Por Shiara Stevens
Abogada
Ex representante alterna de Panamá ante la OMI
Directora Comercial de Maritime Policy Bureau
La crisis causada por el coronavirus tiene a la mayor parte, sino a todas las industrias, revisando hasta qué puntos o aspectos aún no han sido impactadas por la pandemia, qué pilar o pilares pueden sostenerse después de la referida crisis y cuáles deberán ser removidos y rediseñados por completo.
Esta es una realidad a la que la industria marítima no es ajena y de allí la necesidad de un forzoso escrutinio y el inminente análisis que se genera.
La incertidumbre causada por la crisis en diversos aspectos es notoria y va desde la determinación de la fortaleza que tendrá la industria para enfrentar los impactos, la definición de estrategias concretas para responder a los retos, y sobre todo la necesidad de redefinir la forma de comunicación para la discusión de esas posibles estrategias.
Con relación a la necesidad de redefinir la forma de comunicación para las discusiones de los temas sobre regulación marítima y las posibles estrategias para esa comunicación efectiva, queremos referirnos a la Organización Marítima Internacional (OMI) la que, como muchas organizaciones, ha debido suspender las reuniones de sus delegados y rediseñar una forma de trabajo temporal para sus colaboradores, mientras que a lo interno de la OMI se decidió inicialmente modificar el calendario de reuniones para retomar en junio aunque, por la incertidumbre en la fecha de conclusión y los efectos de esta crisis sanitaria, se está proponiendo eliminar del calendario las reuniones que estaban programadas para julio.
La OMI en su calendario regular no realiza reuniones de comités, ni subcomités en el mes de agosto que es “de vacaciones de verano” en el país sede, por lo que, de decidir la eliminación de las reuniones de julio, las mismas se retomarían en septiembre, dándole a la Organización mejores posibilidades de determinar las reuniones de carácter prioritario para el nuevo devenir marítimo, y establecer la agenda para su realización.
Desde nuestra visión, existen temas relevantes que requieren prelación y decisiones importantes ya sea porque han quedado pendientes del programa original, entre los cuáles podemos señalar la reducción de gases de efecto invernadero, la aplicación de la reducción del sulfuro 2020, o aquellos cuya relevancia surge de la coyuntura de esta pandemia y que deben considerarse como prioritarios por cuanto son necesarios para fijar las bases del el recobro de la industria marítima y que se refieran a regulaciones de seguridad marítima y de protección al medio ambiente marítimo que no están contempladas en las regulaciones del Solas o el Marpol.
Entendemos también que en esa priorización habrá que desplazar temas como podrían ser los relacionados con el Comité de Cooperación Técnica y las reuniones de la Convención de Londres que guarda relación con la descarga de desechos al mar, por mencionar algunos ejemplos.
Creemos que, a propósito de la novedad causada por la crisis del Covid-19, es el tiempo oportuno, de reevaluar las regulaciones de la dinámica de las reuniones de los delegados de la Organización.
En el esfuerzo de ajustarse a las nuevas realidades, reviste de especial importancia un análisis urgente y pertinente con relación a la participación presencial de los delegados, cuando el espacio físico en el recinto de la OMI no permite el distanciamiento de 6 pies para la intervención de 174 delegaciones estatales que la forman, sin contar a las ONGs.
También es una posibilidad inminente que los Estados requerirán fondos para rediseñar sus economías. Lo que probablemente lleve a la reducción presupuestaria para sus misiones en el exterior, limitando aún más la participación presencial de delegaciones en las reuniones de Comités y Subcomités. Esta posibilidad deberá también ser tomando en cuenta por la OMI dentro de sus discusiones de estrategias, a fin de que, con esfuerzos oportunos se logre potenciar la virtualidad de las reuniones, tomando ventaja de las oportunidades tecnológicas para nutrirse, sin dilación de los conocimientos de expertos, a la vez que apoya el crecimiento de la industria, con un toque de modernismo y adaptación a los cambios que reclaman esta nueva era.
Somos del criterio que si el rediseño de la sociedad es inminente y necesario; el conjunto de herramientas que se han desarrollado para potenciar el ordenamiento global en materia de obligaciones de los ciudadanos e industria, requieren del mismo compromiso de rediseño, reingeniería y enfrentar los cambios con perspectivas de modernidad en todos los sentidos.