Por Matthew Taylor es Gerente General, Smart Flux
Una forma sencilla de definir interoperabilidad es esta: la capacidad por medio de la cual distintos sistemas de información se comunican entre sí. De esta manera, interpretar la red de abastecimiento en clave digital, mirándola como una plataforma o ecosistema, requiere un esfuerzo significativo que permita crear la instancia virtual por la cual y en la cual los distintos agentes participen efectivamente y realicen sus operaciones propias.
Esto último, no es nada trivial. Esfuerzos en este sentido se han multiplicado en el último tiempo. Desde la normalización de los estándares para realizar el comercio internacional hasta la definición de protocolos de comunicación, los profesionales de la logística han dedicado tiempo, inteligencia e inversión con el fin de ir sentando las bases de un universo logístico digital. A pesar de eso, las brechas son muy grandes y el objetivo se ve aún muy lejos.
En el contexto de la logística, se requiere que importadores y exportadores, transportistas, agentes de aduana, almacenistas, puertos, navieras, agentes de naves, transitarios, empresas de seguros, bancos y autoridades gubernamentales se articulen y puedan comunicarse y usar efectivamente es comunicación con el fin de permitir el flujo de las mercancías, del dinero y de la información a través de la red.
Si bien los beneficios son enormes, se debe superar algunos obstáculos. Un buen ejemplo es el trabajo que realizar la Digital Container Shipping Association, quienes están dedicados a ir generando un corpus de estándares y buenas prácticas que permitan a los actores de la industria comunicarse entre sí.
Si se quiere llevar a la práctica la interoperabilidad, existen ciertos esfuerzos que como industria se debe llevar a cabo.
En el campo de la técnica, se debe normalizar los procesos y acordar los protocolos de comunicación de manera que todos entiendan lo mismo; adicionalmente, dejar el papel y digitalizar todos los hitos asociados al comercio internacional, siendo un ejemplo el conocimiento de embarque (eBL).
Será fundamental contar con plataformas que consideren las reglas de negocio de modo que los agentes puedan trabajar en la plataforma de manera expedita. Por último, habrá que realizar un gran esfuerzo de automatización, con el fin de que las interacciones ocurran en tiempo real, sin necesidad de estar intermediadas por una persona con horario de oficina.
Normalización, digitalización, creación de plataformas, incorporación de reglas de negocio, identidades digitales y automatización serán esenciales. Sin embargo, falta un elemento clave que es técnico, pero también actitudinal. Para que esto funcione, es fundamental tener un espíritu de colaboración que permita la integración de los sistemas. Sin esta disposición, será imposible lograr el sueño de la interoperabilidad logística.
El portal de liberación de carga de Smartflux está inspirado en la interoperatividad. Hemos procurado incorporar elementos que faciliten la integración de una multitud de agentes de la cadena de abastecimiento, de manera simultánea y respetando los contextos de negocio y sus roles en la misma. Estamos convencidos que, a través de estas plataformas locales con capacidad de integración global, en las cuales los actores logísticos interactúen libremente sujetos sólo a las reglas del negocio, el desafío de la interoperatividad se irá desarrollando y llegará a ser una realidad.
