Maersk dio a conocer que retomará el servicio que conecta a Montevideo con Europa, luego de que lo suspendiera por falta de profundidad en la zona de maniobras del canal de acceso al Terminal Cuenca del Plata.
Antonio Dominguez, director ejecutivo para Maersk en la Costa Este sudamericana, dio a conocer la información al diario El Observador de Uruguay.
Según detalla el medio, la cancelación de esa línea había sacudido y sorprendido a la comunidad portuaria uruguaya. Al menos así lo había declarado el presidente de la Administración Nacional de Puertos (ANP), Alberto Díaz.
Luego de reunirse con autoridades de Maersk Uruguay y TCP, el gobierno local decidió actuar rápidamente para atender la pérdida de profundidad que tiene la zona de maniobras para los grandes buques con la puesta en marcha de dos dragas en la zona.
Además, el propio Díaz viajará el próximo martes a Panamá para reunirse con autoridades del Centro Regional de Operaciones de Maersk para explicar las acciones que está llevando la ANP para recuperar la profundidad necesaria que exige la naviera para volver a operar con este tipo de buques.
En el sector privado, el tema es seguido con atención porque ese tipo de determinaciones pone en riesgo el posicionamiento de hub regional que Uruguay pretende mantener para operar con cargas de los países vecinos, que le permite recibir los buques de mayor porte que arriban a la región.
Vistiendo la camiseta de la selección uruguaya de fútbol, Dominguez arribó ayer a Montevideo para transmitir “tranquilidad” a los funcionarios y clientes de Maersk en Uruguay luego que se conociera la cancelación momentánea de esa ruta y para asegurar la “continuidad” de la operativa comercial de la naviera desde Montevideo.
“Hay que dejar muy claro que Maersk nunca dejó de venir a Uruguay; creemos en Uruguay como hub para la región”, dijo Antonio Dominguez, director ejecutivo de Maersk.
“La relación con el gobierno es muy amplia; pero en seguridad no hay espacio para lamentos. Cuando se pierde una vida no hay cómo reemplazarla. Por eso Maersk no toma a la ligera ninguna de sus decisiones”, explicó el ejecutivo a El Observador cuando se lo consultó por la cancelación de esa línea.
El director ejecutivo de la naviera para Sudamérica indicó que el barco no ingresó a Montevideo por razones de seguridad. “Imaginemos que ocurra un accidente en la entrada del puerto de Montevideo. Eso bloquearía por completo el corazón de esta ciudad y el país. Un barco anclado en esa zona implica que más nadie puede ingresar. Maersk tiene que ser responsable”.
Costo y solución
“La carga no tuvo ningún retraso. Somos la naviera más grande del mundo y tenemos muchos recursos: el barco grande no pudo entrar, pero tenemos otro más pequeño que entra y mantenemos el comercio moviéndose”, apuntó.
La carga que iba a partir directo desde Uruguay a Europa, ahora fue enviada al puerto de Rio Grande (Brasil), donde será transportada por el mismo buque que hasta hace una semana hacía escala en Uruguay. Esta opción no le salió gratis a la naviera.
“Esto nos costó muchísimo dinero a nosotros. Esto es dinero que estamos poniendo de nuestras arcas para que haga una conexión de aquí a Brasil. A ningún cliente le podemos cobrar absolutamente nada por esto. Esto lo hacemos por la importancia que tiene Uruguay para nosotros”, afirmó Dominguez.
El ejecutivo de Maersk comentó que había carga que estaba en el puerto de Montevideo que no era refrigerada con producción citrícola que “no podía esperar más de una semana. Había que actuar rápido. Lo más rápido era enviar el barco pequeño; mientras esto pasaba estábamos viendo otros escenarios posibles”, apuntó.
Precisamente, la próxima semana la naviera retomará la línea con Europa con un barco de menor calado, ya que la carga argentina que debería ir en ese buque se enviará a Rio Grande. Maersk le envió ayer una nota a sus clientes en la que les informa de la restauración del servicio Samba (Europa).
En primera lugar, las importaciones con destino a Uruguay que no llegaron a Montevideo por la suspensión del portacontenedores Lima “fueron descargadas en Buenos Aires. Para minimizar impacto de demoras serán transportadas en dos viajes contratados por nuestra empresa con operadores de servicios feeder arribando a partir del domingo 29”, indicó la naviera.
Por otro lado, Maersk informó que realizó “gestiones para limitar movimientos y toma de carga en terceros puertos a los efectos de reducir el calado de entrada y salida de Montevideo garantizando y respetando así la escala para el martes 31 de mayo de acuerdo a nuestro itinerario estándar”.
Buena reputación
El accionar del gobierno para dar una rápida respuesta a los problemas logísticos que presenta el puerto de Montevideo fue valorado por Maersk. Domínguez indicó que tan pronto los estudios de batimetría confirmen que la zona del antepuerto cuente con el nivel de calado mínimo que exige la compañía, se estará “retomando” el servicio con el portacontenedores Lima en forma normal, es decir sin restricciones de calado.
La ANP estima que en un plazo de 15 días el tema quedará solucionado. “Esto va a beneficiar a Uruguay por la rapidez del gobierno en atender este asunto. Por la experiencia que tenemos nosotros, la velocidad con la que ha actuado este gobierno es encomiable”, resaltó el ejecutivo de la naviera para la región.
Dijo que eso demuestra que el país está “interesado” en el desarrollo del comercio marítimo. “Cuando Maersk encuentra este tipo de partnership lo apreciamos. Vamos a seguir confiando en Uruguay. Tenemos casos de otros lugares donde la respuesta no fue así”, culminó Dominguez.
Prevén caída de 40% para la industria este año
La desaceleración de la economía china está pegando fuerte en el transporte de mercadería de la costa este que involucra a los países de la región.
“La industria como un todo debería caer este año entre un 30% y 40%, más que todo afectado por Brasil. La caída de Brasil afectó mucho, y si se suma a China, tienes una receta para un desastre, que es lo que está pasando hoy en día”, explicó el experto.
Sin embargo, hay optimismo en que esa coyuntura para la región pueda cambiar a partir de 2017, cuando lo peor de la crisis para Brasil y Argentina debería quedar atrás.