El MOL Majesty fue el primer neopanamax en arribar al Puerto de Miami desde la apertura del Canal de Panamá ampliado.
La nave, que atravesó la vía el pasado 4 de julio, fue recibida en el terminal portuario con una multitudinaria recepción para luego ser atendida por cuatro grúas que iniciaron la descarga de 900 contenedores.
“Esta ya no solo es la capital de los cruceros; ahora es la capital de los contenedores,” dijo Carlos Giménez, el alcalde Miami-Dade, según consigna El Nuevo Herald.
El MOL Majesty es uno de los barcos tipo Neopanamax diseñados para ajustarse a las dimensiones máximas permitidas para el tránsito por las nuevas esclusas del Canal de Panamá. Tiene capacidad para transportar 6.700 contenedores y es el primero de este tipo que llega a Miami.
“Este es un barco pequeño en comparación con los barcos que van a pasar por el Canal en el futuro, y que luego van a llegar acá”, dijo Jorge Quijano, administrador del Canal de Panamá, quien estuvo presente en la recepción de la nave que pagó 450 mil dólares por cruzar el nuevo canal.
Y así como el MOL Majesty no hubiera podido pasar por el Canal de Panamá antes de la ampliación, tampoco hubiera podido atracar en Miami antes de las obras realizadas en el Puerto.
Juan M. Kuryla, director del Puerto de Miami, dijo a el Nuevo Herald que se invirtieron aproximadamente $220 millones para dragar el Puerto de Miami. Con eso, se logró aumentar su profundidad de 42 pies a 50 pies para permitir la entrada de barcos de mayor calado. Barcos como el MOL Majesty.
“Somos el único puerto al sur de Virginia que tiene la capacidad de recibir barcos con un calado de 50 pies”, dijo Kuryla.
Además se invirtieron $40 millones en grúas para sacar los contenedores de los buques grandes.
Pero las obras no solo incluyeron el dragado y las grúas. Como parte de la inversión, se construyó un túnel de acceso rápido que conecta el puerto directamente a las autopistas cercanas. También se invirtieron $50 millones en el ferrocarril de la costa este, para que los contenedores sean descargados en los trenes que llevarán la mercancía hacia el norte.
“Estamos felices y orgullosos de haber logrado esto después de tanto trabajo”, dijo Kuryla quien lleva trabajando por estos cambios desde el 2003.
Giménez señaló que aunque las obras no han dejado de suscitar controversia pues algunos críticos han dicho que no serán de mucha utilidad, aseguró que este gran buque no hubiera podido llegar sin ellas.
Según Kuryla, la inversión valdrá la pena, pues asegura que desde ya se están viendo los frutos del gasto.
“Ya estamos celebrando compromisos con líneas de barcos más grandes que van a llegar aquí al puerto de Miami”, dijo.
Lo cierto es que los barcos de mayor envergadura representan mayor mercancía lo que significa más ganancia para el puerto.
“La transformación del puerto nos pone en una posición global en lo que se refiere a la industria portuaria”, dijo Kuryla.
De acuerdo con Giménez, los cambios en el puerto también tendrán un impacto importante en el condado pues trearán más empleos y desarrollo económico.
“Este puerto da aproximadamente 200 mil trabajos y esperamos que ahora genere aún más”.
Esta es una buena noticia tanto para el Puerto de Miami, como para el Canal de Panamá, ya que el 23 por ciento de toda la mercancía que pasa por el Canal, llega al Puerto.
“Pensamos que esta cifra va a aumentar ahora que buques muy grandes pueden pasar por el canal”, apuntó Quijano.
Las autoridades portuarias esperan recibir al menos seis o siete buques Neopanamax por semana de ahora en adelante.