD 175 millones y con capacidad para transportar 16.000 contenedores.
