Miguel Garín Alemany es Director de Desarrollo Internacional de la Fundación Valenciaport.
En mi época de estudiante (y no hace tanto tiempo de esto) cuando se te quedaba una asignatura pendiente, significaba básicamente tres cosas: la materia era complicada, no te habías esforzado lo suficiente y tenías pendiente el reto de superar un examen, pues bien, esa es la sensación que tengo yo con el tan renombrado tema de la transformación digital (TD) en los puertos de Latinoamérica.
Vayamos por partes, ¿es realmente tan compleja la implantación de un proceso de transformación digital en un Puerto?, pues depende. Veamos, para aquellos puertos que aún piensan que la transformación digital es un software que van a poder adquirir tras un proceso de licitación, y una vez adquirido, sólo hay que implantarlo, pues sí, a esos puertos siempre les resultará compleja la tarea, porque a pesar de las veces que lo han escuchado, lo están haciendo mal.
La transformación digital no se compra, se diseña para cada puerto, eso sí, puede estar basada en el modelo o tecnología de otro puerto, pero nada más. Recuerden que la transformación digital empieza por la palabra “transformación”. Así que toca mirarse internamente, descubrir sus carencias y querer aplicar soluciones tecnológicas a sus problemas reales. Sin esta visión mejor no se esfuercen, ni gasten dinero y recursos.
Por tanto, ¿Qué puertos Latinoamericanos son aquellos que tienen más posibilidades de implementar un Proceso de transformación digital?
Primera respuesta, aquellos que hayan decidido crear un sistema a medida de su puerto y sobre todo de su comunidad portuaria, porque de eso se trata, de contar también con la comunidad portuaria. Segunda respuesta, aquellos puertos que realmente crean que la transformación digital es tan importante como las inversiones en infraestructura, y por lo tanto las doten de provisiones suficientes en sus presupuestos o solicitudes de financiación de proyectos.
Porque sí, implantar un buen proceso de transformación digital en un puerto es caro, casi siempre requiere varios millones de USD, pero no se confundan, no es un gasto, es una inversión y, además, con el modelo de negocio apropiado se recupera cada dólar invertido. No hay mayor ejemplo de win-win en el sector marítimo portuario que la implantación de una transformación digital. Simplemente hay que creer en él. Nunca nadie ha superado una tarea sin creer primero que podía hacerlo.
Tercera respuesta, aquellos que sean capaces de dejar a la política y a los políticos al margen. ¿Una respuesta muy directa?, pues sí, pero merecida y basada en experiencias en primera persona durante los últimos seis años en Latinoamérica. A ver, no son pocos los países que siguen considerando a los puertos, instrumentos o herramientas políticas, en vez de instrumentos de Estado, estratégicamente necesarios para mejorar la competitividad del comercio internacional del país.
Y por tanto, con los cambios de gobierno, cambian al equipo directivo del puerto por uno de más confianza (hasta ahí lo entiendo) pero llega el nuevo equipo y a lo que se dedica al comienzo de su mandato es a deshacer parte del trabajo del mandato anterior (esta es la parte que no entiendo).
Y no, esto no es una exageración, muchos conocemos más de un país que ha desmontado algún proyecto de transformación digital del gobierno anterior, incluso con la financiación de un organismo internacional otorgada y el único motivo ha sido la venganza política. Y no se dan cuenta que con esa actitud perdemos todos, pierde el puerto, pierde la comunidad portuaria, pierde el país, pierde la región, etc. Cuarta respuesta, aquellos puertos cuyos directivos sepan que antes la transformación digital de un puerto era una herramienta competitiva, pero en la actualidad es una herramienta de supervivencia.
Aquellos que sepan diferenciar entre un PCS y una VUCE, entre un PCS y un PMIS o incluso entre un PMIS y un Port CDM. Aquellos puertos cuyos directivos sepan que no se puede empezar la casa por el tejado y no sean de esos que públicamente hablan de Blockchain o Internet de la Cosas, cuando el puerto y su comunidad no están aun digitalmente conectados.
¿Y cómo se alcanza ese grado de profesionalidad en los equipos directivos de los puertos para que sean capaces de hacer estas distinciones?, pues la respuesta es sencilla, con experiencia y capacitación. Recuerden, no hay Smart Port sin Smart People. Quinta respuesta a nuestra pregunta, aquellos puertos donde las comunidades portuarias y las Aduanas estén orientados a entenderse y hacerlo además por un bien común.
Y créanme cuando les digo que en ocasiones y en algunos países éste es un gran problema, dado que hay autoridades de una parte y de la otra de la ecuación que creen que compartiendo información y trabajando en un sistema digital en común los demás, está perdiendo su cuota de poder. Y nada más lejos de la realidad. La neutralidad, inmutabilidad y confidencialidad de la información son las bases de la implantación de un proceso de transformación digital, así como lo es la reducción de tiempos, de ineficiencias, de costes, de incidencias y de una larga lista más de beneficios.
Por tanto, los procesos de transformación digital , para su correcto diseño e implementación deben tener proyectos comunes entre los puertos y las Aduanas. Y ahí es donde sí que los políticos pueden y deben aportar en este proyecto. Ahí es donde deben demostrar su liderazgo, altura de miras y sentido de Estado, generando entornos y situaciones de entendimiento entre todas las partes involucradas.
Por tanto, si volvemos a nuestra asignatura pendiente, ya hemos identificado la complejidad de la materia, hemos también identificado dónde hay que esforzarse y sólo nos queda superar el examen. Pues qué más decir que ese examen ya ha sido superado por algunos puertos de Latinoamérica (aún pocos), otros pocos están en proceso, pero hay una gran parte aún no se han examinado.
¿Un consejo para el examen?, Pues no inventen, fíjense en las mejores prácticas de otros puertos, pidan consejo y déjense asesorar y recuerden, en estos exámenes no vale copiar, porque cada puerto es un mundo diferente de otro, por muy parecido que sea. Ánimo, nunca es tarde si la dicha es buena.