Por José Egido, presidente de la Federación de Dueños de Camiones de la Región de Valparaíso-Fedequinta.
La falta de liderazgo y participación ciudadana en la toma de decisiones en el sector marítimo portuario no tan solo queda de manifiesto en los reveses producidos en el reciente fallo de la Corte Suprema – Puerto Barón – y ahora el informe patrimonial dado a conocer por la autoridad regional, sino también en el hecho de tener que recurrir a instancias internacionales para concluir un tema o asunto que debería de haberse resuelto por sus propios habitantes y autoridades en conjunto.
Ambas instancias, curiosamente fueron despachadas y dadas a conocer con unos pocos días de diferencia, son “bofetadas” al desarrollo de este puerto y dejan en –por decir lo menos– incómoda situación a las autoridades encargadas de llevar a cabo estos emblemáticos proyectos en donde, a lo menos uno, es rechazado por el sector marítimo portuario agrupado en la Coordinadora de Defensa de las Ciudades Puertos.
Este es el caso del Mall o Proyecto Puerto Barón , pero no nos oponemos al proyecto como tal , sino que al lugar elegido para desarrollar este proyecto, mismo que bien se podría aplicar en otro sector de este Valparaíso y por qué no proponer para aplicarlo el emergente polo de desarrollo habitacional de la capital regional como es Curauma a modo de que no interfiera en el desarrollo portuario de una ciudad que nació puerto y se desarrolló alrededor y gracias a esta actividad, además considerando que es un legítimo patrimonio de todos los porteños y una de las pocas industrias que no se podrán trasladar a Santiago.
Ahora, en el caso del T2 habría harto “paño que cortar” pero me pregunto podrá ser casualidad que tanto esfuerzo, tanta discusión para llevar a cabo esta licitación, tantas discusiones inconducentes, hoy no tengan un sustento sólido y haya quedado al desnudo que no se consideraron asuntos relevantes para hacer este llamado a licitación ¿Qué pasaría si en ese mismo lugar se hubiera destinado para el PGE?
A pesar de todas las preguntas sin respuesta que tenemos hoy, luego del informe patrimonial, y a modo de que Valparaíso pueda recuperarse de lo que se podría comparar con una “plaga bíblica” que afecta a este puerto en donde todo se incendia, posterga o judicializa sin poder avanzar, invitamos a la autoridad política, regional, portuaria, alcalde entre otros cerrar filas en pro de encontrar una salida o alternativa plausible, en donde ojalá estén los verdaderos actores en la actividad marítimo portuaria en esta mesa para aportar con la práctica necesaria. Hoy ha quedado demostrado que aplicando solo la teoría nada resulta bien. Después sobrará tiempo para hacer la “caza de brujas” y buscar culpables si es que aparecen…