Por Andrés Orrego Siebert
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El presidente de CLIA Sudamérica, el brasileño Marco Ferraz, llamó a Chile a bajar los costos para la industria de cruceros con el fin de impulsar a esta industria que, en el país, tiene -a su juicio- un gran potencial. Otros aspectos necesario para incrementar el número de recaladas y visitantes son mejorar la infraestructura, los niveles de servicio y, por supuesto, abrir el cabotaje para todo tipo de naves.
En 2023, según detalló Ferraz, Sudamérica creció 15% en pasajeros con 1.1 millones de personas que abordaron uno de los 81 barcos que visitaron esta zona del continente, sumando una disponibilidad de 150 mil camas. Brasil, Argentina y Colombia fueron los países que lideraron tanto en arribos como turistas recibidos, no solo por la vocación turística de esos países, sino también por regulaciones favorables.
“Hay que trabajar los temas de infraestructura de costos, impuestos, regulación, pero estamos mirando en un futuro de dos a tres años importante en la región, pero tenemos que prepararnos para un futuro exitoso”, comentó Marco Ferraz, quien visitó distintos puertos chilenos como parte de una agenda que lo llevará a distintos puntos del subcontinente.
Ferraz tomó como ejemplo lo que sucede en su país como un modelo a seguir, pero advirtió que su organización está buscando nuevos destinos para atraer más cruceros a Sudamérica.
“En Brasil tenemos cruceros durante seis meses al año en operación de cabotaje que van al nordeste, pero también algunos van a Uruguay y Argentina, entonces hay un circuito, un círculo, que suma 800 mil pasajeros. Una operación de cabotaje llama muchos barcos, en el caso de Brasil son nueve barcos que hacen trayectos de tres, cuatro, siete y ocho noches, visitando 13 destinos. Por eso, estamos buscando más interés de las navieras para venir para Sudamérica, hacer otros países, otros itinerarios. Necesitamos de destinos, de infraestructura, de costos menores”, remarcó.
El directivo recordó que la flota global de cruceros no es muy grande. De hecho, son solo 316 barcos de pasajeros que recorren el mundo, una cifra que parece elevada, pero no lo es si se compara -por ejemplo- con las 7.012 portacontenedores activos en la actualidad. A lo anterior se añade que su país y el continente compite con el verano del hemisferio norte, teniendo, además, como contendores a Asia y Oceanía.
“Estamos haciendo la competición con el verano de hemisferio norte, que es la más alta temporada entonces tenemos que ser muy competitivos. Hay que tener demanda y a los precios tienen que ser unos que atraigan a las compañías a traer barcos para Sudamérica. No es fácil, porque no hay muchos barcos. Tenemos como 316 barcos y tenemos otros destinos que están llamando la atención, como el sur de Asia, por ejemplo, China estaba cerrada, recién abrió y va con certeza va tener barcos que van a operar en China y lo mismo en Australia, donde tienen barcos todo el año y, por lo mismo, tiene más cruceristas que Sudamérica y con menos población”, dijo.
Infraestructura
Ferraz apuntó, por otra parte, que para fortalecer el destino sudamericano debe haber una mejor infraestructura. Por eso, no solo el futuro muelle dedicado a cruceros en Valparaíso es una obra que miró con buenos ojos, sino que la zona deberá contar con una mayor capacidad aeroportuaria.
“Hay que llamar más la atención de la población, hacer más inversión y atraer a las navieras, porque tenemos destino y demanda. También somos fuente de cruceristas y, por lo mismo, hay que tener conexiones aéreas, porque los brasileños pueden venir acá y los americanos (estadounidenses), los argentinos o los chilenos pueden ir a Brasil y Argentina, entonces tenemos que ir paso a paso, porque el problema es la infraestructura. Los costos hoy en Sudamérica son 50% más altos que el promedio de global, de Europa y el Caribe. Entonces, tenemos que bajar los costos de operación”, señaló.
En ese sentido, se refirió al muelle que la Empresa Portuaria Valparaíso planea desarrollar frente al Terminal de Pasajeros, obra que facilitará la operativa y acercará al pasajero al Futuro Parque Barón y a la estación Francia del Metro de Valparaíso que ya cuenta con un acceso, aunque sin validador.
“Se hace toda la diferencia con certeza. La naviera va a buscar más por cuenta de la facilidad. Si tenemos un muelle acá muy cerca de toda la operación de excursión, también caminando, el pasajero va a encontrar el parque en el que se está invirtiendo con nuevas atracciones”, sostuvo.
De igual modo, Ferraz valoró que la ciudad de Valparaíso pueda contar con su propia terminal aérea en la comuna de Concón, aunque el recinto de Pudahuel, en Santiago, seguirá siendo la principal conexión barco-aire.
“Un aeropuerto con buenas conexiones ayuda, porque llama la atención para hacer los viajes y el recambio de pasajeros y tripulantes. Además, si se hace como en Brasil, los operadores turísticos locales pueden arrendar barcos para hacer cruceros temáticos con distintos conceptos a bordo. Eso es muy llamativo y requiere distintos tipos de aeropuertos, hoteles, de toda la infraestructura”, argumentó.
Cabotaje
Marco Ferraz adelantó que está preparando una presentación que llevará al Congreso Nacional junto con la Corporación de Puertos del Conosur a objeto de ilustrar a los parlamentarios respecto de lo beneficioso que sería para Chile abrir el cabotaje. En ese orden de cosas, el profesional del turismo detalló los cuantiosos ingresos que ha dejado la actividad en su país desde la apertura.
“Estamos, aquí, proponiendo a la Corporación de Puertos del Cono Sur para trabajar juntos en el Congreso, hablar un poco de las limitaciones, abrir el mercado y llamar a las navieras para estudiar los destinos, aeropuertos, los itinerarios y, así, un día Chile pueda estar como Brasil que tiene nueve barcos por seis meses haciendo los cruceros. Son más de 200 itinerarios, son más de 800 recaladas, son 79.000 empleos y 1.000 millones de dólares de impacto económico directo e indirecto en Brasil”, expresó.
Ferraz recalcó que no solo Chile, sino que el continente debe contribuir a bajar los costos de la operación de los cruceros con el fin de que a las navieras les resulte atractivo dejar barcos en la región. Para esto, no solo se debe mantener las rutas largas como el péndulo entre Buenos Aires-Valparaíso/San Antonio, sino que generar itinerarios cortos como los que existen en el Mediterráneo o el Caribe.
“La travesía cuesta mucho. Para traer un barco desde Europa a América del Sur son 14 o 15 días de navegación a un costo de millones de dólares. Por eso es importante trabajar para traer y mantener barcos acá. Las rutas de tres y cuatro noches son muy importantes para los primerizos que empiezan a hacer un crucero, luego le gusta y se quedan como un viajante de cartera. Los eventos, hay muchos eventos de empresas haciendo inmersivos, reuniones, casamientos, hay de todo y las tres de cuatro noches son importantes para eso, pues son más baratas y una puerta de entrada para el sector”, comentó.
“Entonces, es importante tener itinerarios combinados de tres- cuatro noches de domingo hasta jueves, y cuando empieza la temporada de diciembre a febrero, de Carnaval, itinerarios de siete, ocho, nueve noches. En Brasil, pero también en el Caribe y Europa tenemos eventos en los cruceros. Pienso que una operadora de turismo local que tenga interés pueda buscar una naviera para quedarse aquí de uno a tres meses para empezar un negocio”, concluyó.