La naviera danesa Maersk Line dio a conocer la actualización de su política de sostenibilidad, la cual tiene como meta reducir las emisiones de CO2 por contenedor movilizado en un 60% al 2020 respecto de los niveles del año 2007.

La compañía ha dicho que esta modificación la compromete a encontrar nuevas formas para promover el progreso social y económico a través del comercio con el menor impacto posible sobre el medio ambiente.

Signe Bruun Jensen, director Global de Sostenibilidad de Maersk Line dijo que “somos líder haciendo más con menos. Constantemente buscamos formas innovadoras y comercialmente viables para reducir nuestros impactos ambientales, ya sea de CO2 y otras emisiones al aire, agua de lastre o los materiales que utilizamos para construir nuestros barcos. Por tanto, hemos establecido un objetivo audaz, vamos a reducir las emisiones de CO2 por contenedor movido en 60% para el 2020 respecto de los niveles de 2007”.

Con el lanzamiento de este nuevo objetivo de reducción de CO2, Maersk Line está acelerando los esfuerzos para reducir su huella de carbono a la par con el crecimiento del negocio.

De hecho, en 2014 la naviera lanzó el reto “Pacto Carbono” que tiene relación con formar una asociación de largo plazo en que Maersk se compromete con un objetivo de CO2 adaptado al negocio de cada cliente. Como parte de ese acuerdo, ambas compañías se unen para impulsar conjuntamente la transparencia para una operación más sostenible.

“Maersk Line comparte las aspiraciones de crecimiento sostenible y rentable con muchos de nuestros clientes. Al comprometerse a reducir las emisiones de la cadena de suministro, estamos demostrando nuestro compromiso de ofrecer ahorros de carbono tangibles”, aseguró Stephen Schueler, Director Comercial de Maersk Line.

En general, la asociación -según la empresa- ha sido un tema clave en la mayor parte de su trabajo en materia  de sostenibilidad en 2014, ya se tratándose de transformación de carbono mediante pactos comerciales con clientes seleccionados, la eliminación de las barreras al comercio en los mercados emergentes o de mantenimiento de los países afectados con el Ébola.