Por Emiliano Galli, Grupo TradeNews
@TradeNewsArg
La nueva flota de barcazas que requerirá el contrato que YPF adjudicó a Horamar para el abastecimiento de combustibles entre San Lorenzo y Barranqueras será desarrollada de manera conjunta entre astilleros paraguayos y argentinos.
La decisión fue promovida por el armador argentino luego de los planteos elevados por el sector naval nacional, tanto empresario como gremial, quienes expresaron su preocupación tras conocer que el contrato con YPF proponía la construcción íntegra de las barcazas tanque en astilleros paraguayos.
Alternativa
“Contemplamos y evaluamos la situación, y buscamos una alternativa para que la industria naval argentina pudiera participar del proyecto”, reconocieron fuentes de Horamar en diálogo con Trade News.
Como parte de esa iniciativa, se llegó a un “acuerdo marco de complementación y desarrollo para la construcción naval conjunta entre astilleros paraguayos y argentinos”, ampliaron las fuentes consultadas respecto de este convenio privado y binacional.
Construcción tripartita
De esta manera, el astillero paraguayo CIE, por un lado, y los argentinos SPI y Astilleros Corrientes –de Horacio Tettamanti y Miguel Gutnisky, respectivamente–, por el otro lado, acordarán la distribución de las tareas de construcción de las barcazas y de la adaptación de los remolcadores que llegarán desde China para impulsar los convoyes.
El trabajo, que contará con la prefinanciación del astillero paraguayo CIE y contempla una inversión global de US$ 20 millones, se desarrollará bajo las pautas establecidas en el contrato del armador con YPF, es decir, deberá estar listas dentro de un año, dado que la licitación señala que el inicio de las operaciones debe ser en enero de 2021.
El contexto
La petrolera estatal argentina convocó a la primera licitación en 24 años para el transporte de los hidrocarburos por la hidrovía, y el armador argentino resultó adjudicatario del contrato por 5 años tras haber logrado una reducción del 45% en los costos.
No obstante, su propuesta contemplaba que, para cumplir con los requisitos técnicos requeridos por YPF, la construcción de las barcazas tanque se harían en astilleros del Paraguay. Más allá de las cuestiones técnicas, la opción elegida se sustentó en la ventaja que el país vecino ofrece en cuanto a mejores condiciones de financiamiento.
Esta parte de la oferta del armador causó malestar entre astilleros, talleres y gremios, que elevaron reclamos tanto a YPF como a distintas autoridades del Gobierno nacional.
La decisión del armador argentino de incluir a dos astilleros nacionales sobreviene en un contexto de caída histórica de la actividad de la industria naval argentina, que mantiene en situación de alerta a los talleres de construcción y reparación navales y, sobre todo, al principal gremio de la actividad, el Sindicato Argentino de Obreros Navales (SAON), que debe lidiar con los niveles de inactividad más bajos de la historia.